Autor:
Mateo López López
Medellín está viviendo un álgido debate por la enajenación de acciones que EPM tiene en UNE, la compañía de comunicaciones paisa que ya no es del todo pública, gracias a la movida del año 2014, en la que se le vendió el 49 por ciento de las acciones a la multinacional Millicom, tiempo en el que gobernaba la alcaldía de Aníbal Gaviria, actual gobernador relevado por asuntos judiciales. Desde entonces se ha patentado la marca Tigo-UNE.
La propuesta de vender el 50+1 por ciento de las acciones que Empresas Públicas de Medellín tiene actualmente sobre UNE fue aprobada por la junta directiva de EPM y llevada al Concejo de la ciudad, según el boletín emitido por la empresa el pasado 25 de mayo.
El argumento de la venta, es además por considerar a UNE como «el socio bobo» de Millicom, ya que si bien, EPM tiene el 50+1 por ciento de las acciones, Empresas Públicas de Medellín, le cedió la administración y el control de operaciones de la compañía fusionada a cambio de una adición de dinero.
La iniciativa de la enajenación ha contado también con el respaldo del alcalde Daniel Quintero, y ese es un motivo por el cual se acrecienta la desconfianza en el millonario negocio.
Lo cierto del caso, es lo incierto del caso. Cierto es que no se sabe el destino de esos recursos de la eventual venta de la compañía, porque, por un lado, han manifestado que ese dinero es necesario para solventar los sobrecostos de Hidroituango, el famoso megaproyecto paisa, del cual no se sabe si sentir orgullo o vergüenza.
Por otro lado, se sabe que la enajenación de «activos estratégicos de EPM» son necesarios para cumplir el ambicioso Plan de Desarrollo 2020-2023 del gobierno de la Medellín Futuro de Quintero, tal como se lo dijo el alcalde a El Colombiano, en un artículo publicado el pasado 01 de diciembre 2020.
«… En el cuatrienio tenemos recursos asegurados para ejecutar el plan. Eventualmente, y lo dejamos estipulado en el plan de desarrollo, está contemplada la venta de alguno de los activos que informamos de forma previa: UNE o Antofagasta».
En este punto es en el que hay que hacer una pausa, y hacerle venia a la memoria para recordar al Daniel Quintero en campaña por la alcaldía.
En el año 2019, se logró la venta de un porcentaje de acciones que se tenían sobre ISA, ese negocio molestó mucho al candidato a la alcaldía Daniel Quintero, ya que consideraba que si el alcalde Federico Gutiérrez «bajaba sus expectativas» sobre las utilidades para la ciudad, no era necesaria la venta.
La crítica que le hacía Quintero a Gutiérrez, ahora le aplica a él mismo, de esta manera, se evidencia dos versiones de la misma persona en el escenario de la dudosa coherencia. Daniel Quintero vs. Daniel Quintero.
Bajo la lógica del Daniel Quintero de la campaña por la alcaldía, entonces él, ¿tendría que bajar ahora sus expectativas de utilidades para salvar UNE?
Por ejemplo, las utilidades que Empresas Públicas de Medellín le transfirieron a la ciudad en el 2020 fueron equivalentes a 1,4 billones, es decir el 55 por ciento, y eso no está mal, claramente la inversión que se hace en programas sociales, infraestructura, educación, salud, entre otros, son gracias a ese potencial que tiene hoy por hoy la ciudad. Lo que no cuadra es el discurso ambiguo de quien hoy gobierna.
Aún no hay claridades sobre la viabilidad de este negocio, incluso, se están esperando los estudios contratados en la banca pública para saber al menos la valorización de la compañía, para fortuna de una toma de decisiones serenas, el debate fue aplazado para las sesiones ordinarias del Concejo de Medellín, y por ahora, seguimos en incertidumbre sobre el paradero de este negocio, que, al fin de cuentas, parece ser que ese dinero sí o sí, es necesario.