Columnista:
Alejandro Bonet González
Hace varios días, el senador Gustavo Petro le propuso al Banco de la República emitir mayor cantidad de moneda, con la finalidad de incentivar el consumo y ayudar a las familias que han sido afectadas por la pandemia. Para comenzar, desde la misma propuesta ya empiezan a crearse confusiones, debido a que se suele malentender la impresión con la emisión de billetes. En pocas palabras, mayor emisión no necesariamente requiere ir a prender la máquina de impresión, con el objetivo de regalar billetes como si nada.
Por ejemplo, la emisión puede estar acompañada de los encajes bancarios, por los cuales se apoyan de un porcentaje que los bancos ajustan para determinar el dinero retenido en sus reservas por cada depósito. Del mismo modo, los bancos centrales pueden comprar títulos de valor, generando respaldo de deuda mediante la emisión de M3 para evitar un desplome en la cantidad de dinero disponible. Las tasas de interés también pueden reducirse, por lo que más familias y empresas estarán motivadas a adquirir una deuda. Estos y entre otros ejemplos funcionan para emitir a comparación de imprimir papel moneda.
En la opinión popular se ha atacado esta propuesta de Petro, bajo la idea de que mayor emisión o impresión de dinero asegurará un aumento de la inflación. En primer lugar, la inflación no es un efecto seguro al poner a circular o imprimir más moneda en el país. Bajo un punto sencillo de entender, la impresión generará inflación si se fortalece la demanda agregada sin aumentar la oferta agregada. Cabe notar que la impresión irracional de billetes sin respaldo sí es una excepción, debido a que en este caso, conlleva a aumentar la inflación. Sin embargo, esto último es una medida que ninguna figura pública ha solicitado en los últimos días.
Ahora bien, el senador Petro fue entrevistado en Blu Radio por el periodista Néstor Morales, y uno de los temas a tratar fue su propuesta de emitir más billetes en Colombia. Dejando a un lado la parcialidad e incongruencia de algunas preguntas que realizó Morales, Petro intentó dejar en claro que su propuesta realmente podría servir para sacar adelante nuestra economía. Uno de los argumentos que usó el senador fue basarse en la famosa ecuación de Irving Fisher, donde MV=PT, siendo M la masa monetaria, V la velocidad del dinero, P el nivel general de precios, y T las transacciones en un año. Por consiguiente, la idea del Petro es que el incremento de la masa monetaria podría incrementar la cantidad de transacciones, respaldadas por la producción económica.
Según mi análisis, estas políticas buscan desarrollar un sistema keynesiano a fin de evitar problemas en medio de una recesión, ayudando a fomentar la producción, el consumo y el empleo para salir adelante. Asimismo, se tiene en cuenta que Colombia ha estado en etapas con deflación durante los últimos meses, por lo que ajustar las curvas de Phillips desde las teorías keynesianas encajaría como anillo al dedo para nuestra economía.
Aun así, cualquiera puede preguntarse si tener una deflación es necesariamente algo malo; la respuesta más objetiva es que es mucho mejor una inflación estable que una deflación, debido a que la segunda tiene altos riesgos de perder más empleos a nivel nacional. La deflación significa una caída prolongada de los precios en los niveles de precios de bienes y servicios. Por lo tanto, algunas empresas venden sus productos a menor precio, a tal punto de reducir las ganancias y estar obligadas a tomar medidas extremas, entre ellas el recorte de empleados.
Con relación a su propuesta de mayor emisión monetaria, la idea central es que el dinero sea destinado a las mipymes, y no a los bancos privados, con el fin de tener mayor rentabilidad de aplicar estas políticas económicas de manera eficiente. Si se hace de forma correcta, pueden aminorar los problemas mencionados anteriormente, siendo justamente la continuidad de una peligrosa deflación, el aumento masivo de los niveles de desempleo, o la falta de producción y consumo a nivel macroeconómico. Bajo ese orden de ideas, la propuesta tiene un trasfondo muy relevante, más allá de una simple afirmación que vende la idea de que imprimir más billetes equivale a un crecimiento descontrolado de la inflación.
Es curioso ver que algunos contradictores con la propuesta de Petro se guían bajo una misma opinión popular, incluso con la de poner el famoso ejemplo de países como Venezuela y Argentina, cuyos sistemas están en crisis por el pésimo manejo de su macroeconomía. Teniendo en cuenta que han sido contextos diferentes al nuestro. De todos modos, se sabe que es elemental respetar la independencia del Banco de la República con el Gobierno, tal y como está consagrado en la Constitución del 91. Esto quiere decir que, al consolidar una independencia con el banco, evitamos que los funcionarios usen esta institución para fines de politiquería barata.
Las críticas del uribismo no se han quedado atrás en esta temática, especialmente porque atacan al senador Petro, supuestamente por desconocer nociones básicas de economía. Incluso, llegaron a crear un trending topic en Twitter diciéndole «devuelva el cartón». Estoy seguro de que varios de los que divulgaron ese tuit se burlan de la propuesta, pero celebran cosas populistas e irracionales. Un ejemplo es de hace unos años, cuando Álvaro Uribe propuso un incremento “extraordinario” del salario mínimo, sabiendo que un incremento por encima de su punto de equilibrio aumentará los índices de desempleo, por lo que termina siendo algo más perjudicial que ventajoso.
Para finalizar, no me considero seguidor de Petro, debido a que discrepo en otros temas y afirmaciones que ha divulgado. No obstante, pienso que su propuesta no es descabellada, siempre y cuando no se use como base para alternativas fraudulentas o populistas a largo plazo. Sus contradictores suelen criticar soluciones bajo argumentos ajenos, incluso hasta el punto de estar en contra, no solamente por la propuesta, sino porque lo dice Petro. Por este motivo, es importante analizar con trasfondo las propuestas de los senadores, de manera imparcial y detallada para comprender la situación económica del país.