Tres horas estuvo rondando un grupo de vehículos por el sector de La Luna, en Cali, atacando a los manifestantes apostados allí al igual que a la misión médica encargada de atender a los heridos.
Desde cerca de las 7:oo p. m. que comenzó el ataque el pasado 7 de mayo, se hizo evidente la ausencia de la Policía y el Ejército, hecho que aprovecharon los hombres de los vehículos para dejar dos personas heridas por disparos de armas de fuego. Una de ellas fue lesionada en la cabeza.
Afortunadamente, la guardia indígena —a la que también le dispararon— se encontraba cerca y respondió al llamado de los manifestantes para buscar una camioneta blanca que hacía parte de la caravana de hombres armados.
Luego de tres horas de búsqueda, uno de los posibles atacantes fue hallado cerca del barrio Junín en Cali. El hombre intentó resguardarse en un local comercial de la carrera 23 con la calle 13A.
Al ser retenido por la guardia indígena, el hombre negó los hechos. Sin embargo, admitió que era reservista y que se ganaba la vida haciendo trabajos de mecánica de motos para un miembro de la Policía de apellido Páramo.
Los indígenas le pidieron al propietario del negocio que les permitiera verificar las grabaciones de las cámaras de seguridad. En ellas se observa a un grupo de hombres que entra furtivamente y usa la fachada para escapar.
En otro video se observa cómo desde un rincón de la casa que está sobre el negocio —donde fue capturado el sujeto— se pudo recuperar una pistola posiblemente usada en el ataque sicarial.
El retenido, visiblemente nervioso en todos los videos, y quien posee el número de cédula 16.986.458 de Cali (que al consultar en la base de datos de la Policía arroja el nombre de Florentino Hurtado Cuero) fue entregado por la guardia indígena a personal de Derechos Humanos.
Este no ha sido el único caso documentado de ciudadanos armados capturados por la guardia indígena en Cali.