Columnista:
Germán Ayala Osorio
El congresista Roy Barreras le lanza una pipa de oxígeno al moribundo Germán Vargas Lleras, al considerarlo como un posible candidato del Pacto Histórico, para alcanzar la Alcaldía de Bogotá. Por supuesto que las reacciones adversas a la propuesta no se hicieron esperar, por cuanto Vargas Lleras representa el pasado y todo lo que en política ha estado mal en Colombia.
Barreras intuyó que su audaz propuesta generaría ese tipo de reacciones. En su trino dijo: «Que no me fusilen mis compañeros en el Pacto… pero Germán Vargas podría ser un gran Alcalde para Bogotá. La objetividad y el equilibrio en los juicios debe primar sobre las antipatías. (Habría que ver si alguien le inyecta sensibilidad social y una pizca de humanidad)».
Parece olvidar el senador y médico que Vargas Lleras está al frente de Cambio Radical, uno de los partidos con más congresistas condenados e investigados por corrupción. Es evidente la intención de Roy Barreras de tratar de construir consensos con la vieja derecha que representa el exvicepresidente de Juan Manuel Santos, quien además es reconocido por la opinión pública por su mal carácter y su defensa a ultranza de la política de mano dura, lo que siempre lo mantuvo cerca ideológicamente a Álvaro Uribe Vélez.
Tanto Barreras como Vargas Lleras saben que su eventual paso por la Alcaldía de Bogotá le permitiría volver a intentar cumplir con el sueño de ser presidente de la República. Muy seguramente el líder natural de Cambio Radical considera que aspirar a ser jefe del Estado está dentro de su proyecto de vida en tanto es nieto de Carlos Lleras Restrepo, presidente de Colombia entre 1966 y 1970.
Roy Barreras lanza la propuesta después de leer una columna escrita por el ya viejo «delfín» en la que critica a Enrique Peñalosa por los históricos problemas de movilidad que arrastra la capital del país. Sabemos de la habilidad política del presidente del Congreso. Barreras sabe que la derecha hará todo lo que esté a su alcance para recuperar la presidencia en el 2026 y no quiere que su papel protagónico dentro del Pacto Histórico se entienda como una toma de distancia de sus orígenes políticos.
Por el contrario, con el coqueteo a Vargas Lleras, Roy Barreras no solo quiere revivir al insepulto político, sino mantener su lugar en la derecha, a pesar de que dentro de ese espectro ideológico no le perdonan estar hoy defendiendo las ideas de un presidente de izquierda, así sea de izquierda moderada.
Estos devaneos políticos de Roy Barreras pueden ahondar las fracturas al interior del Pacto Histórico. El médico y presidente del Congreso los justifica exponiendo como argumento la audaz jugada del presidente Gustavo Petro de invitar a José Félix Lafaurie a hacer parte de los negociadores de paz en el proceso con el ELN.
Sin duda alguna la búsqueda de la «paz total» implica el ejercicio de «tragarse sapos». Ya veremos qué tan difícil resulta aceptar (tragarse) a Vargas Lleras dentro del Pacto Histórico. Todo es posible. Lo que se le pide al nieto de Lleras Restrepo es un poco de «sensibilidad social y una pizca de humanidad». Lo de su bajísimo carisma, su fama de grosero y su arrogancia son asuntos que les corresponde asumir a los expertos en marketing político.