Vargas Llosa, un escritor oportunista que se cree liberal, pero apoya a la derecha y de paso las guerras que ella crea, es el camaleón que después de haber criticado en su momento la reelección de Álvaro Uribe, ahora apoya a Iván Duque, el pupilo del líder del Centro Democrático.
Estamos acostumbrados a vivir de la opinión de los famosos y máxime si son extranjeros y, como ellos lo saben, escogen el momento y el lugar para sacar provecho de las circunstancias de interés Nacional y así convertirse en protagonistas de primera plana. Ese es el caso de Vargas Llosa, quien durante el lanzamiento de su nueva obra en la Feria del Libro de Bogotá, llamó la atención de los Medios al tomarse foto y manifestar su apoyo incondicional a Iván Duque, candidato del Uribismo.
Fragmento de La ciudad y los perros:
«Cuatro —dijo el Jaguar.
Los rostros se suavizaron en el resplandor vacilante que el globo de luz difundía por el recinto, a través de escasas partículas limpias de vidrio: el peligro había desaparecido para todos, salvo para Porfirio Cava. Los dados estaban quietos, marcaban tres y uno, su blancura contrastaba con el suelo sucio.
—Cuatro —repitió el Jaguar— ¿Quién?
—Yo —murmuró Cava— Dije cuatro.
—Apúrate —replicó el Jaguar— Ya sabes, el segundo de la izquierda«. (1)
Este párrafo de la obra del peruano y, su apoyo a un candidato de sus mismos ideales, muestra cómo el juego de azar en que se mueven la política y la corrupción del país genera una falsa e inmaculada blancura ante el mundo, ocultando, con la complicidad de muchos, los oscuros y malolientes crímenes cometidos desde generaciones pasadas.
Un lector que se encontró con esta noticia y había tenido contacto con algunas obras del Nobel, se concentró en sus pensamientos y llegó al punto de ensimismarse en el contenido del párrafo y los comentarios de Vargas Llosa. El hombre decidió crear un corto diálogo con base en las lecturas, la biografía y sus propios ideales, como una forma de rechazo a la actuación parcializada del escritor:
—¿Cómo? Dijiste a la izquierda o el de la izquierda.
—Ah dijo el de la izquierda… sí, porque en su juventud tuvo inclinaciones con el comunismo. Eran sus locuras del tiempo y la época. Luego, comenzó a escribir y le fue muy bien. El éxito entró a rondar en su vida. El dinero llegó fácilmente llenando sus bolsillos y la mentalidad le cambió. El dinero sea como sea corrompe de una u otra forma.
—Comenzó a tener contacto con los grandes del mundo. Reuniones, invitaciones y premios cambiaron su concepción del mundo. Ya no le importaron los pobres porque los ricos estaban en su camino halagándolo y poniéndolo en la cima. La riqueza es buena porque lo tienes todo y te olvidas de quienes viven en pocilgas. La buena vida aparentemente aclara las ideas y de la Izquierda se pasa a la Derecha sin recordar viejos comportamientos.
—Ya no importan los pobres, ni los estudiantes a quienes obligan en los colegios a leer «La ciudad y los perros» sin tener en cuenta la clase social a la cual pertenecen. Cuenta estar al lado de los dueños del Poder. Ellos te dan el soporte cuando ya la gente está olvidándose de la lectura y comienzas a perder fama. Interesa mostrarse ante los Medios para continuar vivo en las páginas no solamente literarias, sino sociales.
—Algunos comentan que alguna vez se peleó con Gabriel García Márquez, Gabo por discusiones políticas o por su ex esposa o que le puso el ojo morado por izquierdista. Ojalá su candidato presidencial de Colombia Iván Duque aprenda de su «Patrón» y en lugar de darles en la cara a todos los maricas que lo contradigan les pegue en la jeta, como hizo el inca con el costeño. ¿O tal vez lo hizo porque se la pasaba en Cuba conversando con esos comunistas de mierda?
—Debe ser por ello que sin ninguna vergüenza hace un tiempo en Madrid dijo que el candidato de la Colombia Humana no es una buena opción: «Petro es un peligro y su populismo no es bueno porque pone en riesgo el futuro de Colombia» (2) ¿O estaría pensando en la clase dominante colombiana? Y ahora al apoyar a Iván Duque y «abrazarse con el próximo Presidente de la República de Colombia», según sus palabras, está generando opinión en favor de este.
—En realidad no le importa el pueblo; este no da ganancias y menos en este país donde todo lo falsifican y venden sus libros a diez mil devaluados pesos. Mejor apoyar a la Derecha que es la dueña del dinero y pueden pagar por un libro lo que a él se le dé la gana e invitarlo a sus mansiones donde abundan el vino, los lujos, el oro y todo lo que resplandece. Al fin y al cabo, seguro que allá se sentirá más español que peruano.
—Realmente habla sin conocer lo que sucede en la vida diaria de los colombianos y menos de los campesinos, de los trabajadores y de esas clases bajas con las cuales es difícil codearse. Se volvió derechista y punto. No le importa si maltratan a los niños y los castigan a palazos o si los matan los paramilitares o los mismos padres. No conoce nada de sus vidas y no le importa. Que se vayan a la mierda, porque al fin y al cabo no compran sus libros; él lame el trasero a los poderosos sin importar si los acusan de delitos de lesa humanidad y viven sin conciencia. Ellos son quienes le interesan porque tienen el apoyo de los Medios y estos se ocupan de ayudarlo a promover sus obras. Al final la publicidad viene acompañada de más entradas económicas para sus arcas.
¿Y, eso no es matar perros a cambio de dinero?, comentó alguien..
Otro más respondió a lo lejos: -Sí claro, pero a ellos les da igual; todos los perros son iguales. El color, el tamaño y el comportamiento son lo mismo si son de la izquierda.
—¿Él los odia por tener inclinaciones izquierdistas o quizás porque le recuerdan los golpes de su infancia? No sabe que la Colombia Humana no tiene mucho que ver con la izquierda ni con el comunismo. Por el contrario, ha abanderado programas para que las familias tengan una mejor vida con más igualdad y se proteja a los niños y a los jóvenes.
Otro hombre frunció el ceño, rezongó y no le prestó atención a este tema porque seguía siendo seguidor de Vargas y al igual que aquel parecía ensimismado en la serpiente (Boa) que rondaba en sus recuerdos.
—¿Cuál es la diferencia entre los perros de la ciudad y los del campo? Se alcanzó a escuchar como un murmullo lejano.
—Los perros de la ciudad, repito, son el Poder y la gloria. Son los presidenciables, así sean corruptos. Con ellos se puede llegar a la élite. En cambio los perros pueblerinos y quienes están con ellos le pueden recordar que perdió las elecciones por ellos haciendo que su alma y su cuerpo se sumieran en las profundidades de la desilusión y decidió largarse a Europa, de donde al fin y al cabo se ufana son sus orígenes y su sangre.
—¿Dijo sangre?, eso es lo que ha corrido como ríos por Colombia y no únicamente por las armas de la guerrilla, sino también por las de la Derecha y sus grupos Paramilitares. Hay estadísticas donde se ve que ellos han asesinado por lo menos ocho veces más gente que la guerrilla y la delincuencia común juntas y ahora muchos vienen a hablar de las manos untadas de sangre.
—Primero criticó la reelección de Uribe (3) y ahora se abraza con Duque (4) generando una contradicción que uno no entiende. A quien apoya no gobernará, sino que será el títere de quien criticó. No recuerda que las marionetas siempre hacen lo que sus amos les ordenan.
—Dices que Petro es oportunista, pero tú también lo eres, al aprovechar el lanzamiento de tu última obra para apoyar a Duque y hacer comentarios de este tipo y así lograr que la gente te preste atención y esté dispuesta a revisar su bolsillo para comprar tus libros. Ah, claro, sabes que la Derecha maneja el Poder y la economía y a quienes están con ellos; entonces el dinero saldrá fácil de sus bolsillos para adquirir tus obras así no las lean. Simplemente estarán orgullosos que un premio Nobel apoye a su partido.
—Sabes que muchos estarán pensando lo mismo que yo: no te importa nuestro país y en realidad no conoces toda la pobreza, el dolor y la miseria que nos acompaña. Eres un tipo cambiante; según la ocasión dices una cosa y luego otra. Ayer tenías tendencias al comunismo, después al liberalismo y apoyas a los derechistas. Estabas con el pueblo y pedías justicia social, pero apoyaste al dictador Pinochet, so pretexto de la estructura económica que este le dio al país. ¿No recuerdas los crímenes del dictador? ¿O los recuerdas a tu favor y por ello apoyas a todas las Derechas que han cometido violaciones terribles? Eres como los perros de tu obra o el «perro», en terminología colombiana, que juega con los sentimientos de las mujeres.
—En lugar de tratar de entrometerte en lo que no te importa, haz una retrospección a tu vida. ¿Has sido justo y honesto? ¿Has mantenido tu mente clara? A pesar de ser un escritor reconocido y famoso ¿eres una persona sana mentalmente? ¿O fueron los fantasmas de tu pasado quienes te dictaron letra por letra tus famosas obras?
—Que el perro lambón que hoy vive en ti reflexione, que antes de hablar sin ton ni son lamiendo el trasero de los poderosos sigas dedicado a la escritura y no a los asuntos de otros países. Tal vez puedas inspirarte y escribir la segunda parte de esa ciudad y sus perros…y titularla «Lo que aprendí de los perros», o puedas escuchar en el «llamado de la tribu» los orígenes de la falta de cerebro para la política, el humanismo, el sentido social y el amor.
—Otros personajes que apoyan candidatos para ganar reconocimiento, como Poncho y Silvestre, tal vez puedan ser protagonistas de estas nuevas obras del peruano, perdón, el español y gracias a su oportunismo vendan más discos al mezclar y cambiar los parámetros de su música y del auténtico vallenato por millonarios contratos con los Paras».
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*Escrito basado en las siguientes lecturas:
(1) La ciudad y los perros, Mario Vargas LLosa
