Columnista:
Jeison E. Tabares Álvarez
Al terminar el bachillerato es común que sueñes con estudiar a fin de cumplir algún anhelo de la infancia, ayudar al prójimo, darles un mejor futuro a tus seres queridos o simplemente mejorar tu situación económica, desde el imaginario colectivo todas estas cosas se ven cercanas si al terminar el grado once logras ingresar a una buena universidad. Después de todo la educación es un derecho fundamental, por eso no importa de dónde provengas; las puertas para un mejor futuro siempre deberían estar abiertas para todos.
Al salir del colegio los sueños de un mejor porvenir por la vía de la educación se enfrentan con una cruda realidad, el ingreso a la universidad se encuentra determinado por el examen de admisión de las pocas entidades públicas del territorio; si pierdes este examen que para muchos es «matar o morir» y no tienes recursos económicos, desistes o te endeudas.
Si escoges endeudarte estás de suerte, a este respecto, la Alcaldía de Bello en lugar de financiar la construcción de universidades públicas optó por hacer todo lo contrario; financiar la demanda. Para esto se construyó el programa Galileo, este refrito bellanita de un programa cuestionado de 2011 que busca repartir casi 2000 millones de pesos de dineros públicos entre varias universidades, en su mayoría, privadas (1), para que te dejen estudiar.
Claro está que el programa Galileo es un negocio, así que si quieres la educación como derecho debes presentar una medalla olímpica (2), departamental o municipal o ser de los mejores en un examen; en caso de que no tengas ninguna de estas cosas, lo que vas a recibir es un crédito, que como tal, puede que te cobren al final de la carrera con unos intereses que no te muestran en la publicidad.
Si no es suficiente tener la amenaza de que la Alcaldía de Bello te cobre al final todo lo que te prestó durante tus años de estudio, también tienes que pagar entre el 20 % y el 30 % de la matrícula cada semestre (3), no preguntes quién va a costear los libros o documentos que necesites, como la mayoría son universidades fuera de la ciudad, el transporte corre por tu cuenta y no hay ninguna medida para acompañar las otras necesidades de la vida universitaria; así que si estabas aguantando hambre en el colegio, eso por los próximos cinco años no cambiará. Por todo lo anterior, no es gratuito que en la primera versión del proyecto Galileo desertaran el 38 % de las personas que ingresaron (4).
La calidad de la educación también es un asunto a considerar. De las universidades que se encontraban en el 2020 en proceso de formalizar las propuestas con la Alcaldía de Bello para recibir a los estudiantes bellanitas y el jugoso recurso; solo dos de ellas se encontraban acreditadas por sus muy altos niveles de calidad (5).
Con este programa se aleja, por ahora, el sueño de que los casi 7000 estudiantes bellanitas que egresan de grado once, para que cada año, logren acceder a una educación superior pública, gratuita y de calidad, en la medida que, a la forma de entender la educación como la llave de un universo de posibilidades, se le opone la visión de dirigentes que la toman solo como la clave para sus cuentas bancarias.
Fuentes:
1 https://letramenuda.com/2019/09/22/oscar-andres-perez-reivindica-el-fracasado-proyecto-galileo/
2 Derecho de petición BEL2020ER012863 del 18 de enero de 2021. Se refiere a las universidades que a
3 reglamento del programa numeral 3.2. consultado el 29 de enero de 2021 en preinscripciongalileo2.0.bello.gov.co/sobre-galileo-2
4 Respuesta a requerimiento dentro del proceso 0508840030032021-0000300 a cargo de la Jueza Tercera Civil Municipal de Bello
5 Plan estratégico de educación del municipio de Bello 2011-2021 Ciudad educada para la vida y la cultura. Pagina 66.
6 https://www.cna.gov.co/1741/channel.html