A ojos vistos

Opina - Cultura

2016-10-16

A ojos vistos

Estimado lector. Por esta vez y aunque hayan temas y motivos suficientes para hacerlo, no voy a escribir de política o actualidad nacional. Quiero hacer un paréntesis en la tan convulsionada realidad colombiana, para contarle a usted un hecho que aunque personal, me atañe y tengo razones suficientes para querer difundirlo.

Hace un par de años me interesé en participar en un concurso de cuento y poesía, que organizó la Secretaría de Cultura y Turismo de la ciudad de Cali, a través de su sala Jorge Luis Borges, que es un lugar destinado a prestar servicios relacionados con el acceso a la cultura, en especial, para personas con discapacidad de dicha ciudad. Pues bien, el concurso de cuento y poesía, estaba abierto para esta población en todo el país. Al ser persona ciega y gustar de la escritura, me animé a participar. (Lea aquí la convocatoria.)

Envié un cuento que escribí en el año 2011, a raíz de un incidente que ocurrió en el metro de Medellín, en el que una persona se quitó la vida lanzándose a las vías del tren y la empresa Metro, minimizó el hecho argumentando inconvenientes técnicos; así titulé mi cuento, una historia con una alta dosis de crítica social y algunas reflexiones personales sobre las dinámicas del mercado y la comunicación. (Lea aquí el cuento completo.)

Dos meses después fui informado telefónicamente por parte de la coordinadora de dicha sala, la señora Luz Marina Gamboa, que había sido el feliz ganador del premio al segundo puesto en la modalidad de cuento; naturalmente la reacción fue de mucha felicidad y orgullo, pues nunca imaginé que sería ganador. La coordinadora me indicó el procedimiento para reclamar el premio, el cual cumplí con presteza. Pero como todo en nuestro país es lento y sometido a dilaciones, pasaron tres meses desde que cumplí con los requisitos de la Secretaría para reclamar mi premio, pero este no llegaba.

Empecé a intercambiar comunicaciones electrónicas con la señora Luz Marina, quien sinceramente apenada me prometía ponerse al frente de la situación, ya para ese momento anómala. Y así me la pasé durante siete meses en los que las comunicaciones iban y venían, se establecían nuevos plazos y se brindaban nuevas esperanzas pero el premio no llegaba. Debo contarles que conmigo, también participó un amigo en la modalidad de poesía y quien coincidencialmente, también obtuvo el segundo premio con tan buena suerte, que éste sí le fue entregado.

En el mes de julio del año pasado y ya desesperado y con el sordo presentimiento de haber sido robado, instauré un derecho de petición a la Secretaría de Cultura y Turismo de Cali, responsable directa del concurso y la única respuesta del ente gubernamental, fue que el operador de dicho contrato se había apropiado del dinero destinado al cubrimiento de las obligaciones de la Secretaría y muy diligentemente, compulsaba copias a dicho operador que por cierto, andaba desaparecido.

Imagen cortesía de: RedNEL Colombia

Imagen cortesía de: RedNEL Colombia

Pues sí, querido lector, es ya octubre de 2016 y aunque ha pasado tanto tiempo, no me resigno a que me hayan robado a ojos vistos, pues en la Secretaría dicen estar muy apenados y conscientes de la deuda que no solo tienen conmigo sino con otras personas, pero tampoco hacen nada para cumplirnos. Este año volvió a abrirse la convocatoria para participar en el dichoso concurso y alguien se atrevió a sugerirme que como me gustaba escribir, participara. ¿Para qué? ¿Para qué me vuelvan a robar el premio?

Es increíble que estas cosas en nuestro país sigan pasando y que lo único que nos quede sea relatar la situación y compartirla en nuestras redes sociales. Que sea este un motivo suficiente para revisar el tema de los concursos literarios y de cultura, que muchas veces hacen ofertas engañosas o trabajan con verdades a medias sobretodo en el tema de los derechos de autor, puesto que no siempre quedan claras las políticas de cesión de derechos.

Aprovecho pues esta tribuna que muy amablemente me abren los compañeros de la Oreja Roja para denunciar públicamente, a la Secretaría de Cultura y Turismo de la ciudad de Santiago de Cali, por robarme de frente y a ojos vistos, el premio al segundo puesto en la modalidad de cuento, en el Onceavo Concurso de Cuento y Poesía, realizado por la sala Jorge Luis Borges, adscrita a dicha entidad pública; y por ende, conmino a sus funcionarios no solo a que brinden las explicaciones pertinentes, sino a que además cumplan con la entrega de dicho premio con las compensaciones económicas correspondientes.

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Mauricio Ceballos
Mauro Ceballos Montoya (Junnio), es abogado, comunicador social-periodista, amante de la literatura, la música, la radio y los animales. persona sensible, buen amigo, alegre y optimista. le gusta hacer las cosas bien y por eso es algo perfeccionista. no le gustan las injusticias y trata de no quedarse callado, aunque a veces es difícil. tiene la costumbre de malpensar, porque dice que así está más consciente de su realidad. por último, quiere compartir con usted, este pequeño escrito que en mucho o en parte, lo condensa todo: Puro humano. Soy juez y parte, fiscal y defensor, luz y oscuridad, ángel y demonio, egoísta y altruísta, tímido y despierto, soy la duda y la razón, lo ideal y lo absurdo, creyente y necio, trasparente y mentiroso. Soy la contradicción perfecta, humanidad pura.