Columnista:
Stiven Jaramillo
Un nuevo escándalo sacude esta semana al Ministerio de las TIC, de acuerdo con varios medios de comunicación, cancelará el proyecto que buscaba modernizar a los medios de comunicación comunitarios, alternativos, independientes y comerciales, con un monto de 85 mil millones de pesos. Por su parte, la Revista Semana, dio a conocer la primicia asegurando que era un «acierto del gobierno de Iván Duque». El hermetismo se apodera de los medios más pequeños, quienes tenían todas sus esperanzas en este proyecto,
En el mes de abril, el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), abrió la «Convocatoria para la Transformación Digital y Fortalecimiento de los Medios de Comunicación», que tuvo como fecha límite para presentar proyectos hasta el 8 de julio a las 10 a.m. como se puede verificar en el portal del Ministerio.
El calvario para los medios empezó después de entregados los proyectos, puesto que, los cronogramas de entrega de los informes preliminares cambiaban; mientras tanto, la ministra Karen Abudinen, comenzaba a ser mencionada en la opinión pública por el tema del contrato con Centros Poblados.
De acuerdo con el cronograma inicial, sería el 27 de julio la fecha en la que los medios conocerían el resultado de su proyecto. Sin embargo, el Ministerio generó la adenda núm. 5 en la que indicaba que se trasladaba la fecha para el 2 de agosto. Luego, el 2 de agosto, se publica la adenda núm. 6 donde solicitaba más tiempo, hasta el 4 de agosto para publicar los resultados. El 4 de agosto, nuevamente cambia la fecha para el 6 bajo la adenda 7. Solo hasta ese fecha, 6 de agosto, a las 11:35 p. m. el Ministerio publica los resultados generales, donde paradójicamente ninguno de los medios pasó los 3 ítems a evaluar: el técnico, el financiero y el jurídico.
Al revisar los informes, pareciera increíble que muchos de los documentos fueron devueltos por la fecha o por factores que muchos tacharon de «increíbles», algunos directores y periodistas comenzaban a comentar que esa situación era muy «particular», porque justo sucede cuando la ministra está envuelta en un escándalo de 70 mil millones de pesos.
Sin importar lo anterior, los medios debían subsanar todos los ítems en los que incumplieron y hacerlos llegar antes de las 12 de la noche del viernes 13 de agosto. Y, de nuevo, esperar la respuesta a esas subsanaciones, que, según el cronograma modificado era el 27 de agosto. Ese día, de nuevo apareció el término «adenda» que se volvió familiar en el proceso, esta vez, se corrió para el 31 de agosto. Llegó el esperado día, siendo las 11 de la noche, el Ministerio publica la adenda núm. 9, donde asegura que será el 10 de septiembre la fecha definitiva de entrega del informe.
En las horas de la mañana del martes 7 de septiembre, la Revista Semana, dirigida por Vicky Dávila, publica una información «arrogante», burlesca y llena de aplausos para el Ministerio, porque según ellos, «se va a cancelar la convocatoria». Y, de acuerdo con su línea editorial, «esta noticia manda una positiva señal de austeridad por parte del Gobierno Duque».
Otros medios como El Tiempo, La República, MSN, Dinero, etc. fueron más informativos que emotivos, no se dejaron llevar de sus egos por ser catalogados «grandes» o por sacar pecho de «le habíamos recomendado eso al gobierno» y dedicaron sus espacios a informar de la supuesta cancelación de la convocatoria.
Mientras tanto, los directamente implicados, entre ellos, grandes medios que están en las regiones, siguen expectantes.
Pero quiero dedicarle unas líneas a los medios comunitarios, gremio del cual me siento orgulloso y que conozco las necesidades tan profundas por las que pasan día a día.
El 7 de septiembre, sin duda, no fue un buen día para ellos, sus sueños de tener emisoras renovadas y transformadas, al parecer se van a esfumar. Sus dudas, quizás se van a despejar y lo que pensaban, puede ser verdad, «los 70 mil millones se van a cubrir con los 85 mil que les habían prometido».
No es un buen día porque las inversiones económicas, de tiempo, de asesorías, de hacer balances internos, entre otras, que hicieron los medios y sus directores, al parecer, no va a valer de nada para el Ministerio, que se ve desenchufado en este momento, en el que reina el silencio.
A Semana, a su directora Vicky Dávila y su séquito de periodistas que no necesitan nada, felicitarlos, son unos bendecidos. Pero eso no les da la autoridad para pisotear a su competencia en la capital y en las regiones, que quizás no pasan por el mismo momento que ellos. Y ni qué decir de los pequeños medios y los comunitarios, que sí tienen un alcance, al que Semana, quizás no llegue, y es a los campesinos, a la Colombia profunda, a esas regiones apartadas, donde no llega el internet, pero sí una emisora comunitaria. Y que son esas mismas comunidades las que hoy sufren, porque el Ministerio no les ha cumplido y, al parecer, sus medios seguirán con las mismas tecnologías de hace muchos años.
Sí señores de Semana, sí señora Dávila, mientras ustedes gozan de tener equipos de última tecnología y salen todos los días en redes, hay medios que ni siquiera tienen con qué sobrevivir y están perdiendo su única esperanza de renovarse y transformarse.
Los medios comunitarios le han dado su voto de confianza siempre a la ministra Karen Abudinen, pues ella les ha dado mucha importancia desde que llegó al Ministerio. Y son ellos mismos los que hoy le piden que no los deje abandonados, luego de que han tenido la ilusión de poder estrenar nuevos equipos y medios más a la vanguardia de lo que exigen las nuevas épocas del siglo XXI
Muy clara la información. Estamos con unas personas en altos cargos de administración de este país con malas mañas, de intereses egoístas y de una gran ineptitud para desarrollar la gran cantidad de talentos periodísticos. Es una gran lección, Stiven, saber que lo que esa cleptocracia hace para BIEN del país, usualmente, termina en corruptelas como esta.
Es triste ver cómo se sigue pisotendo al pueblo, porque las Emisoras Comunitarias son la voz del pueblo y trabajamos más por amor a la radio y al servico.
A Vicky se le olvidó muy rápido cuando le tocó rebuscarse.