¡Cabal, presidente!

Las familias Lafaurie y Cabrales acompañan y celebran el nombramiento, mientras que algunas unidades de la Policía sostienen paraguas y bolsos—cual percheros—.

Sátira - Política

2021-07-03

¡Cabal, presidente!

Columnista:

Michael Gutiérrez

 

La nueva jefa de Estado en Colombia es María Fernanda Cabal. La oposición sigue pensando que las elecciones no fueron transparentes y pide reconteo de los cartones. Pero la suerte ya está echada. Cabal, los Uribe, y el Centro Democrático celebran el triunfo. 

Ya en la Casa de Nariño, enaltecida por el Ejército y por uno que otro ciudadano que ve su imagen en una pantalla gigante, ella sonríe y agradece a todos sus votantes. Su mano derecha reposa sobre una biblia. Justo al lado, con la Constitución en la mano, sosteniendo un folleto del nuevo centro comercial y con una chaqueta contramarcada con su nombre, se encuentra el nuevo vicepresidente, Tomás Uribe. Las familias Lafaurie y Cabrales acompañan y celebran el nombramiento, mientras que algunas unidades de la Policía sostienen paraguas y bolsos—cual percheros—.

El discurso de posesión ya conocido por la ciudadanía, inicia con un profundo agradecimiento a Uribe–el viejo—quien proporcionó gran parte de los votantes y con un mensaje directo a la oposición:

—El castrochavismo con sus muchas artimañas, con mentiras y con un su fraude comunista intentó ganarle a la democracia, pero aquí estamos. Gracias a ustedes, Colombia saldrá adelante y dejará de lado esa «dialogadera» a la que nos tenía acostumbrados Duque, el gobierno colombiano necesita mano dura con los terroristas y vándalos, volver trizas ese maldito papel que llaman el acuerdo, que solo beneficia a los guerrilleros y necesita menos vagos y más gente de bien que quiera producir y encaminar el país a ser una potencia como Suiza. 

Todos aplauden mientras que Tomás le dice al oído:

—Mafe, no olvides la apuesta por la igualdad, y el tema este de los derechos humanos.

—Ah, y si el actuar de la Policía les molesta, y lo que quieren es ir a quejarse con organizaciones internacionales, las puertas del país están abiertas. O váyanse para Cuba o Venezuela, ya que les gusta tanto el comunismo. Es que este país está cansado de la izquierda, tienen el país vuelto un ocho. No se les olvide lo que dijo Pinochet en su momento: «Los derechos humanos son una invención muy sabia de los marxistas» y el marxismo tenemos que acabarlo. Continúo Cabal.

—Mafe, mi papá dijo que hablaras también del tema este del Congreso.

—Otra cosa importante que quiero resaltar en este día, y que espero les quede muy clara es que de ahora en adelante todos los debates para aprobar reformas o para presentar proyectos de ley se harán a la madrugada. Necesitamos enseñarles a nuestros jóvenes la importancia de madrugar, si no pregúntenle a ‘Polo Polo’, miren hasta dónde ha llegado ese muchacho.

—Mafecita y tenemos que ser muy enfáticos con lo de la seguridad. Le recordó Tomás.

—Sí, señor, la seguridad será uno de los pilares más importantes durante nuestro gobierno. Es por esto, que ahora, desde la presidencia pondré sobre la mesa el proyecto de ley para legalizar el porte de armas. Sería absurdo que con todos los congresistas que pertenecen a nuestro partido, el proyecto no avance.

—Diles también que combatiremos el narcotráfico. Susurra Tomás.

—Por supuesto que durante nuestro mandato, acabaremos con ese dañino germen como lo es la competencia desleal en el narcotráfico. Es increíble que tengamos en el negocio competidores tan directos y dañinos como guerrilleros y publicistas. Si seguimos por este camino, las familias que hemos labrado este terreno quedaremos con las manos vacías.

—Súper, Mafecita, así se habla. Recuérdales lo que han hecho nuestras familias por ellos.

—Este país que ha atravesado por una difícil situación, ha salido a flote solo porque los grandes empresarios han dado empleo a personas como ustedes. De no ser por ellos y por sus grandes inversiones al país y a la política, estaríamos más descarrilados de lo que ya estamos.  Es por esto que pido un aplauso para ellos.

Todos aplauden.

—Ya para ir terminando, quisiera recordarles a todos esos mamertos, que este gobierno no permitirá que la estrategia «narcoguerrillera» que les han metido por los oídos siga afectando al público, pero sobre todo a las empresas. Las mentes criminales que se han tomado el país deberán atenerse a los más fuertes castigos por parte de la Policía y el Ejército.

En este gobierno no seremos blandos como lo fue el pasado. Todos estos criminales patrocinados por el narcotráfico de la guerrilla y todo aquel que busque parar la economía del país será perseguido como lo que es, un bandido. Tampoco permitiremos que organizaciones internacionales vengan aquí y dibujen la protesta como algo que no es, aquí lo que están haciendo es convertir el país en una zona de guerra y eso constitucionalmente no tiene cabida ni aquí ni en ningún lugar del mundo. Continúo Cabal.

—Mafecita, esta y no te molesto más. Háblales de mi papá. Interrumpió Tomás.

—Haremos lo que hizo durante su gobierno el presidente Uribe, reconquistaremos este país. Seguiré al pie de la letra todas aquellas recomendaciones que él me dé y pondré como prioridad su economía y la de su familia, es algo que le preocupa mucho. El presidente Uribe me ha enseñado demasiado y pienso seguir sus pasos, tanto como presidenta, como terrateniente y exportadora. Lo seguiré acompañando en todos sus procesos y moveré las fichas que sean necesarias para limpiar su imagen.

Mientras la nueva jefa de Estado termina su discurso, miles de opositores, «vándalos», artistas y «guerrilleros» son conducidos al estadio Nemesio Camacho El Campin para enfrentar sus crímenes. Las cuadras consecuentes a la Casa de Nariño son las únicas intactas por el estallido social que la Policía trata de aplacar y todos en sus casas cumplen con el estricto toque de queda.

A las seis y treinta de la tarde el país queda en silencio.

 

 

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Michael Gutiérrez
Estudiante de comunicación social y periodismo en la corporación universitaria Minuto de Dios.