Una tutela interpuesta por Alirio Uribe condujo al fallo que establece que el eslogan de Enrique Peñalosa debe cambiar de “Bogotá mejor para todos” a “Bogotá mejor para todos y todas” y muchas personas han criticado la interposición del recurso. Los argumentos son varios pero ninguno sólido hasta ahora.
“Innecesario porque la Real Academia de la Lengua Española contempla que el plural considera en todos a todas las personas e individuos” No, resulta que el lenguaje no es un instrumento imparcial y por tanto afecta de manera tendenciosa nuestras representaciones de la realidad y por esa vía, nuestras acciones. Así que, sí es necesario que cambiemos un poco nuestra manera de expresarnos.
Para expresarlo de otra manera, el lenguaje es en parte reflejo de una sociedad que presenta valores y medidas que no están bien; entonces, no podemos seguir usando el lenguaje de la misma manera que antes, si queremos cambiar la sociedad en la que vivimos.
“Es que hay temas más importantes que un eslogan” Sí, hay temas más importantes, más urgentes y con más impacto concreto en nuestras acciones pero eso no descalifica el recurso para que un eslogan que usa un órgano de gobierno sea más incluyente.
“Entonces Bogotá y Bogotó para todas, todos, todxs y tod@s” ¡Ah! El siempre disponible recurso de la falacia argumentativa de “pendiente resbaladiza” en este caso ridiculizando las implicaciones de un imposible abuso del lenguaje. No, el uso del lenguaje incluyente no conduce a extremos ridículos. Y particularmente hay que entender que el lenguaje es un sistema semi-lógico, lo que implica que sus normas de funcionamiento no son absolutas.
Ahora bien, promover y usar lenguaje incluyente solo es un tratamiento paliativo. El remedio sería que nuestros actos le impriman un significado plural a las palabras (por ejemplo estudiante me viene a la mente) pero mientras no sea así, y hay muchos datos para mostrar el hecho de la discriminación, debemos cambiar nuestra manera de expresar las ideas, para que cambie nuestra manera de pensar el mundo y luego nuestra forma de actuar.
Sin embargo, no creo que lo anterior habilite a nadie a proponer morfologías diversas del español para satisfacer sus críticas, no se olvide que lo más importante es el significado y menos el significante, más el fondo y menos la forma, y empecemos a usar “todes” o a intentar pronunciar “todxs”.
Tal vez sí podemos discutir acerca de la necesidad de intervenir en el eslogan de un alcalde hoy tan impopular, y que de una manera u otra está de salida. Puede que haya oportunismo por parte del promotor y poco de identificación real con los intereses de las minorías oprimidas.
Adenda: Seguramente no le será difícil encontrar escritos u opiniones de mi parte que son diferentes a esta que presento aquí. Eso es porque he ido entendiendo lo que expongo en esta columna, son elementos que no entendía y rebatía con tozudez, hace no muchos años.
La cuestión es que no entendía que los hombres actuamos desde una posición diferente que las mujeres en la sociedad que habitamos. El esquema de roles de género que ha impuesto la sociedad no es adecuado para los ideales que perseguimos, entonces debemos cambiar.
Todas las personas son bienvenidas al debate, siempre que no lo llevemos a la agresión y mucho menos al ataque personal.
