Columnista: Hernán Muriel Pérez
La cabeza de un hombre fue clavada en una estaca en el Bajo Cauca. El cuerpo de esta misma persona fue encontrado en el río Nechí, en el corregimiento de Puerto Claver, del municipio de El Bagre. Se dice que los autores son los Caparrapos (también conocidos como Caparros), grupo paramilitar de extensa historia en el territorio, pero desconocido por la opinión pública a nivel nacional a causa de la poca remembranza que tiene en los medios tradicionales.
El tema del Bajo Cauca es verdaderamente delicado. Hasta la Policía teme entrar al lugar: le pidieron explícitamente al Ejército que asegurara la zona para ellos ingresar y observar lo sucedido con la decapitación del hombre.
Esta práctica no es para nada nueva entre el actuar de los grupos paramilitares. En 1997, las Autodefensas Unidas de Colombia entraron una vez a la cuenca del río Cacarica en Chocó tirando granadas y disparando. En esa famosa y horrorosa operación, llamada Génesis, estuvieron codeándose con el Ejército mismo.
La operación es traída a colación por, precisamente, su acción más horripilante: los paramilitares cortaron la cabeza de Marino López y jugaron fútbol con ella, luego de haberlo torturado, a pesar de ser un simple e inocente agricultor reconocido en la zona.
Jhon Jairo Mena Palacios, víctima de esta operación en los 90s, la definió como un movimiento paramilitar “donde llegaban a muchas comunidades, asesinando a muchas personas, torturando, desapareciendo, violando mujeres y dando una orden de tres días para desocupar la región campesina (de la Cuenca del río Cacarica en Chocó)”.
Las preguntas dolorosas, pero necesarias, que develan lo infame que son los tejidos sociales en Colombia hoy, son: ¿han cambiado los contextos de las Colombias alejadas y vulnerables desde 1997? ¿Qué está haciendo Iván Duque y el Gobierno tanto nacional como regional, para salvaguardar a los ciudadanos de estos grupos armados? ¿Este no iba a ser el Gobierno de la seguridad, tal y como hablan siempre los uribistas del Gobierno de su mentor?
Esta zona tiene un fuerte enfrentamiento entre el Clan del Golfo, el ELN, y los autores en cuestión, los Caparrapos. Se dice que este vil asesinato se dio para ajustar cuentas entre los dos grupos paramilitares mencionados. Pero la crisis social y de seguridad es inminente, el miedo se apodera de las comunidades, y el territorio, con profunda ausencia de Estado, debe estar siendo comandado por ellos.
Solo dos medios de comunicación, hasta el momento en que esta nota fue escrita, se habían pronunciado al respecto. El escándalo de las devastadoras noticias que surgen en este país, se ve diluido por el espectáculo y los intereses económicos. Esperemos que se haga la divulgación, investigación y mediatización correspondiente de quienes tienen la capacidad de ello, que se hacen llamar a sí mismos “grandes medios”.
Es horrible lo que estamos viviendo bajo un regimen de terror y un desgobierno.
Ahí tienen a au Duque!
Vuelve a las épocas de cuando gobernaba Uribe..
Q se supone uno???
Se les olvida q esas prácticas son de los carteles mexicanos y Santos dejo entrar a dos justo a esa zona?
Y. Dele con lo mismo, está situación es de antaño, ningún gobernante debe ponerle retrovisor, cuando se hizo elegir ya sabía lo que iba a gobernar pero que puedo yo decir si en realidad este gobierno es un desgobierno, un títere en este circo que se llama Colombia.
Gracias por quienes levantan su voz en el Senado, en las comunidades.
No saben ni leer, el mismo articulo dice que la nefasta práctica viene desde 1997, para ese moento era Samper el presidente. «Esta práctica no es para nada nueva entre el actuar de los grupos paramilitares. En 1997, las Autodefensas Unidas de Colombia entraron una vez a la cuenca del río Cacarica en Chocó tirando granadas y disparando. En esa famosa y horrorosa operación, llamada Génesis, estuvieron codeándose con el Ejército mismo.»
Observando y analizando cómo puede ser que el ejército en conjunto con la policía no puedan controlar estas atrocidades, si al ejército le invierten millones de dólares para que que esté armando y preparados para estos actos atroces, y en el bajo Cauca no es que hayan millones de subversivos, el dinero mueve todo eso al final las mismas fuerzas armadas no hacen nada por qué los clanes pagan pagan que ellos antes los protejan, como pasa en México, Brasil, honduras, te callas o te vas
llego URIBE al poder y regresan las masacres , ese es su modo de operación generar miedo , para garantizar una supuesta seguridad
El regreso del Centro Demoníaco con Uribe a la cabeza.