ATENCIÓN: El contenido de este artículo puede herir la sensibilidad de algunos lectores, aunque lejos está de ser ese su objetivo.
Para nadie es un secreto y es evidente que desde tiempos inmemorables las apariencias engañan, sino pregúntense… ¿Qué miraban los autores del 9/11? ¿Qué escuchaba Timothy Mcveigh en 1995 para hacer ese acto terrorista en el cual fallecieron más de 160 personas? ¿Qué pensaba el asesino del famoso Beatle? ¿Qué profesaban Mao Tse Tung, Stalin y Hitler?
Nadie pudo imaginarse que dichas personas llegarían a desatar tantos conflictos, tristezas, decepciones, etc. Pero así, sin tener antecedentes o mala fama, lo hicieron; por esta razón queda claro que un traje con corbata no hace buenas personas, y ni mucho menos un tatuaje las hace malas.
En la actualidad, por ejemplo:
“Los tatuajes se consideran como una moda, una forma de expresarse, de arte, de cultura, de identidad, etc. Las razones por las que una persona decide tatuarse son muy variadas; puede tener un significado, puede ser simplemente gusto, puede ser solo moda o por querer verse diferente al resto de la gente”, ¹ Urcid (2017).
Más allá de las razones, mucha gente piensa que las personas perforadas o tatuadas son satánicas, drogadictas o delincuentes. Pero he ahí el problema de la sociedad: solo se la pasan hablando de todos y no tiene presente que antes de hablar debería mirarse bien a sí misma.
Así conseguiría disociar el hecho de estar tatuado con ser mala persona o mal profesional, tal vez en ese momento cuando las personas piensen en eso, solo ahí, puede verse un cambio en la humanidad.
De la misma manera, los tatuajes y la religión siempre fueron y son un tema controversial:
”Este cuestionamiento parece recurrente entre los más curiosos, pero no pareciera ser tan así entre los propios adeptos al cristianismo y al judaísmo que deciden tatuarse. Todos hemos visto a alguien con un tatuaje relacionado con alguna de estas dos religiones.
(…)Muchas veces hemos escuchado esto, aunque en realidad es algo que a muchos de los que llevamos tatuajes poco nos interesa o simplemente lo tomamos como un prejuicio y hasta con algo de gracia”.
Es importante también aclarar lo ulterior, en cuanto al aspecto religioso:
“La Biblia es el conjunto de libros canónicos mediante el cual se transmiten los pensamientos de Dios, según los creyentes del judaísmo y el cristianismo, pero muchos de ellos llevan tatuajes y al ser confrontados ante esta escritura suelen señalar que se trata sólo del Antiguo Testamento. En fin, la Biblia condena los tatuajes y hacerse un tatuaje es un pecado”. ² Pino (2013).
Aproximadamente el 30% de la población del mundo cree en el cristianismo; pero… Cuántos de ellos se han tatuado sin saber lo que describe la Biblia sobre las personas tatuadas. Sin más palabras, si la religión te hace odiar a otro ser humano por su preferencia sexual, su color de piel o cualquier otra diferencia, estás muy equivocado con tu creencia.
Jesucristo solo enseña que hay que vivir con amor, perdón, misericordia y empatía, no con odio y agresión. Por eso necesitamos darnos la mano entre todos, para que el rico ayude al pobre y que el pobre no juzgue al hombre. De igual importancia, es necesarios destacar lo siguiente:
“Estar o no estar tatuados no nos convierte en menos profesionales, en más peligrosos, o en menos serios.
Parece que en la teoría esto tiene mucha lógica; no obstante, en la práctica nos encontramos que los prejuicios aún pesan y que se acaba discriminando a las personas que llevan tatuajes, en algunos casos.
(…) Por suerte, vemos que poco a poco, y paso a paso, se va aceptando cada vez más y el número de personas tatuadas también va en aumento, llegando al 30% de la población”, ³ Tatto Cleaners (2013).
De la misma forma, no sólo el campo del laburo tradicional se ve permeado por este tipo de discriminación:
“Son muchos los casos en los que, por un tatuaje, una persona no puede optar a un puesto laboral, siendo esta una clara discriminación. Sin ir más lejos incluso en el ejército no está permitido el acceso si el joven tiene tatuajes, o en cientos de maquiladoras ocurre lo mismo. Cuando alguien decide decorar su cuerpo con un tatuaje es inmediatamente juzgado por la sociedad.
(…) Hay que tener en cuenta que una persona es válida o no, para desempeñar un trabajo, por sus cualidades y eficacia, no por el hecho de tener un tatuaje es alguien incapaz o deleznable, esto es algo totalmente secundario que todos deberíamos tener en cuenta.
(…) El tatuado es una persona normal, que ve en esta forma de expresión corporal un modo de vida, que le gusta decorar su cuerpo con motivos cargados de significado personal y a veces emotivo que solo esa persona conoce”, ⁴ La Carbonifera, (2014).
Es imprescindible recordar que cualquier discriminación, sea cual sea, es perjudicial para el buen desarrollo de un país. Por esta razón, en los últimos años, Oscar Quetglas, fotógrafo mallorquín, en colaboración con el tatuador José Juan Real ‘’han intentado conseguir desestigmatizar la imagen de la persona que lleva un tatuaje”.
Para eso, llevaron a cabo un proyecto llamado Las apariencias engañan, en el que se pueden ver fotografías de diferentes personas con su ropa de trabajo y sin ella, tapando de un lado sus tatuajes y en el otro dejándolos al descubierto. En cada una de las fotos preguntan si los tatuajes los hacen menos profesionales. ⁵ Tatto Cleaners, (2013).
De la misma manera, bajo el lema «El tatuaje es arte, no te hace delincuente’’, la organización que lucha contra la discriminación del arte del tatuaje y el spray, Tattoograff Crew, ha difundido varias imágenes, con el objetivo de criticar la discriminación laboral. En su descripción dice:
“Vamos tatuados, pero no es ningún impedimento a la hora de trabajar. Solo tenemos arte en nuestra piel, recuerdos con los que queremos vivir toda la vida y recordarlos siempre, experiencias buenas y malas en la vida contadas en nuestra piel.
Eso no nos hace ser ni malos, ni antipáticos, ni tratar mal a las personas. Cada uno cuenta y recuerda su vida de una manera», destaca Andrea Sánchez modelo sobre esta iniciativa’’ ⁶ Agüera, (2017).
Y para quienes siguen pensando que los tatuajes son de criminales o de personas que, como consecuencia, nunca podrán encontrar un buen trabajo, les quiero compartir a continuación un gran ejemplo que sin duda se debe destacar: este es el caso de Vladimir Frans, excandidato presidencial y viceministro de cultura que tiene casi todo su cuerpo tatuado.
“Seguramente y gracias al relativo éxito de Vladimir Franz en la candidatura presidencial, otros políticos y la opinión pública en general pueden empezar a pensar que lo que haya sobre la piel de sus candidatos no importa en lo absoluto, y más que eso debería importarles es si la persona está lo suficientemente preparada para darle a su pueblo lo que este necesita’’ ⁷ Durán, (2014).
No te dejes engañar por las apariencias, lo que está por fuera no siempre muestra lo que está por dentro.
Referencias:
- Joseph F. Urcid Nava, 2017, Repercusión de los tatuajes en la sociedad en Puebla.
- Fernando Pino, 2013, ¿Qué dice en la Biblia sobre los tatuajes?, VIX.
- Tatto clearns, 2013, Prejuicios sobre los tatuajes en el S.XXI.
- Editorial – La Carbonifera, 2014, Los tatuajes son como las corbatas, ponértelos no te hace mejor, ni peor persona.
- Tatto clearns, 2013, Prejuicios sobre los tatuajes en el S.XXI.
- Antoni Agüera, 2017, Ir tatuado no te hace un delincuente, UH Noticias.
- Ricardo Durán, 2014, El excandidato presidencial de República Checa y actual viceministro tiene todo su cuerpo tatuado, Blogs El Tiempo.
Foto cortesía de: TKM