Columnista:
Ancízar Villada Vergara
El año 2021 ha sido un año donde Colombia ha despertado, el pueblo colombiano ha resurgido de las cenizas que dejaron las protestas de los movimientos sociales y estudiantiles los últimos dos años, cenizas que resurgieron por el golpazo de la noticia de la reforma tributaria para cubrir la deuda que contrató el Gobierno, esa fue la gota que derramó el vaso, debido a que el gobierno neoliberal de Duque nos endeudó hasta los dientes a los colombianos. Una deuda que pasó de estar en el año 2019 en 138 683 millones de dólares, y en el año 2020 ésta subió a un total de 154 968 millones de dólares, cubriendo un total del 55 % de todo el PIB Nacional, de acuerdo con cifras de la revista Forbes.
El mal Gobierno ha llevado al cansancio de la gente frente a Duque y sus nuevas cortinas de humo, tratando de utilizar a la Selección Colombia y la Copa América que se celebra este año con el fin de distraer a la gente para que no continúen las protestas contra el despotismo y la tiranía del Gobierno.
La deuda de la nación ascendió 11,7 % el año pasado, reflejado en la penosa cifra de un aumento de 16 285 millones de dólares solamente el año 2020, lo cual refleja el derroche financiero del ministro Carrasquilla y el presidente Iván Duque, aprovechando el desastre humanitario que significó la pandemia. A pesar de esos datos, y de la penosa cifra oficial del DANE: el 42,5 % de los colombianos son pobres, el Gobierno quiso atracar a las clases populares con una reforma fiscal que cubriera los gastos de la deuda externa que ‘el Duque’ solicitó.
¿A dónde fueron a parar esos 16 285 millones de dólares que prestó el Gobierno? ¿En las manos de Duque, Carrasquilla, Sarmiento Angulo y sus amigos banqueros?, lo peor de todo es que el Gobierno, al mismo tiempo que solicitaba deuda externa y mendigaba dinero a la comunidad internacional, dizque para ayudar a los venezolanos en Colombia, firmó la Ley de exención de impuestos para la realización de la Copa América. Es decir, Duque dio luz verde para que las empresas extranjeras que vinieran a hacer la Copa América no paguen impuestos, mientras las pequeñas y medianas empresas al interior del país pagan lo que los gobernantes le perdonan a las grandes empresas nacionales y extranjeras. En un claro acto de traición a la patria.
¿Dónde está la progresividad tributaria en Colombia? Los que tienen menos deben pagar menos y los que tienen más deben pagar más; es lógica simple y no hace falta ser Alberto Bernal para darse cuenta de que esto es una injusticia. La injusticia tributaria es otra de las múltiples razones por las cuales los colombianos están en las calles desde hace más de dos semanas.
El presidente dice ser un «presidente futbolero», pero en realidad parece ser un presidente banquero y vende patria, está hipotecando el futuro de las nuevas generaciones, incluso la de sus propios hijos con tal de llenar los bolsillos de sus secuaces y financiadores políticos bajo la cortina de humo del fútbol, de la Selección Colombia. El presidente piensa que las protestas se van a disipar con la Copa América, porque sabe que el país se paraliza cuando en Colombia se juega un partido de fútbol, porque para muchos es la única forma de identidad que tienen con ese imaginario de «nación» y de llevar con orgullo los colores de la bandera.
Así Colombia sea un país futbolero, la gente pide desde redes sociales que no se realice esta competición deportiva, simple y llanamente porque el pacto social se ha roto con la pobreza y la desigualdad social fomentada por los gobiernos neoliberales que endeudan todos los años al país para llenar los bolsillos de unos pocos. Eso es el verdadero socialismo, es la socialización de la miseria que fomentan los gobiernos que contratan economistas de los Andes o del Rosario para hacer sus fechorías fiscales.
Ahora bien, uno de tantos pasquines del Gobierno, el diario El Tiempo, publicó con mucha tristeza que la Copa América en Colombia sufrió un fuerte golpe, debido a que los patrocinadores, que el mismo Gobierno trató de ayudar ofreciéndoles beneficios tributarios, le hicieron un llamado a la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) y con mucha contundencia dijeron que «no iban a participar en un torneo en un país de tan difícil situación de orden público y cuestionado por importantes organismos internacionales de no respetar los derechos humanos».
Colombia, ahora mismo es un mar de sangre, decenas de civiles asesinados en medio de las protestas no pueden taparse con una cortina de humo, los mismos empresarios internacionales se dieron cuenta de ello. El Gobierno que tanto se jacta de «atraer la inversión extranjera» hoy la aleja con la militarización y el despotismo que tanto caracteriza a Iván Duque y sus copartidarios.
El mundo entero nos está observando, los mismos ciudadanos quieren impedir el desarrollo de la Copa América, porque es una competición con beneficios tributarios a empresarios extranjeros en medio de un debate nacional sobre el aumento de impuesto contra las clases populares. El Gobierno creyó que el pueblo iba a contentarse con pan y circo como nos tiene acostumbrados siempre, pero el pueblo despertó de un largo sueño que nos tenía ciegos de lo que sucedía en el país. Nuevamente, el país político se encuentra ajeno a las necesidades del país social. Al fin y al cabo el país social siempre será superior a sus dirigentes y como lo vemos hoy, con mucha dignidad, el país social hoy se enfrenta a una dictadura que siempre ha estado disfrazada de democracia republicana.
Fuentes:
1. https://forbes.co/2021/03/08/economia-y-finanzas/historico-deuda-externa-de-colombia-subio-a-us154-968-millones-en-2020
2. https://id.presidencia.gov.co/Paginas/prensa/2019/Presidente-Duque-sanciono-Ley-que-establece-exencion-de-impuestos-para-realizacion-de-Copa-America-2020-191231.aspx
3. https://www.eltiempo.com/deportes/futbol-internacional/copa-america-2021-sufre-reves-en-colombia-por-situacion-de-orden-publico-588040
