Curules directas: Un asalto a la democracia

Opina - Política

2016-07-07

Curules directas: Un asalto a la democracia

Le apostó a la paz y decidió retirarse del ELN para dedicarse a la vida pública y al debate de las ideas dentro de la legalidad.

Es columnista de la Revista Semana y director de la Fundación Paz y Reconciliación enfocada en investigar y analizar a profundidad el conflicto en todas las regiones, así como las alianzas corruptas de muchos políticos, que por fuera de la mirada de los medios y la paupérrima justicia colombiana, se han dedicado a robarse los dineros públicos y a patrocinar campañas políticas oprobiosas con recursos de paramilitares y de narcotraficantes.

Su último libro redactado en equipo con el analista y subdirector de su fundación, Ariel Ávila, se llama «Los herederos del mal».

Vale la pena leerlo.

Es increíble que en este país el Consejo Nacional Electoral sea tan incompetente que otras personas tengan que hacer su trabajo revelando los nexos ilegales y los patrocinios absurdos a las campañas de los legisladores, alcaldes y gobernadores de la República Bananera de Colombia.

Sin embargo, todas las denuncias de León Valencia y Ariel Ávila son siempre hacia personas vinculadas con el paramilitarismo. De los candidatos patrocinados por las FARC o el ELN, nada de nada.

¿Será que no los hay, o no los han querido encontrar?

En esa línea, la última propuesta de esa Fundación siguiendo las palabras de la congresista Claudia López, es un exabrupto.

Se trata de asignarles, no. Seamos francos. Regalarles a las FARC nueve curules directas en el Senado de la República Bananera y 17 sillas para la Cámara de Representantes.

Sin un solo voto.

¿Puede ser posible eso en una democracia seria y decente?

No.

En Colombia, sí.

Según Valencia, eso sería una estrategia para reivindicarse con los grupos de izquierda y con esa guerrilla por la lamentable masacre a la Unión Patriótica en el 85.

Lo cierto es que de ninguna manera es una iniciativa sensata.

Si bien la paz negociada es la única forma de terminar con un conflicto de 52 años que lo único que ha dejado es sangre, devastación y retraso, no se puede pretender que el premio por concretar el cese de la vulneración a las libertades de los ciudadanos por parte del Estado y de las FARC, sea otorgándole a ese grupo de rebeldes una específica cantidad de sillas gratis en el palacio de las leyes, para que se ganen durante dos o tres años 28 millones mensuales.

No puede haber una sola curul directa.

Imagen cortesía de: elespectador.com

Imagen cortesía de: elespectador.com

Como lo afirma Rodrigo Uprimny, este proceso es el más acertado de la historia de Colombia por los acuerdos a los que se ha llegado, porque esos acuerdos son públicos y porque la ciudadanía va a refrendarlos.

Pero eso no puede significar que las FARC en su evolución a la política sin armas tengan el derecho de convertirse en legisladores sin los tarjetones depositados.

No le ayudan mucho con ese tipo de propuestas a Santos en su inteligentísima campaña para convencernos a los colombianos de votar Sí en el plebiscito.

Primero la guerra urbana, luego los impuestos y ahora las sillas gratis. Absolutamente no. Y si esas son las propuestas que se vienen, se sorprenderán el día de la refrendación.

Colombia puede ser un país mejor sin el estridente sonido de las balas en los campos desangrando a la economía y apagando vidas humanas. Y puede ser un país mucho mejor con una democracia fuerte, robusta y sin pleitesías ni beneplácitos a nadie, sino con la garantía de la igualdad en la competencia por el poder.

¿Será que está en campaña el señor Valencia?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Santiago Ángel
Amante de la lectura y el café. Apasionado por Dios y por el periodismo que le sirve a la democracia. Libertario.