Columnista:
Lady Orozco
El fin de semana de agosto inició con una noticia que uno sabe si sentir rabia, angustia o reírse de este país que parece un circo donde el presidente es el director y el máximo exponente. Estamos en medio de una gran crisis económica, de empleos y los subsidios parecen un chiste contado en un gran especial de Sábados Felices. Como dirían por ahí, para nada hay dinero, pero para la pola siempre alcanza. Esa parece ser la tesis de este Gobierno.
Las necesidades en nuestro platanal no se detienen, y con esta pandemia, menos. Las familias colombianas han sudado las duras y las maduras; se han visto a gatas para mercar, pagar servicios y arriendo. Además, las ayudas no llegan y las pocas que medio se ven, salen por la misma puerta por la que llegaron, como es el caso del alivio que se tenía en cuanto al aporte a las pensiones.
Pero, no griten, de pronto despiertan a los que no están trabajando (los congresistas), y ellos sí se siguen llenando los bolsillos con el dinero que debería ser de todos los colombianos. Estamos en un obra de teatro, al menos eso pienso. La comedia de hoy se llama: Los congresistas alzan su sueldo, mientras el ingreso solidario para los que nada tienen es tan solo de 160.000 pesos.
A los congresistas ¡nada los atormenta!, la culpa es del pueblo; así lo dijo la señora que se hace llamar vice. Esa tal, Marta Lucía Ramírez. Ella, nos recordó que todo era culpa de aquellos que no lograron ahorrar y prepararse para una pandemia. La culpa es nuestra (!), por no tener los «negocios oscuros» que relacionan a la familia de esta señora.
Aunque, ¡esperen!, ¡no se muevan!, ¡no se salgan de la reunión en Zoom! A toda esa solidaridad que se derrocha en el Congreso, y la de nuestra cabeza con canas, tenemos que ponerle fin. Sí señor, no podemos ser un pueblo al que todo se le regala (!), por eso, tampoco, se debe contemplar ni si quiera el mínimo vital (!), ¿acaso nos queremos volver como Cuba?, no, ¡qué tal!
Si no queremos volvernos como Cuba, debemos patirnos el lomo y trabajar cada uno por lo que quiere tener. Nada es culpa del Gobierno: las desigualdades económicas, las pocas oportunidades de empleo, los daños al medio ambiente debido a las grandes petroleras, las pocas oportunidades de estudio…, todo es culpa de nosotros (!). Dejamos de ahorrar aun sabiendo que vendría una pandemia, «¡porque lo sabíamos!» ¿O no, vice?
Es por eso que merecemos que nos cobren a todos ese gran subsidio de 160.000 pesos (!) que les han dado solo a algunas familias. Debemos pagar esas grandes ayudas entregadas por los bancos como los del gran Grupo AVAL (!), pero, de seguro, ese pago de ayudas, nos lo cobrarán con la reforma tributaria, sí, esas mismas reformas con las que se han valido para cobrarnos desde hace muchos años.
Hay colombianos muy cómodos (!), «¿cómo se atreven a pedir que quiten el 4 por mil?», no ven que son los bancos los que nos han sacado de toda esta pobreza (?). No nos podemos quejar de que se les nieguen los préstamos a las mipyme (!). La banca debe cuidar el dinero de los colombianos y no dárselo a aquellos que no saben si van a salir vivos de esta crisis. «¡Conchudos es lo que somos!». Debemos dejar de decir que la banca es egoísta, si lo que ellos hacen es por el bien de todos y para que nuestro dinero esté seguro, sin acercamiento de corrupción o riesgo de pérdida (!).