Daniel Quintero, el autócrata alternativo

Aunque no es coincidencia que la simplificación gebbeliana aplicada por Quintero encaja muy bien con las ideas de Petro, otro que antagoniza a todo el que lo contradiga. Parece que Quintero confunde apoyo con complicidad. Ningún progresista serio podría ver su nefasta administración sin quejarse.

Infórmate - Política

2022-01-21

Daniel Quintero, el autócrata alternativo

Autor:

Juan José Taborda Núñez

 

En la que fue otra de sus arremetidas contra el conglomerado más importante de Antioquia, el alcalde Daniel Quintero ha mostrado todas sus cartas. Lastimosamente, no las juega como profesional del póker, sino más bien como un obstinado gobernante. En lo que Semana titula La batalla final, Quintero nos dice que el GEA, Uribe y Fajardo están unidos para revocarlo. Pero ¿es esta una persecución calculada? ¿No será más bien el descontento de la ciudadanía con su catastrófica alcaldía? Veamos.

Quintero no es un privilegiado, eso lo tengo claro, viene de barrios populares. Lo curioso es que diverge inmediatamente de ese perfil popular el día que entra a la política. Si usted revisa su perfil biográfico, empezó con el tradicional y obsoleto Partido Conservador para las elecciones del Concejo de Medellín, en 2007. Luego, salta al Partido Verde para hacerle barra a su hermano Miguel Quintero, el mismo que fue nombrado director de Monitoreo, Evaluación y Banco de Proyectos durante la gobernación del pacificador Luis Pérez, el alcalde de Medellín durante la Operación Orión. No contento con los verdes, se ingenia un movimiento independiente llamado el «Partido del Tomate», en 2014, del que, paradójicamente, no hay nada que decir, porque en menos de un año se adhiere al Partido Liberal para las elecciones parlamentarias.

A Quintero se le daban muy bien las acrobacias. Hizo malabares entre el verde, los liberales y los conservadores, también nos deslumbró con un doble salto mortal con triple giro al terminar en INNPulsa durante el segundo gobierno Santos. Quintero manejó INNPulsa al estilo fajardista que tanto critica, así lo demuestra el Auto 553 del 1 de junio de 2021, que contiene una investigación por detrimento patrimonial de 600 millones. Aunque esto no le impidió seguir haciendo malabares en el Gobierno Santos, pues luego aterrizó en MinTIC, en el SI del plebiscito, y finalmente a los brazos del petrismo, en 2018. Fue aquí donde dejó su oficio de malabarista para dedicarse a pavimentar su camino hacia la Alcaldía de Medellín.

Su alcaldía nos propone el Valle del Software. Aunque yo creo que le queda mejor llamarlo Valle del Nepotismo. ¿Por qué? Basta con revisar los artículos publicados en medios como La W, El Colombiano y RCN Radio para entenderlo. Aquí exponen su extensa red de favores personales en la forma de cargos públicos. Una vez más, Quintero divergió de su papel de alternativo e independiente para volverse lo que tanto criticaba: un clientelista. Y cuando parece imposible que todo empeore, el clientelista alternativo nos demuestra por enésima vez en la historia universal lo mucho que las ansias de poder corrompen al ser humano. Vale la pena nombrar unas cuantas «perlas» de su alcaldía, pero le advierto, no podrá precisar si está leyendo los desastres de Medellín o una novela orwelliana.

Por ejemplo, cuando Quintero permitió una campaña al estilo Iván Duque de 467 millones para embellecer su imagen, mientras que la clase trabajadora de Medellín pasaba por los estragos de la pandemia. También vale la pena recordar los brazos del «Gran Hermano» paisa. El primero con el nombre de «Medellín Me Cuida», una cuestionable app que recopilaba datos de miles de familias en la ciudad. Y el segundo brazo, su ministerio personal de propaganda Telemedellín, que mediante el Contrato 0364 de 2020 celebrado con Selecta Consulting Group, hicieron un estudio de redes sociales que se convirtió en un descarado perfilamiento de ciudadanos y periodistas. Le gustó tanto la idea que la aplicó en sus propios problemas, al recibir varias denuncias de acoso sexual  y responderlas con presiones, perfilamientos y estigmatizaciones a periodistas. Y como olvidar cuando intento decidir unilateralmente el futuro de EPM sin ningún sustento técnico o económico. Para su sorpresa, nos regimos por una democracia y no por una autocracia. Pero cual audaz estratega, Quintero solucionó este contratiempo reemplazando la junta de EPM por sujetos con cero experiencia en el sector y completamente moldeables.

Esta trayectoria me da las suficientes razones para creer que Daniel Quintero no se enfrenta a una maniobra calculada sino más bien al descontento ciudadano expresado en la revocatoria. Aunque debo aceptar que sus contradictores la aprovechan para sus misteriosos fines particulares. También creo que Quintero tiene un cuadro severo de autoritarismo que lo ha convertido en un tirano, pero alternativo. Y como dije al principio, ya nos mostró cómo juega sus cartas al arremeter contra todo aquel que haya mostrado una postura distinta a la de su régimen orwelliano. A Quintero le gusta acudir constantemente al principio Goebbeliano de simplificación, donde todos sus «adversarios» (GEA, Uribe, Fajardo) se reducen a una figura única (las «mafias»). ¿Sabrá Quintero que necesita del sector privado para que su Valle del Software prospere? Incluso si ese sector privado lo compone el GEA (que tanto detesta), la realidad no se puede evadir. Hay que recordarle que la evidencia empírica se decanta a favor de la unión entre el sector privado, la política y la ciudadanía. Le recomiendo revisar el caso surcoreano, un país donde sus gobiernos regionales construyeron lazos entre la sociedad, no se distanciaron.

Aunque no es coincidencia que la simplificación gebbeliana aplicada por Quintero encaja muy bien con las ideas de Petro, otro que antagoniza a todo el que lo contradiga. Parece que Quintero confunde apoyo con complicidad. Ningún progresista serio podría ver su nefasta administración sin quejarse. O quien seré yo para saberlo, tal vez Petro apoya en secreto el progresismo déspota. ¿Serán estas las afinidades electivas de las que hablaba von Goethe?

Con la revocatoria confirmada inicia el ocaso del autócrata Quintero. Tiene la ciudadanía el veredicto sobre el futuro de este nefasto gobernante. Independientemente de la decisión que se tome, se nos deja una advertencia: cuidado con los alcances de los mal llamados «alternativos». Vote con cuidado en las elecciones, no sea que se nos monte otro incompetente avalado por los tradicionales, o un tirano vestido de progresista. Ojo con el 2022.

 

P. D.: ¿El Valle del Software le dará plataforma al niño machista de Medellín?

P.D. 2: El 25 de enero, Quintero revelo unos audios que dejan muy mal posicionado a un promotor de la revocatoria. También se ha suspendido esta última para que la alcaldía revise las firmas que buscan revocar a la alcaldía (curioso). Apoyo la auditoría legitima que pueda realizar las autoridades, pero esto no hace de Quintero menos nefasto.

 

 

 

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Juan José Taborda Núñez
Estudiante de Economía.