A oídos de ‘Gabino’

El periodismo además de las funciones sabidas y repetidas de informar, opinar, orientar, recrear y, sí señores, educar, tiene el deber de denunciar y de convertirse en la voz de los que no la tienen o no la quieren tener. Como periodista hago uso entonces de este espacio -como también lo hice para pedirle a ‘Timochenko’ que recapacitara y diera un paso adelante hacia la paz, lo que al fin se consiguió con esa guerrilla que lideraba-, para pedirle franca y abiertamente a Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, que defina de una vez por todas su posición frente a los diálogos que el Eln lleva a cabo con el Gobierno Nacional.

Le voy a hablar sin ambages y sin eufemismos. ¿Quiere la guerrilla que usted comanda, señor Rodróguez, ingresar a la vida legal y ayudar, desde ahí, al pueblo que tanto dice defender? Realmente no parece, porque los últimos ataques que ha perpetrado y que ha dejado policías muertos, familias destrozadas y civiles horrorizados y con miedo, son una muestra de su no voluntad de paz, voluntad que en repetidas ocasiones tanto sacan a relucir pero que no demuestran.

Muchos se han pronunciado sobre los actos terroristas que el Eln ha cometido en los últimos días y muchos, también, han decidido que lo mejor es combatirlos a usted y a sus hombres con firmeza.

Mejor dicho, ustedes mismos le están dando la razón a la derecha de este país que todo lo quiere solucionar a la brava y a plomo.

Yo, por el contrario, y creo interpretar a muchos colombianos, creo que la mejor salida a un conflicto es el diálogo. Por eso defendí y defiendo los acuerdos con las Farc (hoy la Farc) y respaldo las negociaciones con los ‘elenos’, pero no puedo empecinarme en apoyar un diálogo de sordos como el que parece quieren tener ustedes.

Por esa falta de coherencia que han mostrado, lo que hay que respaldar es la institucionalidad y al Presidente de la República con la decisión que  ha tomado de suspender esos diálogos. ¿Cómo no, si ustedes piensan que volando estaciones de Policía, oleoductos, haciéndoles daños a la naturaleza y a la población, van a lograr el poder? ¿Aún piensan eso? ¿Aún persisten en la lucha armada que ha demostrado ser un fracaso? Pregúntenle a la Farc a ver qué dice.

El Eln, señor Rodríguez, nació, y usted lo sabe, como una guerrilla que quería reivindicar a la población desamparada, para ayudar a los más necesitados y para defender al país de intromisiones extranjeras. Sus fundadores y líderes reconocidos fueron sacerdotes que, en nombre de Dios, empuñaron las armas. Que ustedes sigan pensando que ese es el camino para lograr esos ideales es asunto de inmensa discusión, pero lo que sí no se puede entender, ni aceptar, es que hablen de paz pero sigan en una guerra fratricida que jamás ganarán.

¿Quieren un cese bilateral del fuego? ¿Por qué? ¿No es acaso dejando de disparar ustedes como podrían demostrar que quieren avanzar en las negociaciones? ¿Tienen ustedes la posibilidad de exigirles al Gobierno y a las Fuerzas Militares que dejen de operar y de perseguir a todos los que estén al margen de la ley?

¿Quieren pasar a la historia como una guerrilla o como un grupo de delincuencia común? ¿Realmente están dispuestos a ayudar a la gente o quieren destruirla a punta de bombas y de miedo? O cuéntennos entonces, y con la verdad en la mano, si es que unos quieren y otros no. ¿Controla usted, señor Rodríguez Bautista, a todos sus hombres o el Eln son varias guerrillas con varios comandantes?

Son cosas que hay que saber porque de nada serviría entonces continuar con una mesa de diálogos si cada uno anda por su lado. Ustedes deben reconocer que este Gobierno ha sido generoso, les ha abierto las puertas para sentarse a dialogar y no es posible que paguen esa generosidad con atentados, dolor y pánico y muerte.

Ustedes tienen la oportunidad de pasar del monte a tener una mejor vida, más sosegada, más tranquila, más en paz (y de darnos a los colombianos lo mismo), con este Gobierno, porque si llega otro que desee más la guerra que la reconciliación, vendrán tiempos muy difíciles para todos. Piénsenlo, todavía faltan seis meses para que no dejen pasar la opción que el presidente Santos y mucha gente les están brindando. ¿Que seis meses son poco? No lo creo, por lo menos podrían dejar sentadas las bases para que quien llegue a presidencia, continúe y finiquite esos diálogos.

No es la primera vez que le escribo, señor ‘Gabino’. Y si es necesario, le volveré a escribir, porque como le dije más arriba, hay muchos colombianos que piensan lo mismo que hoy le expreso. Que la lucha armada no tiene sentido, que el país ha dado, con las Farc, un paso gigante en el camino de la reconciliación y la paz, que las vías para podernos entender, todos, es la legalidad, el diálogo y la institucionalidad, que el hecho de que pensemos diferente no significa que tengamos que matarnos.

¿Van a ser inferiores al desafío que la vida actual les plantea? ¿Van a defraudar su palabra de querer la paz? ¿Van a desilusionarnos a los colombianos que creemos que una paz completa, es decir con usted también, es posible? Porque de ser así, también sería coherente que lo dijeran y con eso ya sabemos todos a qué atenernos.

Todo, absolutamente todo, sería muy paradójico, por decir lo menos, si termina en que usted, ‘Gabino’ y sus hombres, sean los que acaben volviendo trizas la paz que todo el país anhela.

Adenda. Los líderes sociales siguen siendo asesinados. Que el Gobierno tampoco se haga el de la vista gorda con este lío tan grande que entorpece cualquier posibilidad de paz. Así como se les pide a los grupos al margen de la ley que tengan coherencia entre sus palabras y sus hechos, también es perentorio que el Gobierno la tenga, sobre todo, cuando está en marcha un proceso de implementación de los acuerdos con la Farc y un proceso de paz en curso con el Eln, que aunque parece muerto, aun puede respirar.