En Medellín muere una persona cada 3 horas por causas relacionadas con la contaminación del aire, afirmó en una publicación reciente de Revista Semana el profesor Elkin Martínez, investigador de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. Escalando la cifra por horas, equivale a 2920 personas que mueren anualmente a causas relacionadas a la contaminación del aire.
Una avalancha de contaminación puede invadir a la ciudad en los próximos meses si no se toman medidas, debido al crecimiento descontrolado del parque automotor del Valle de Aburrá y cifras elevadas de PM2,5 o al menos, esto es lo que ha mostrado la aplicación Ciudadanos Científicos, desarrollada por el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá, SIATA
La aplicación, que hace uso de 27 estaciones de monitoreo y 150 sensores “nubes”, muestra el comportamiento del Índice de la Calidad del Aire, ICA, las 24 horas del día, recolectando información cada hora e informando cómo está el ICA, en cada punto donde se encuentren ubicados los sensores.
Durante la semana del 18 al 22 de septiembre, la aplicación ha mostrado niveles de PM2,5 de 155 en algunas estaciones y en general, puntos que marcan mediciones en naranja y rojo.
Para mayor comprensión, PM2,5 son partículas contaminantes inferiores a 2,5 micras, material sólido muy pequeño. Haciendo la comparación con un cabello humano que mide de 50 a 70 micras, las partículas contaminantes pueden medir de 2,5 a alrededor de 10 micras, siendo las de 2,5 las más peligrosas para la salud humana. Dichas partículas se generan por combustibles fósiles, es decir: agentes móviles como automotores, combustión de carbón, quema de basuras y residuos industriales.
¿Apagaron algunos sensores o nos impiden ver información?
En los últimos días, las “nubes” de la red de monitoreo de Ciudadanos Científicos han estado apagadas o al menos no arrojan información. Según Carlos David Hoyos, gerente de Siata es debido a una actualización ya que se van a instalar nuevos equipos de mayor precisión. La red inició en 2015 con 100 estaciones, las cuales buscan que ciudadanos de a pie tengan es sus casa sensores de monitoreo, que aprendan del tema y generen conciencia en sus comunidades. Para este año, Siata abrió la convocatoria para brindar 150 estaciones más, con esto, habría una red de 250 “nubes” distribuídas en toda la ciudad.
Para el gerente de Siata, “estas nubes son de gran ayuda ya que las estaciones de monitoreo dan información puntual del lugar en que esté ubicada, con una red de 250 nubecitas, más las 27 estaciones móviles y fijas que tenemos, estaríamos entregando información más puntual y actualizada según las necesidades de cada comunidad del Valle de Aburrá”.
Prevenir o curar
Durante los últimos dos años, el Área Metropolitana como entidad encargada del tema en el Valle de Aburrá ha tenido que implementar medidas para contrarrestar la contaminación del aire. Puntualmente estas alertas se dan en el mes de Marzo, mes en el que se presenta un tránsito meteorológico en el cual pasamos de una temporada seca a la primer temporada húmeda del año. Esto hace que haya nubes a baja altura, por ello se acumula más fácilmente el material particulado o PM2,5 que mayor impacto tiene en la contaminación del aire del Valle de Aburrá. Sin embargo, el problema se está extendiendo a otros meses del año.
Además, nuestro mayor orgullo es nuestro lastre, las montañas que rodean el Valle de Aburrá, sumado a estas nubes de baja altura, dificulta aún más que las partículas contaminantes fluyan y den paso a aire de mejor calidad.
En estos dos años, las alcaldías del Valle de Aburrá, lideradas por la Alcaldía de Medellín, han tomado medidas para contrarrestar las alertas: Días, o inclusive fines de semana sin carro como ocurrió en 2016; restricciones de movilidad para ciertos vehículos y metro gratis en ciertos horarios. Pero las medidas, que no han durado más de tres días, no han dado los resultados esperados.
Generalmente, las medidas se toman cuando el daño ya está hecho. Tomando decisiones de manera reactiva y no preventiva, de modo que no se está evitando la contingencia ambiental sino que se espera a que suceda para volver al tema con paños de agua tibia.
Problema crónico
En la década de los 80 el parque automotor de Medellín era de 90 mil automóviles, actualmente están ingresando esa misma cifra pero anualmente. De esta cifra, el 99% de los automotores son contaminantes en diferentes niveles, pero en masa igualmente muy contaminantes.
Según cifras con corte al 31 de Agosto de este año, publicadas por la Secretaría de Movilidad de Medellín, a la fecha, el parque automotor es de 521.596 vehículos entre automóviles, buses y motos.
Si el parque automotor crece, la infraestructura vial debe crecer y para esto se requiere abrir espacios de concreto y reducir las zonas verdes dentro del Valle de Aburrá. Pero irónicamente, la infraestructura para la movilidad de vehículos no contaminantes como las bicicletas, vehículos eléctricos u otro tipo de transporte no motorizado no ha crecido de la misma manera y cada vez se hace más peligroso para los peatones y ciudadanos conscientes movilizarse en este tipo de medios de transporte.
De acuerdo con el Área Metropolitana existen 80 kilómetros de ciclorrutas a lo largo del Aburrá, de los cuales 45 kilómetros se encuentran en Medellín, y se planea construir 22 kilómetros más. Pero las obras parecen no ser las más convenientes ni suficientes para los ciudadanos, que desean hacer uso de la bicicleta pero no encuentran una ruta adecuada para su movilización.
Por ejemplo, en la Avenida Las Vegas, se está ejecutando la construcción de una cicloruta en medio de plena avenida. Queda la duda si es en pro de la salud de las personas o en contra de los inocentes que se arriesguen a caminar en medio de una de las vías de circulación de miles de buses, carros y motos al sur del Valle de Aburrá.
A esto se suma que, de acuerdo con el informe Medellín Cómo Vamos 2016, solo el 2% de los ciudadanos hacen uso de la bicicleta como medio de transporte. Lo que denota el poco interés de la ciudadanía en adoptar medidas que ayuden en bajar los índices de contaminación.
Es hora de tomar conciencia y hacer de Medellín no solo la más innovadora sino la capital verde del país, pero para esto no solo se tiene con días sin carro y metro gratis, se requieren soluciones a corto, mediano y largo plazo. Impulsar no solo el uso de la bicicleta, sino aumentar la infraestructura para la movilidad de vehículos no contaminantes, restricciones y sanciones más fuertes desde la ley que velen por el cuidado del medio ambiente y una administración realmente comprometida con la salud pública y no solo con los votos.
Adenda: Los ciudadanos interesados en tener una nube de medición en su casa pueden hacerlo a través de la página de Siata, pueden participar cualquier persona que tenga energía eléctrica y wifi. La inscripción se puede realizar hasta el 23 de Septiembre.
Es un problema, y no basta monitorear si no se sanciona a empresas y a particulares para dar el ejemplo, esta sociedad debe hacer el intento de cambiar, y que nuestros hijos sigan nuestros pasos.