Autor: Gustavo Enrique Mestre Cubillos
El Gobierno colombiano en su afán de seguir una guerra sin sentido parece que prefiere encubrir a los paramilitares y al propio cartel de Sinaloa que hace presencia en el occidente colombiano. Con esto no quiere decir que no se tengan que denunciar el accionar de las disidencias de las FARC-EP en los territorios, pero tampoco podemos permitirnos como ciudadanos que se nos mienta descaradamente.
Se puede observar que en las regiones donde hacen presencia las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el brazo armado del Cartel de Sinaloa, Ejército y Policía patrullan y no los combaten, contrario a lo que pasa con los sectores donde hace presencia el ELN, las disidencias de las FARC-EP, del ERP y del EPL, en donde, incluso, bombardean, muchas veces sin tener en cuenta que cerca hay civiles, en su mayoría campesinos que quedan en medio del fuego cruzado.
Hago énfasis en lo anterior, porque cada vez que es asesinado un líder social, el Gobierno de una vez señala a la guerrilla del ELN o a las disidencias de las FARC-EP y solo acusan a los grupos paramilitares cuando saben que no pueden tapar el sol con un dedo; por ejemplo, tanto el Ministerio de Defensa, el Alto Comisionado Para la Paz, y el gobernador del Cauca responsabilizaron a alias ‘Mayimbú’, jefe de las disidencias de las FARC-EP, —organizadas en los frentes Jaime Martínez y Dagoberto Ramos— de la masacre de 6 personas ocurrida el domingo 1 de septiembre de 2019 en el corregimiento de Betulia, jurisdicción del Municipio de Suárez, Cauca, en la que fue vilmente asesinada la lideresa social Karina García Sierra, concejal y actual candidata a la Alcaldía del municipio de Suárez por el Partido Liberal.
Junto con ella fue asesinada su madre, identificada como Otilia García, también fueron asesinados el líder social Yeisón Obando Llantén, candidato al Concejo del municipio de Suárez, por el mismo partido; la lideresa social Aidé Tróchez, representante de la Mesa de Víctimas; el líder social Héctor González, presidente de la Junta de Acción Comunal del Barrio Las Brisas y la señora Lavedis Ramos, activista de la campaña política de Karina.
No obstante a lo anterior, las disidencias de las FARC-EP han negado su participación en las mismas al tiempo que el Cartel de Sinaloa, a través de un comunicado, se responsabilizó de tan atroz crimen desmintiendo con esto los comunicados oficiales del Gobierno colombiano.
Cabe preguntarse ¿hasta cuándo le mentirán al país?, ¿cuántas masacres como estas tienen que ocurrir para que con el mismo ahínco con el que combaten a la insurgencia colombiana también combatan a los paramilitares y al Cartel de Sinaloa? Y lo digo porque fui el primero en denunciar ante el Ministerio del Interior de la presencia del Cartel de Sinaloa en el occidente colombiano y de cómo se habrían paso con 70 hombres hacia el sur del Tolima, para luego pasar a hacer presencia en los Llanos Orientales, desde donde ahora coordinan las rutas del narcotráfico con el grupo paramilitar de “Los Rastrojos”, en el Catatumbo, los cuales a su vez tienen su base de operaciones en el municipio de Convención, que por cierto, es uno de los más militarizados en esa región.
Cuando denuncié esto, también señalé que estos grupos paramilitares tienen como segunda fuente de financiación al flagelo de la trata de personas, que para ese momento era la tercera causa de desaparición forzada en Colombia, y hoy es la segunda, principalmente de mujeres, tal y como lo revelan las cifras de desaparición de Medicina Legal que señalan que al 30 de agosto de 2019 en Colombia han desaparecido forzosamente 21 extranjeros (no diferencia entre hombres y mujeres), 2228 hombres y 1562 mujeres, de las cuales 657 rondan entre los 14 y 17 años siendo el mes de marzo donde más desapariciones se registraron (628 casos) y las zonas del país en las que se presentaron más desapariciones fueron Bogotá, con 1676; Valle del Cauca con 418; Antioquia con 341 casos; Caldas con 150; Norte de Santander con 122 y Atlántico con 86. En todas estas regiones, exceptuando a Norte de Santander, hay mayor presencia de grupos paramilitares.
Imagen cortesía de Pacifista y El Español.
Sin palabras, solo dolor de patria. Duque y su jefe Uribe Velez, aplicando la del avestruz, enterando la cabeza en la tierra, para que los problemas se resuelvan solos.
Si se denomina Líder Social…ya se sabe su procedencia y a quien le hace el mandado.
Líder Social?…o activista..agitador o anarquista.
Si las acciones q el gobierno deba tomar, este gobierno, afectan los intereses de Uribe, o sus socios, este gobierno va tratar de minimizarlo, este gobierno es cómplice de los crimines de líderes sociales, este gobierno es complaciente con una cúpula militar corrupta, y q fomenta los falsos positivos; este es un gobierno fascista.