Sabemos que ‘Uribito’, como se conoce popularmente a Andrés Felipe Arias, llegó hace unos meses de Estados Unidos. Esto tras pagar una parte de su condena en ese país.
Inicialmente al Uribismo le temblaron los pies. Sabían que todos los ojos de los ciudadanos y de los medios iban a estar encima de este caso. Pero, como era de esperarse, el expresidente no quiso dejar ningún cabo suelto. Es por esto que buscó sacar un proyecto de ley en el que pedían revisar de nuevo la sentencia y, que mientras lo hacía, el implicado quedara en libertad. Al parecer, la jugada no le salió como se esperaba, entonces Uribe tuvo que dar un paso hacia atrás y cancelar el proyecto.
Muchos pensamos que al fin Arias iría a pagar su condena, según la sentencia dada, pero salió su superhéroe a defender a su discípulo.
Arias no está en libertad, bueno, se supone, está viviendo en una cómoda casa de 4 habitaciones, en las cuales, hay otras 2 personas también investigadas por casos de corrupción, una de ellas es el general Romero de la Cuarta Brigada.
Lo que no me queda claro es: ¿por qué Uribe estaba tan alterado y pedía casi que a gritos que capturaran a los integrantes de las FARC que decidieron rearmarse?, ¿por qué algunos criminales sí se deben podrir en la cárcel, pero sus protegidos parecen de vacaciones mientras cumplen una condena?
No quiero que piensen que estoy poniendo en la misma balanza los delitos de Arias y los de los rearmados, eso sería una locura.
Lo que sí busco decir es que nuestra Constitución debe regir de igual manera para todos. Busco decir que, usted, Álvaro Uribe, no puede salir con su capa a defender a cada uno de los suyos que comete algún delito. No los puede arropar con un brazo mientras que, con el otro, mueve las leyes a su antojo.
Foto cortesía de: El Espectador