Columnista:
Maria Fernanda Quejada
Deicy Bermúdez, es la candidata por el partido Electas y Partido Ecologista, quien cuenta con una amplia trayectoria en el sector público y privado en temas de construcción de paz, identidad étnica y derechos humanos, una mujer que no solo es “la posible alcaldesa negra” para Medellín, como lo preguntó El Colombiano en una entrevista hace más de un mes, sino que también representa los sectores históricamente marginados y vulnerados en el país.
A pesar de ser una mujer con una buena preparación y experiencia, sus propuestas para Medellín siguen estando al nivel de un rascacielos. Cuando se le preguntó en una entrevista para KienyKe sobre problemáticas como el turismo sexual en la ciudad, o como esta lo denominó “turismo con fines de explotación sexual”, Deicy responde desde una perspectiva educativa, donde la solución es “implementar estrategias pedagógicas y de sensibilización”, buscando no solo transformar el imaginario local, sino también el internacional. No dudo de que la educación es un aspecto importante dentro de una problemática tan latente como el turismo sexual pero las estrategias pedagógicas no bastan para acabar por sí solas con un problema social tan presente y marcado como este.
No creo que Deicy sea una persona cuyas intenciones sean malas, pero sin duda alguna, una cosa es hablar, y otra cosa es llevarlo a cabo. Otra pregunta que se le hizo, que me llamó mucho la atención, fue el tema de la seguridad alimentaria, una problemática que según la última encuesta de Medellín Cómo Vamos “en 2022 el 24 % de los ciudadanos afirmó que no podía acceder a una de las tres comidas del día. La cifra más alta en 17 años. Siendo mujeres (29%) y niños menores de 6 años (29%) los más afectados, superando el promedio de la ciudad.”
¿Cómo solventar una problemática estructural como la seguridad alimentaria que es tan presente en Medellín?, Deicy respondió que su propuesta es garantizar la “soberanía y autonomía alimentaria”, con huertas rurales y urbanas estableciendo rutas de comunicación entre zonas rurales y urbanas, también enfatizó sobre el convenio con la FAO para hacerle frente a esta problemática. ¿Cómo lo lograría?, ¿cómo erradicaría este fenómeno social solo con la implementación de huertas para garantizar autonomía alimentaria? ¿solo bastaría con esto para solucionar una problemática que ninguna alcaldía anterior ha podido solventar?
Muchas dudas nacen respecto a sus propuestas, al igual que mucha incertidumbre de si podría hacerse cargo de una ciudad que no solo está pasando por una crisis política, sino también por miles de problemáticas sociales que siguen vigentes gracias a los políticos corruptos que hacen uso de su posición para asegurarle puestos a sus familiares en la alcaldía.
Muchas personas han cuestionado con mano dura la candidatura de Deicy, algunos la critican por no ser de la ciudad, y solo llevar viviendo en esta casi 18 años, otros la encasillan en el estereotipo de “la posible alcadesa negra”, e incluso, la han llegado a amenazar por atreverse a ser candidata a la alcaldía. ¿Podrá Deisy acallar todas las dudas sobre su candidatura a escasos 12 días de las elecciones? ¿Se podrá superar esa ideología tradicionalista y racista que siempre ha estado presente en la ciudad? ¿Veremos una Deicy más centrada en sus propuestas para la ciudad?,
Esperemos que Bermúdez no solo logre acallar la incertidumbre sobre su candidatura, sino también demostrar que con palabras lindas, no se solventan problemas grandes, se necesitan soluciones radicales, críticas, y sobre todo aterrizadas para construir ciudad, soñar con una Medellín libre de inseguridad alimentaria o explotación sexual es el imaginario predilecto de cualquier habitante en la ciudad, pero es más bonito ver materializado ese sueño en propuestas realistas.
Nadie duda de que Deicy es una mujer preparada, inteligente y con mucho para aportar a la ciudad, pero también es cierto que Medellín es una ciudad compleja que necesita soluciones estructuradas. Esperemos que sus intenciones le alcancen para llegar a la alcaldía, pero lo cierto es, que tendrá que enfrentarse a los sectores políticos reinantes de la capital antioqueña, donde no solo tendrá que convencer a este sector, sino también a una ciudad polarizada y conservadora con una cultura y pensamiento tradicional muy marcado y muy distante ante el cambio.