Luis Pérez Gutiérrez prometió, dentro de su plan de desarrollo, una universidad digital. Él, que había sido rector de la Universidad de Antioquia en 1990, no sabía, al parecer, que los trámites para acreditar programas académicos ante el Ministerio de Educación toman tiempo.
Vendió su plan, con bombos y platillos, como único: “el más innovador de la educación en Colombia en los últimos cincuenta años”. Decía que iba a tener cien mil estudiantes matriculados al finalizar su paso por la Gobernación.
Han pasado tres años desde que está en el cargo, ese sueño de poder estudiar —que multiplicaba cinco veces el número de estudiantes de la Universidad Nacional, Sede Bogotá— se ha ido desinflado.
En noviembre de 2018 solo se ofrecían cuatro cursos complementarios de educación secundaria: matemáticas, biología, habilidades comunicativas y química. De los cien mil estudiantes propuestos, solo se habían matriculado 1133.
Toda la inversión para el plan digital, según Darío Montoya, exrector de dicha institución, era, hasta noviembre, de dos mil millones de pesos. Luis Peláez, diputado de Antioquia, en un artículo publicado por el periódico El Colombiano, aseguró que esa inversión era de cuatro mil millones.
Si son cuatro mil millones, como lo aseguró en su momento Peláez, es ilógico que parques educativos, como el del municipio de Argelia, llamado Dejando Huellas, ubicado en una subregión del departamento que enfrentó la violencia en dimensiones desproporcionadas, que tiene pocas oportunidades en educación para sus jóvenes, tenga desfinanciadas y abandonadas, por la Gobernación de Luis Pérez Gutiérrez, sus instalaciones.
El anterior plan de desarrollo departamental, denominado “Antioquia la más educada”, garantizaba cuarenta millones de pesos anuales para la sostenibilidad y la oferta de programas educativos.
En la ordenanza se aseguraba que el departamento de Antioquia cumpliría la obligación de garantizar los servicios educativos en municipios no certificados, como en el caso de Argelia.
Una sentencia del Tribunal Administrativo de Antioquia, fechada el 11 de marzo de 2019, con número de radicado: 05001333303620180016401, asegura que la administración de Luis Pérez afectó el patrimonio público al quitarle recursos a la política pública de Parques Educativos:
“Considera debidamente probado la existencia de diferentes daños al patrimonio público, por la conducta negligente de funcionarios del departamento de Antioquia.
Agrega que impulsar la derogatoria de la ordenanza No., 36 de 2014, además de dejar sin asignación presupuestal los Parques Educativos, conllevaría el daño patrimonial, pues no se estableció un equipo de profesionales y funcionarios responsables de velar por el adecuado funcionamiento de los Parques Educativos, dejando estos patrimonios públicos sin una institucionalidad clara que garantizara el cumplimiento de su objetivos misional y su sostenibilidad”.
Si se destruye lo construido, si se plantean ideales imposibles —como lo han demostrado las cifras de la Universidad Digital—, si cada gobernante impone otra política pública diferente y olvida la anterior, si se prioriza un hipódromo antes que la educación, es poco probable que se cumpla el eslogan de la Gobernación: “Antioquia piensa en grande”.
Luis Pérez, dígale a los niños de Antioquia cómo van a pensar —y más en grande—, si se prefiere seguir invirtiendo en un proyecto educativo de miles de millones de pesos, con pocos resultados, y se deja en el olvido a muchos niños, de municipios alejados, sin la posibilidad de tocar una guitarra, un piano, una trompeta… Sin las instalaciones, los profesores y los recursos económicos necesarios para descubrir el arte y la cultura.
Foto cortesía de: Kienyke
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