Son grandes, suben casi hasta el ombligo, de un color oscuro o crema desabrido, carentes de estética visual, en resumen; Son los calzones más feos que podrías tener puestos en un encuentro sexual. He consultado con muchas mujeres y, en vista de los resultados, he llegado a considerar que todas tenemos en nuestro ajuar unos nada sensual y muy desastrosos calzones de anciana.
Este tema es, en realidad, la más superficial y vergonzosa de las confesiones, pero es que aquellos pantis de “abuela consagrada” son increíblemente cómodos, no tallan, fieles amigos en aquellos días en que nada te queda, sea por el periodo o no, y a diferencia de la tanga nunca se tragan por donde no deben.
Ya me lo había advertido mi madre al decirme que no había nada más carente de gracia que aquella prenda, me botó algunos en su impositiva manera de heredarme algo de su primor y finura, pero yo, pensando en los días fríos y algunos vestidos, mantuve uno que otro dentro del cajón de la ropa interior.
Claro que es rico sentirse atractiva a la hora de tener un encuentro sexual, uno de esos que, como dice mi mejor amiga, te deja bien alineados los chacras. Pero llegado el caso de tener una ropa interior hedionda en el momento del coito, también es una buena herramienta para medirle el voltaje a la persona con quien estés. Es decir ¿quién quiere estar con alguien que valora más lo que usas a lo que eres? No hablo de una discrepancia infinitamente espiritual, pero pensemos en esto: si el calentón se lo frena una prenda que no es de su agrado… ¡déjalo ir!
Hay una gran desventaja en dejarnos esclavizar, una vez más, por las marcadas tendencias de la “moda”. Los encajes, elásticos, brillos, rellenos y demás, si bien tienen un marcado encanto visual, contienen altos niveles de fibra de elastano y nailon perjudiciales para nuestra salud.
Si mis queridas damas, y hasta caballeros, la ropa interior muy ajustada y de materiales sintéticos, contribuye a guardar humedad y aumentar la temperatura de la zona genital, esto puede terminar por acarrearnos a las mujeres infecciones genitales por hongos o bacterias, como la candidiasis, empeorar enfermedades de transmisión sexual como es el caso de la clamidiasis y, para ambos sexos, generar contacto dermatitis ..
La candidans albicans, hongo que desencadena la vaginitis, y la dermatitis por contacto se pueden evitar con el solo hecho de usar ropa interior de algodón, ambas situaciones son uno de los motivos más recurrentes de consulta, la primera altera notablemente el flujo vaginal y la segunda es, además de visible, muy dolorosa. En momentos como estos aquel hilito negro cargado de encaje no parece tan buena idea.
Según un estudio sobre organismos patógenos causantes de infecciones vaginales, realizado en agosto del año pasado por María Iralda Cela “La salud vulvar depende de que la piel y la mucosa de la vulva se mantengan en equilibrio con el medio ambiente, razón por la cual, todo lo que ejerza una alteración de la relación entre la vulva y el medio ambiente facilita que ésta se irrite o adquiera determinadas afecciones. Por eso es tan importante mantener la homeostasis o equilibrio de la humedad y temperatura de la vulva.”
Finalmente el gran llamado es a buscar la comodidad por sobre todas las cosas, amar al algodón como a ti mismo y, por qué no, dejar de usar pantis cada que sea posible. No creo que aquellos calzones de anciana logren ser una tendencia, pero al menos logran evitarnos dolores de cabeza.