Columnista:
Claudio Mera
El comentario me lleva a una reflexión más profunda sobre la mirada que varios sectores de la ciudadanía, y no quedarme en la perspectiva de la simple desesperanza que muestra una declaración de esta naturaleza: casi equivalente a decir que no importa lo que se haga la situación no va a cambiar.
La situación no cambiará a pesar de la intensidad de la protesta o del sentido de la votación. ¿Por qué pensar así? Bueno, no todos piensan igual y no deberían. He identificado varias maneras de sentir y pensar con respecto a lo que vendrá en las próximas elecciones, algo que está basado en la experiencia y su interpretación.
Hay personas que perciben una poderosa fuerza de la maquinaria política que hará lo que el grupo de poder dominante desee, sin importar lo que la mayoría de la población quiera. Que, a este punto parece ser que la mayoría está buscando un cambio, el sentido de este es escenario de debate.
Otro sector de la población siente desconfianza en todo el sistema directamente, es decir que, no solo se trata de manipulación de la población para influenciar la votación en un sentido o en otro, es que participar en el proceso hace que se valide un sistema viciado desde su base.
Un tercer sector de la población, más tradicionalista en mi opinión, orienta sus expectativas hacia la candidatura con mayores probabilidades de ganar y que representen en la medida de lo posible sus valores e intereses. Lo que normalmente conduce a la frase representativa de «no voy a perder mi voto ahí» en situaciones donde puede identificarse una propuesta de gobierno que represente un cambio deseable, pero se juzga improbable de ganar, entonces no se apoya en la votación.
Antes mencioné que todas estas posturas se basan en la experiencia, lo que quiere decir que hay realidades asociadas a las interpretaciones; pero, no comparto la interpretación subyacente en todas ellas: no podemos modificar el escenario.
En Colombia nunca se ha dado una votación que supere el 75 % del censo electoral, tampoco se ha elegido hacia el cambio considerando la propuesta de gobierno, siempre se vota mirando la persona que lidera la candidatura. Básicamente, se descarta una posibilidad sin experiencia para evaluarla, se rechaza la oportunidad sin intentar.
Yo creo que hace falta intentar, buscar el voto masivo, retar la maquinaria política con la votación en masa, con ciudadanía informada, con elecciones basadas en lo que se quiere, en lugar de lo que se cree que va a pasar; creo que hace falta reconocer la sabiduría en las palabras de mi abuela «peor diligencia es la que no se hace», si nunca hacemos esa vuelta de votar masivamente hacia donde queremos ir, no sabremos si era posible cambiar.
