Columnista:
Milena Trujillo Loaiza
En medio de un agitado panorama electoral, lleno de expectativas, cansancios históricos, decepciones políticas, y otros cuantos sentimientos de las coyunturas de este tipo, emergió con fuerza y a la vez con cautela, el aleteo de unas búhas poderosas que ya vuelan por todo el territorio nacional para tomarse los espacios de poder político del país: observadoras, sabias, audaces, intuitivas, cuidadosas y con capacidad de escucha, van decididas a conquistar otros cielos.
Su tarea es de gran envergadura, vienen volando hace aproximadamente 4 años, cuando decidieron irrumpir en el escenario político electoral como Movimiento Político de Mujeres Estamos Listas, logrando una curul en el Concejo de Medellín y dos puestos en la Junta Administradora Local (JAL) del corregimiento Santa Elena de la misma ciudad, en las pasadas elecciones de 2019. ¡Y siguen volando! Hace casi un año vienen agitando sus alas en conversaciones con mujeres de 15 departamentos de Colombia y 50 municipios, una cifra que crece y crece todos los días mientras cientos de mujeres del país se emocionan con su más reciente anuncio: ¡Mujeres de Colombia bienvenidas a Estamos Listas!, después de que el movimiento decidiera colectivamente, en un ejercicio inédito de democracia interna por medio de su plataforma de Gobierno Abierto, expandirse regional y nacionalmente de cara a las próximas elecciones de 2022 y 2023.
Precisamente a esto se han dedicado: a hacer política innovadora, audaz, llena de esperanza y belleza, y con un alto contenido político y transformador. Su horizonte es la construcción del Estado feminista, un sueño en el que avanzan con el lanzamiento de la inscripción nacional el 8 de marzo, lo que se traduce en el sonido y el aleteo de miles de búhas de todas las periferias del país, de los rincones más apartados, construyendo conjuntamente su nido provinciano, popular y feminista de poder político. Anidarán en el Senado, en los concejos municipales, en las asambleas departamentales, en las alcaldías.
¿Y el horizonte de este vuelo? Un Estado desde y para las mayorías sociales del país: el campesinado, los pueblos negros e indígenas, las diversidades sexuales, y en general aquellas personas excluidas históricamente del poder económico y político en Colombia, de las cuales las mujeres son el 52 %. Un Estado por la vida y la igualdad. Un Estado para acabar con lo feo y lo corrupto de la política. Entre ello, para acabar con un escenario vergonzoso y desigual de la política colombiana: actualmente, según datos de la ONU, después de las elecciones de 2018 sólo el 19.7 % de las curules del Congreso de la República están ocupadas por mujeres, un porcentaje que se redujo con respecto al año 2014, y con el agravante de sumarse los 11 escaños resultados del Acuerdo de Paz. El promedio sigue siendo menor al de Latinoamérica, que rodea el 30 % y, en general, la política sigue estando centralizada, colonizada, monopolizada y al margen de los intereses de la mayoría de la población.
Lo anterior, ellas lo combaten volando juntas por la igualdad, por la redistribución económica y del poder político. Por el sueño de recuperar el país para la vida, el bienestar colectivo y la democratización de lo público.
¡Qué se tenga el escenario electoral! porque, así como con las búhas, lo que pasa con estas mujeres es que están observando, escuchando, vigilando, juntándose y anidando sin que algunos se hayan dado cuenta.