Columnista:
Laura Preciado
Desde el pasado 28 de abril que comenzó el paro nacional se han evidenciado en vídeos el uso de armas de fuego por parte de civiles en presencia de la Policía Nacional y los agentes del Esmad, como es el caso del empresario Andrés Escobar en Cali. «Hemos creado un grupo para el beneficio de toda la Comuna 22, no con el objetivo de causar daño, sino de que se retiren los vándalos», afirmó en un vídeo que subió a las redes sociales.
Naciones Unidas puso la lupa en estas imágenes, recordando el pasado y la cultura traumática del paramilitarismo. Estos ejércitos que con la complicidad del Gobierno y el narcotráfico asesinaron más personas que cualquier otro grupo armado.
El senador Iván Cepeda radicó una denuncia en materia penal contra el ministro de Defensa Diego Molano, por la presunta violación del articulo 22A de la Constitución que «prohíbe la creación, promoción, instigación, organización, instrucción, apoyo, tolerancia, encubrimiento o favorecimiento, financiación o empleo oficial y/o privado de grupos civiles armados organizados con fines ilegales de cualquier tipo, incluyendo los denominados autodefensas, paramilitares, así como sus redes de apoyo, estructuras o prácticas, grupos de seguridad con fines ilegales u otras denominaciones equivalentes»
El ministro Molano no ha pronunciado una sola palabra condenando el cubrimiento de la policía para proteger estos civiles «hoy usted no ha dicho una sola palabra de condena de estos hechos. Usted es responsable de los mismos. También es cómplice», afirma Cepeda mientras radica la denuncia.
La Fiscalía General de la Nación citó, en las últimas horas, a interrogatorio a Andrés Escobar. El ciudadano de bien admitió que lo hizo en «legítima defensa» y con un arma de fogueo y no una de fuego. Según la Fiscalía, no está claro qué tipo de delito se le puede imputar.
Estos pensamientos y prácticas ligadas al paramilitarismo, del uso de armas, de la justicia a mano propia y de ver al otro, no como igual, sino como el pobre e inferior son prácticas que se instalaron desde la cultura del narcotráfico que formaron los barrios de clase alta como Ciudad Jardín en Cali.
