Colombia, la Siria de América Latina

La historia de estas dos naciones se ha unido por unas similitudes tan deplorables, que el mundo entero ha mostrado su indignación.

Opina - Sociedad

2018-04-20

Colombia, la Siria de América Latina

En los últimos años se viene hablando rutinariamente en los medios masivos de comunicación sobre la grave y repudiable situación que está atravesando Siria, afectando de una manera negativa el Oriente Próximo, por cuestiones de seguridad, violación de Derechos Humanos y desplazamiento forzado.

Muchas personas afirman que lo que acontece en Siria es una de las mayores problemáticas sociales que han ocurrido en la historia contemporánea reciente, después de la Segunda Guerra Mundial. Incluso, aún mayor que los aberrantes hechos que acontecieron en Ruanda en 1994, sucesos que horrorizaron al mundo entero por tan brutales maneras de matarse entre dos etnias de ese país africano.

Lo acontecido en Siria tiene al mundo en vilo, con cierto repudio por las injusticias que acontecen todos los días y a la expectativa, esperando si las grandes potencias militares realizan diversos ataques, que perjudican a la población civil.

Asimismo, Colombia ha sufrido un grave y cuestionable conflicto armado interno, que ha dejado al país sumido en un atraso social indudable y con una corrupción a la merced de los políticos y empresarios. En Colombia la violencia ha dejado más de siete millones de desplazados y solamente entre los años 1985 y 2013 murieron 220.000 personas entre civiles y combatientes.

Algo similar ocurre en Siria, han muerto más de 350.000 personas (aunque hay cifras que ostentan entre los 400.000 y 450.000 muertos). También han sido desplazados más de seis millones de sirios por el mundo, refugiándose en países cercanos o buscando oportunidades en Europa, pero muchas veces mueren en el intento apenas cruzando el Mediterráneo.

Las similitudes entre Colombia y Siria son inmensas: Desplazados por doquier (en Venezuela y Estados Unidos se marcharon en su momento más de dos millones de colombianos), violación de los Derechos Humanos, crímenes de lesa humanidad, ruptura del cese a las hostilidades, inclementes modalidades de matar, niños involucrados en el conflicto ya siendo asesinados o adiestrados para matar, gobiernos ineptos para actuar y defender a su población, intromisión de otras naciones con intereses particulares en los países en guerra o conflicto armado interno, violaciones a las mujeres, ataques a hospitales o escuelas y muchas más.

Colombia es el país del mundo, según la ACNUR, con mayor cantidad de desalojados. Por su caso, Siria tiene una guerra desde el 2011, pero ha sido un país que se ha visto sometido a lo largo de la historia por diferentes imperios, desde tiempos románicos hasta la actualidad. En Colombia el tiempo más agudo de la violencia sin duda fue en los años 80 y 90 y volviendo a empeorar en el 2001 a causa de la vitalidad que había adquirido la extinta guerrilla de las FARC-EP.

La historia de estas dos naciones se ha unido por unas similitudes tan deplorables, que el mundo entero ha mostrado su indignación y, afirmaría que, si en el mundo hubieran existido en los años 80 las redes sociales y los medios de comunicación que hoy existen, el conflicto de Colombia sería aún más conocido y reprochable de lo que hoy es en el mundo.  

En Colombia los paramilitares jugaban con las cabezas de las personas en la Masacre de El Salado; en Bolívar y en Siria el Estado Islámico decapita periodistas británicos vestidos con un traje naranja. Si en Colombia utilizaba, la extinta  guerrilla de las FARC-EP, los cilindros bombas para acabar con una iglesia en Bojayá, Chocó, ahora en Siria utilizan armas químicas o bombardeos para matar a la población de Damasco o Alepo.

La Siria de América Latina sin duda es Colombia, con un conflicto armado interno de más de seis décadas. Aunque se firmó el Acuerdo de Paz entre las FARC-EP y el Gobierno de Juan Manuel Santos, desmovilizando a la guerrilla más antigua del cono sur, en Colombia persisten muchas más problemáticas ligadas al narcotráfico, las BACRIM, el pésimo sistema de salud, los delitos “menores” y la aguda confrontación entre grupos armados al margen de la ley por tener el dominio en los terrenos donde se cultiva la hoja de coca en diferentes departamentos.

Si bien la guerra en Siria se ha dado en los últimos siete años y en Colombia el tiempo ha sido de más de seis décadas, estas dos naciones se han visto seriamente afectadas por confrontaciones de varios bandos, que buscan satisfacer sus intereses, además, de ser estos dos países pasos estratégicos en sus regiones: Siria es la puerta de Oriente Próximo a Europa, lo cual facilita el comercio de mercancías e hidrocarburos; y Colombia es privilegiada por su geolocalización casi perfecta con “todos” los pisos térmicos, fuentes hídricas con abundante diversidad de especies.

Y al igual que Siria con amplios recursos naturales que ayudan al PIB o son caldo de cultivo de grupos ilegales que se adueñan de estos patrimonios para delinquir, como el gas, el petróleo o la hoja de coca.

 

 

Imagen cortesía de Colombia Informa.

 

( 1 ) Comentario

  1. ReplyHernán Muriel Pérez

    ¡Es lo que siempre he pensado! Los dos países son entre ellos, espejos de sus problemáticas.

    Te falto una. Hay otra particularidad que tienen en común. En Siria por ejemplo, el mal llamado Ejército Libre Sirio, no es libre, porque está regido por el régimen de Bashar Al Asad, y tampoco es sirio, porque dentro de sus filas están los rusos, los iraníes, y todos los demás mercenarios que ellos decidan meter. Lo mismo sucede con sus ‘rebeldes’; en los uniformes de sus supuestos soldados, se ven las banderas de Francia, Estados Unidos, Reino Unido, y demás, adheridas en los hombros o en el pecho. Es decir, Siria está peleando una guerra ajena, con soldados que no son de ellos, y por intereses que no le benefician.

    Aquí en Colombia fue lo mismo. Sobre todo iniciando el conflicto cuando la Unión Soviética financiaba a las guerrillas, y Estados Unidos financiaba al ‘ejército’, que posteriormente se convirtió en Paramilitarismo, y que después nos dimos cuenta, que era un eufemismo para los mismos mercenarios que le pagábamos a Estados Unidos. Al final Estados Unidos se metió tan de lleno a nuestra guerra, que pareciera importarles más a ellos que a nosotros, y más tarde nos dimos cuenta que sólo se querían lucrar de ese infortunio. Eso está pasando en Siria.
    Buena Columna.

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Andrés Felipe Chaparro Peralta
Comunicador Social y Periodista. Curioso, amante de la ciencia y la política.