Columnista:
Daniel Suárez Montoya
Hace poco, una mujer que podría darle a la ciudad lo que necesita: experiencia, temperamento, inteligencia y rectitud, tomó la decisión de declinar a la búsqueda del camino de la Alcaldía de Medellín, cosa que lamento; Lucía González era, quizá, la mujer con mayor conocimiento para emprender ese vuelo hacia el piso 12, pero es también comprensible, pues estuvo durante más de cuatro años liderando una misión que Colombia ojalá agradezca con el tiempo, la búsqueda de la verdad desde la Comisión de la Verdad. Bien por Lucía, merece descansar, merece recuperar parte de esos años invertidos en el país, sin embargo, pierde Medellín, pierde porque quizá no haya un nombre tan potente para dirigir la ciudad, un nombre menos a los más de 20 que han sonado para ese cargo.
Ese es el siguiente punto al que me quisiera dirigir, el numeroso listado de pretendientes que desean llegar a la Alcaldía de Medellín, algunos nombres ya desgastados, otros inexpertos, un número reducido de mujeres y otro tanto más de quemados.
Justo en esto quisiera concentrarme de aquí en adelante y exponer el caso de Juan David Valderrama, por ejemplo, quien en las pasadas elecciones no alcanzó ni la reposición de votos y hoy se observa más solo que antes, desgastado, sin compañía y con los amigos cercanos insistiendo en el mensaje de que ya pasó su momento. Mensaje que debería escuchar y que desde esta columna quisiera invitarle a que lo comprendiera.
Valderrama debería recogerse y acompañar a otros nombres, reunir en lugar de dividir, conectar en lugar de separar, permitir que otros nombres lleguen. Recordemos que entre más nombres en el tarjetón, más vamos a dividir a las personas y hoy, en un panorama tan lamentable como el que ha dejado la administración de Quintero, necesitamos candidaturas alternativas que nos unan y no lo contrario. Por eso, Juan David podría dar un paso al costado y acompañar a quien venga detrás de él o que tenga más oportunidades.
Merecemos menos división y más unidad, esa que estamos viendo en algunos buenos nombres que se aproximan a proponerse como alternativa para el Concejo de Medellín, pero ellos necesitan y merecen un buen liderazgo y ese no está en ‘Valde’, como lo llaman; necesitamos despertar esos nombres que pueden generar un contrapeso fuerte, que pueden levantar numerosos votos y traer motivación, esa que se ha perdido en muchos sectores de la ciudad. Quintero nos durmió, pero aún no llega alguien para despertarnos. ¡Estamos a tiempo!