Por Diego Tenorio conde
Me dices que no mencione más a Uribe y a Santos que en un par de años serán historia. Pero es importante Uribe, querido, porque sus argumentos son falaces y con ellos arrastra buena parte de votantes por el NO que carecen de argumentos. No me importan las Farc. Más daño le hicieron los paramilitares a la Nación –en menos tiempo– que las Farc. Y Uribe los creó y los sostuvo en beneficio propio. Como el ser más hipócrita que ha parido la tierra, hace caso omiso de la viga paramilitar en su ojo para despotricar contra la paja Farc en el del otro.
No es tanto por la paz –que depende de muchas otras variables– que debe votarse SÍ, como por la reparación. Por lo que he podido sondear, dentro de mis escasos recursos, en Cali va a ganar el NO. Es una actitud ciega de odio hacia las Farc. Pero si se ve el problema desde la perspectiva de la reparación a las víctimas, algo que sabemos –por la paquidérmica burocracia y por los intereses económicos que se tocarán– no va a ocurrir de manera rápida y satisfactoria, es nuestra obligación dejar de lado egoísmos estúpidos y cumplir con este acto de justicia con nuestros hermanos avasallados y expoliados.
Decir SÍ no es devolverles lo que perdieron, la tierra, sus seres queridos, la armonía familiar, la estabilidad económica y sicológica, la dignidad.
Decir SÍ es pedir un perdón tardío a seis millones de compatriotas, porque mientras nosotros en la ciudad nos quedábamos enconchados viendo por televisión el desplazamiento injusto y degradante, ellos eran arrojados a los semáforos de nuestra ciudad a ofrecernos chicles o dulces sospechosos, o estampitas.
Para nosotros los del televisor y los del semáforo no eran los mismos, claro. Entonces estábamos libres de culpa y los mirábamos con odio y cerrábamos la ventanilla del carro rápidamente cuando se acercaban a ofrecer su miseria. Con el SÍ no vamos a devolverles lo que perdieron, reitero, pero sí a reconocer ante ellos que su sufrimiento –el que nunca conoceremos en carne propia– es nuestra culpa por no haber sido capaces de parar antes la maldita situación.