La candidatura en cabeza de Iván Duque tiene varios aspectos a considerar, algunos que son de preferencia ideológica como la equidad de género y otras que son francamente inconvenientes para Colombia en este momento como el fracking y la intensificación de impuestos regresivos.
Un aspecto preocupante es la posición que han mostrado frente a los acuerdos de paz logrados con la ya desmovilizada FARC, si bien era posible mejorar los acuerdos, ese momento ya pasó y buscar intervenir sobre los mismos, implica primero, una inversión de tiempo y recursos que el país no tiene, y segundo, un riesgo de provocar mayor inestabilidad para muchas poblaciones que hasta ahora se están estabilizando.
También son preocupantes sus compañías, la composición del partido al cual está inscrito y la particularidad de tener a Álvaro Uribe como mentor; en especial considerando que ya hay una mayoría en el Congreso que lo apoya, tener un presidente que promueve las ideas de la misma persona es una lesión a la democracia misma.
Respecto a las propuestas de la candidatura encabezada por Gustavo Petro se dice que algunas son populistas, y la mayor parte de las críticas que he podido ver se relacionan con una gestión mala en la Alcaldía de Bogotá. Sobre la propuesta, no parece que sea indeseable en sí misma, sino que la persona del candidato no genera confianza y en muchas ocasiones rechazo.
La candidatura de la Colombia Humana genera rechazo por dos motivos principales: la persona que lo encabeza y el temor a que las propuestas hechas no se cumplan. La candidatura del Centro Democrático genera rechazo porque podría cumplir algunas de las propuestas y concentraría demasiado poder en la misma persona.
Así las cosas, parece que elegir no votar por la Colombia Humana es tener conflicto con Petro y no votar por el Centro Democrático es considerar que es el camino equivocado para Colombia. Entre votar a alguien detestable controlado por el Congreso y elegir un camino nocivo para Colombia sin control parlamentario me quedo con la primera opción.
Adicionalmente, deberíamos considerar que Iván Duque sí tiene poco más de 40% del censo electoral asegurado; sus votantes están convencidos y son disciplinados, así como los de otras campañas que se han adherido; lo que implica que la inacción, la abstención activa o pasiva y el voto en blanco lo favorece. Si usted piensa que este camino es malo para Colombia, no tiene otra que votar por Colombia Humana.
Yo, así como sus razones para no votar por Petro pueden estar concentradas en su persona, le pido personalmente que recuerde a las víctimas del conflicto especialmente a las que sobreviven en las zonas donde los acuerdos de paz deberán tener un impacto positivo más pronunciado, por esas personas: vote por la Colombia Humana este 17 de junio.