Con la mirada puesta en el 2026: la agenda política del fiscal Barbosa

No me cabe la menor duda de que la agenda política de Barbosa juega con el desgaste y el desprestigio del Gobierno. Va en la línea de una derecha que se viene reacomodando y buscando una narrativa para posicionarse de cara a las próximas elecciones presidenciales.

Opina - Política

2023-03-23

Con la mirada puesta en el 2026: la agenda política del fiscal Barbosa

Columnista:

Fredy Chaverra

 

Cada vez estoy más convencido de que el fiscal Francisco Barbosa viene jugando a la política; y lo hace echando mano de un tono beligerante en contra del Gobierno —el cual nunca usó en contra de Iván Duque—, cuestionando los inestables cimientos de la «paz total» y recordando, cada que arma un show mediático y, en un tono bastante pendenciero, que no es un «subordinado del presidente». Así, el fiscal Barbosa empieza a ‘ventilar’ el talante de su vena política y amplifica sus expectativas electorales como punta de lanza del duquismo.

Hay dos hechos recientes que me llevan a pensar que Barbosa viene moviendo esa agenda estrictamente política con la firme intención de convertirse en un duro opositor al Gobierno y así llegar con bríos a la carrera presidencial del 2026.

El primero se relaciona con la socialización del proyecto de ley de sometimiento colectivo y sujeción a la justicia ordinaria de organizaciones criminales, frente a ese proyecto de ley —uno de los pilares de la «paz total»— el fiscal desplegó toda una artillería jurídica que fue rápidamente amplificada por los grandes medios. No obstante, sus ‘líneas rojas’ ya habían llegado en forma de 8 objeciones al Consejo Superior de Política Criminal y, en mayor medida, fueron aceptadas e introducidas por el Gobierno en el articulado del proyecto de ley previo a su radicación en el Congreso.

Sin embargo, el fiscal se guardó lo que consideró como una ‘bomba mediática’ y la sacó apenas el proyecto fue radicado. Solo eso explica que Barbosa, autoproclamado como uno de los «hombres más preparados de su generación», pasara por alto, en las sesiones de socialización y análisis que sostuvo con el Gobierno en el Consejo Superior de Política Criminal, un artículo que busca que la Fiscalía traslade a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, el acervo probatorio de las personas sindicadas de pertenecer a organizaciones criminales.

Apenas el proyecto fue radicado el fiscal pasó por alto ese ‘olvido’ y convocó a una rueda de prensa para afirmar que ese artículo atentaría contra la división de poderes. Todo un show mediático para exaltar su imagen de opositor en ciernes y repetir hasta el cansancio que no es un «subordinado del presidente». Me pregunto:

¿Por qué Barbosa no planteó esa objeción en las sesiones de socialización y análisis del Consejo Superior de Política Criminal? Me respondo: necesitaba de algún motivo para despotricar de una de las principales políticas del Gobierno y armar el show mediático.

El segundo también se relaciona con un proyecto de ley, en este caso, el de modernización y humanización del sistema penitenciario, la reforma que viene liderando el ministro de Justicia, Néstor Osuna. Para el fiscal, un artículo del proyecto habilitaría una especie de ‘puerta trasera’ para que los narcotraficantes sean indultados, una interpretación alejada de la realidad y sesgada —algo lamentable en un hombre de su formación—, pues el artículo, en sintonía con el punto tres del Acuerdo de Paz, solo propone un tratamiento penal diferencial para los campesinos cultivadores de hoja de coca. Nada más.

Nuevamente, el fiscal tuvo la oportunidad de plantear esa objeción antes de la radicación del proyecto de ley; es más, según una reciente declaración del ministro Osuna, no lo hizo en esos términos en un encuentro que sostuvieron en el Congreso. Me pregunto, ¿por qué el fiscal no planteó su inquietud antes de la radicación del proyecto? Me vuelvo a responder: necesitaba de algún motivo para despotricar del Gobierno y armar un show mediático.

No me cabe la menor duda de que la agenda política de Barbosa juega con el desgaste y el desprestigio del Gobierno. Va en la línea de una derecha que se viene reacomodando y buscando una narrativa para posicionarse de cara a las elecciones del 2026.

El fiscal tiene claro que solo le resta un año en el cargo y, seguramente, no ha dudado en avanzar en una estrategia política en la que cree será su siguiente movimiento: perfilarse como un líder nacional y ser un protagonista de primera línea en la próxima carrera presidencial. Por si las dudas, guarden esta columna.

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Fredy Chaverra
Politólogo, UdeA. Mag. Ciencia Política. Asesor e investigador. Es colaborador de Las2orillas y columnista de los portales UdeAOpinión y Al Poniente.