Columnista:
Fredy Chaverra Colorado
Aunque para el grueso de la población de Medellín la alcaldía de Daniel Quintero pasa por su mejor momento —gracias a la omnipresencia de la COVID-19 y las oportunas medidas que se han tomado para hacer frente a la pandemia—, también hay que admitir que otros temas han pasado a un segundo, tercer o quinto plano y, sobre ellos, el alcalde no ha sido tan efectivo como sí lo ha sido con la atención del virus.
En vista de que la ciudadanía se encuentra en estos momentos condicionada a su posición personal o social frente a la COVID-19, Quintero ha sabido aprovechar esa circunstancia y así ha evitado pronunciarse sobre acusaciones muy delicadas de censura, abuso de confianza, conflicto de interés, “amigos” contratistas y posibles hostigamientos que salpican a su primer círculo de funcionarios de alto nivel en su administración.
Desde hace un mes se han venido publicando por medios nacionales denuncias gravísimas sobre algunos hechos acontecidos dentro de La Alpujarra, sobre los que el alcalde sigue guardando silencio mayormente. Quintero no se pronuncia y, al parecer, no lo va hacer.
El enredo del secretario Hurtado
La primera denuncia se conoció el lunes 4 de mayo e involucra a su secretario de Hacienda, el excongresista Óscar de Jesús Hurtado, uno de sus funcionarios de mayor confianza.
Sobre Hurtado Caracol Radio señaló los intereses de una empresa de su familia en la red hospitalaria de la ESE de Metrosalud, entidad donde fue nombrada como gerente su excuñada Martha Castrillón. La denuncia fue retomada por RCN Radio y El Tiempo, así como por una serie de medios locales que no solo cuestionaron al secretario, sino que exigieron a Quintero tomar medidas.
Aunque Hurtado se ha visto cuestionado nuevamente —por un posible conflicto de interés también en Metrosalud— y no es claro el nivel de injerencia que pudo tener en la nominación de Castrillón como gerente de la ESE, Quintero no se ha pronunciado y parece que el secretario, con vasos comunicantes con el sector liberal de Envigado (con tres exalcaldes procesados por corrupción), saldrá “bien parado” de esas gravísimas acusaciones.
¿Contacto con ilegales?
Un mutismo similar ha tomado Quintero con la plataforma de derechos humanos Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, que le ha pedido insistentemente pronunciarse sobre una estrategia (ya descartada) que se presentó hace algunas semanas en un documento oficial de la Alcaldía.
En el texto se establecía, como medida de atención en medio de la pandemia, un “contacto con grupos ilegales que controlan el territorio para articular la atención territorial” ¿Se ha pronunciado el alcalde de Medellín sobre este delicadísimo tema? Pues no, más bien se ha hecho “el de las gafas”.
Seguimientos en las redes sociales
A la denuncia que enreda a su secretario de Hacienda se suma una serie de acusaciones presentadas por la emisora La W sobre abuso de confianza y censura.
La primera involucra a la exconcejala Luz María Múnera, quien fungió durante dos meses como artífice de un proyecto de Gerencia de Paz, y del cual fue retirada tras cuestionar públicamente la autorización del ingreso de la fuerza de choque del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (ESMAD) a la Universidad de Antioquia.
Poco importó la trayectoria social y el reconocimiento de Múnera como una de las principales promotoras de paz en la ciudad. Solo por cuestionar esa decisión (que muchos funcionarios de la Alcaldía no se atrevieron a hacer pública) le fue retirado un nombramiento y, lo peor, es que a la exconcejala no se le pagaron sus dos meses de trabajo.
La segunda es aún más lamentable e involucra a Viviana Tobón, exfuncionaria del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y una de las referentes en temas de movilidad de la ciudad.
A Tobón, el nombramiento en la Subsecretaría de Control Vial se le cayó a los pocos días de haberlo asumido por, supuestamente, criticar en redes sociales algunas decisiones del alcalde en medio de la contingencia ambiental de febrero.
¿Acaso, se están monitoreando las publicaciones o comentarios de las personas que integran la administración en relación con las decisiones de Quintero? De ser así, ¿esa será la “lista negra” de la cual ha venido hablando en su cuenta de Twitter el concejal Daniel Duque?
Estos dos casos evidencian el poco espacio de la crítica en la Medellín Futuro y me recuerda las actitudes del exalcalde Federico Gutiérrez (de quien Quintero solía decir se “hacía el de las gafas” para evadir cuestionamientos).
Personalmente, en mi labor como colaborador de un portal de opinión en el cual he publicado una serie de siete columnas sobre el alcalde y sus posiciones, me he visto insultado y hostigado por personas vinculadas a la administración.
El funcionario Óscar de Jesús Hurtado me calificó en un mensaje de texto como “lora” que repite supuestos montajes uribistas e intentó amedrentar mi libertad de expresión. Comentario que inquieta si se tiene presente que, en la plataforma Medellín me Cuida, los ciudadanos ingresamos información personal sensible.
Al igual que ‘Fico’ —que siempre se apoyó en su imagen favorable para no responder preguntas incómodas—, Quintero parece transitar por un camino donde siente que el medidor de su popularidad y autosuficiencia lo favorecen para guardar silencio. Craso error.
Si bien en tiempos de pandemia se conoció el perfil de liderazgo de quien en campaña se presentó como un político independiente, alternativo y sin jefes políticos; su silencio y su actitud silente hace que cada vez se le perciba más distante de una base social que creyó en él y frente a la cual se pone sin ningún problema las “gafas” que tanto le cuestionó a su antecesor.
Fotografía: cortesía del Movimiento Independientes.
