Daniel Quintero Calle, Viceministro TI, será galardonado como uno de los líderes con más proyección en Latinoamérica. Aprovechamos para hablar con él sobre el papel que está desempeñando en el Ministerio y lo que le espera al país en temas tecnológicos.
Siendo un fanático del emprendimiento ¿Cómo está impulsándolo desde su viceministerio?
Una de las apuestas más importane es apps.co donde en este mometo tenemos más de 70 mil emprendedores en programas de formación o en programas donde los conectamos con capital semilla.
A los emprendedores hay que ayudarles a que tengan éxito o a que fracasen rápido.
El grave problema que tiene los emprendedores es que no encuentran una oportunidad para iniciar y uno de los retos que tenemos es la transformación de mente y cultura de los colombianos que tienen miedo a arriesgarse.
¿Qué cambios espera lograr en el país a través del viceministerio de las TI?
Tenemos un reto gigante y es que para 2018 habrá una brecha de 50 mil profesionales en carreras de tecnología. En los próximos 5 años se destruirán en el mundo 7.1 millones de empleos y al tiempo se crearán 2 millones nuevos pero en terrenos TIC. Y si bien los primeros se destruirán uniformemente por el globo, los nuevos sólo se darán en los países que se dediquen a formar talento en estas áreas. Y he ahí la apuesta que tenemos.
Estamos haciendo unos programas para enseñarle a miles de niños a programar robótica y que salgan del colegio con carreras técnicas en desarrollo de software, animaciones y videojuegos; lo cual nos permitirá fortalecer una industria en la que hemos puesto muchas expectativas y que ha dado la talla. Es una industria que hoy en Colombia tiene 5500 empresas en el país, genera 90 mil empleos (con un crecimiento del 28% anual) y vende 9 billones de pesos al año.
¿Y cómo se transforma la vida de los ciudadanos comunes con esta nueva industria? Más allá de la generación de empleos.
Uno transforma la vida de la gente si transforma las ciudades. Vamos a buscar tres pilotos, tres ciudades que serán las primeras ciudades inteligentes de Colombia. Allí vamos a desatar el poder de la tecnología para demostrar qué pasa cuando la tecnología se usa para ayudar a resolver los problemas de los ciudadanos.
Estas ciudades tendrán internet pleno y cámaras en cada una de sus calles, los colegios se dotarán con sistemas de inteligencia artificial para descubrir cómo aprenden nuestros niños y cómo pueden potenciarlo; los hospitales tendrán asistentes virtuales que le ayudarán a mejorar el número de diagnósticos tempranos, por ejemplo de pacientes con cáncer. Ya hay tecnología de punta que podría disminuir en un 30% los diagnósticos tardíos.
¿Y cuáles son esas 3 ciudades piloto?
Vamos a hacer una convocatoria abierta. Por ahora el Banco Interamericano de Desarrollo nos está ayudando a seleccionar las variables que debemos tener en cuenta para escoger las ciudades piloto que servirán de ejemplo para que otras alcaldías y gobernaciones conozcan las ventajas y le pierdan el miedo al uso de la tecnología para el bien común. Estas ciudades deben tener entre 50 y 100 mil habitantes y servirán también para albergar ciudadanos emprendedores que apoyen la mejora continua de la calidad de vida a través de la tecnología y por supuesto para ir a replicar y exigir a sus mandatarios la modernización de sus ciudades
¿Entonces la apuesta del gobierno en los próximos años es hacia las ciencias de la tecnología y ya no tanto hacia las áreas sociales?
Nosotros tenemos 3 prioridades fundamentales. La primera es conectar a los desconectados. En este momento hay en el país 14,6 millones de conexiones de alta velocidad, pero aún nos faltan unos cuantos millones más. Y eso es lo que hemos estado haciendo con las zonas wifi, que están llegando incluso con paneles solares a lugares donde no hay electricidad. Cuando uno se conecta participa, genera democracia, y eso sí que transforma realidades.
El segundo reto es aprovechar la riqueza más grande del país, que no es el petróleo ni el oro sino los 49 millones de cerebros y fortalecer sus conocimientos y aptitudes para que compitan en el mundo laboral que se avecina.
Por último, la tecnología tiene un potencial increíble para potenciar la productividad laboral del país. En Colombia se necesitan 10 campesinos colombianos para producir lo que produce un campesino estadounidense. O mejor, si un campesino colombiano tuviera el apoyo tecnológico que tienen los americanos, podría ganar 10 veces más que hoy. En el campo no hay ni un solo campesino que se haya pensionado, y eso tenemos que cambiarlo.
Ahora vamos a lanzar un programa con drones para ayudar a los campesinos en sus labores y poder así ganar más recursos, ser más productivos, y por ende equilibrar la balanza de la inequidad.
¿Cómo va a contribuir el Ministerio de las TIC a la construcción de paz?
Hace 60 años el país estaba tremendamente desconectado entre lo regional y lo central. Las discusiones que se daban en lo municipal y regional no se escuchaban en lo central. Y no era mala fe, era por las comunicaciones, por la imposibilidad de hacerlo. En este momento prácticamente todos los municipios del país están están conectados a internet y esto ha permitido la democratización de la política, la comunicación entre todos los entes y por ende una mejora.
El monopolio de la educación es uno de los factores de desigualdad más importantes del país y precisamente a través de la tecnología e internet queremos llevar la mejor educación donde antes no llegaba ninguna, el mejor sistema de salud donde antes no llegaba ninguno.
Bueno, pero internet como tal es una ventana abierta a muchas cosas y no se trata sólo de llevarle una conexión a las personas, sino también enseñarles a que no caigan en las múltiples trampas de la red o en su desinformación, ¿cómo lo están haciendo?
Ahora tenemos un programa que se llama Redvolusión, y ahí tenemos el reto de formar en los próximos años 60 mil excombatientes y víctimas de la violencia en el uso de internet, porque vienen de pasar décadas en el monte y no tienen idea del poder que tiene internet. Ahí vamos a apoyarnos en grupos de universitarios para trabajar con los que llamamos analfabetas digitales, enseñándoles a navegar y moverse por las distintas redes y plataformas.
¿Harán alguna intervención en las zonas veredales?
Estamos precisamente con la Agencia Nacional del Espectro revisando la posibilidad de llevar internet a estas zonas utilizando los canales libres que deja la televisión. Esos canales que no se usan, que aparecen en blanco, tienen un espectro que nos permitiría llevar conexiones a los ciudadanos de esas zonas con infraestructura, a bajos costos, porque dada la geografía propia de estos lugares, es muy complicado y costoso llevar conexiones tradicionales.
Cuéntanos un poco de viaje a Londres, del premio que vas a recibir.
Es un reconocimiento que agradezco mucho. La embajada y el Gobierno británico hicieron un proceso de selección de líderes en distintos países y me dieron la buena noticia de que me seleccionaron por el trabajo que hemos estado realizando. Habrá un espacio de formación y reunión con líderes de diferentes partes del mundo que están haciendo cambios con la tecnología y además la posibilidad de establecer alianzas en distintas áreas.
Este premio es un crecimiento para ti a nivel profesional, pero para el ciudadano de a pie, ¿cuáles son sus beneficios? ¿Cómo se ve reflejado en la ciudadanía?
Uno de los propósitos es conseguir una alianza con BigMind y algunas universidad del país para crear un sistema parecido al que usan los bancos para detectar transacciones fraudulentas, pero que sirva para detectar la corrupción a tiempo.
Si alineamos las herramientas de forma correcta, podría detectar corrupción antes de que ocurra, en los procesos previos de los contratos.
También pretendemos concretar alianzas en el área de la salud, porque esto transforma vidas a medida que las salva. Si alguien va a un hospital y gracias a estas nuevas tecnologías que desarrollemos es posible detectarle un cáncer a tiempo, habremos dicho valió la pena. Al igual que con la corrupción.