Columnista:
Esteban Jiménez Arcila
El domingo, 17 de junio de 2018, en segunda vuelta, Colombia eligió a su nuevo gobernante; Iván Duque Márquez. Su nombre era de los últimos en las encuestas que se realizaban previo a los anuncios de candidaturas e inicio formal de campañas. Sencillamente, porque el país no sabía que existía. Incluso, me atrevo a decir por la personalidad algo dispersa del presidente, ni él sabía que existía.
Iván, solo necesitaba ser ungido por Álvaro Uribe Vélez para ser «el que dice Uribe». Poco tiempo después veríamos ese rostro volverse el nuevo mandatario de Colombia. No fueron las ideas ni el mérito propio de Iván con el que fue elegido. El terror al desgastado mantra uribista: el «castrochavismo», el haber sido «el elegido» y el supuesto pánico que generaba Gustavo Petro lo volvieron jefe de Estado. Una plataforma plagada de mentiras, miedo, una campaña y su financiación manchada por escándalos de posible corrupción.
Siento profunda zozobra al recordar que ese tenso día se eligió a un Iván, pero con i de ineficiente. La poca experiencia, la falta de preparación, la ausencia de hombre de estado, la precaria diplomacia y puedo seguir enumerando. Lo único que hemos comprobado es que el presidente es el mejor secretario de Prensa del Gobierno. A veces, creo que es un presentador frustrado, lo veo en la televisión por unos dos minutos máximo en su costoso e inútil programa cotidiano «Prevención y Acción» y pienso que se debe sentir estar en el lugar equivocado, o peor aún, en el cargo equivocado.
El país no tiene líder ni una figura que genere confianza, credibilidad ni empatía. El sentimiento de desgobierno crece hora tras hora. Y no culpo a Iván, todos tenemos falencias en la personalidad y el carácter. Lastimosamente, hay virtudes que se necesitan para ejercer el cargo más importante, el más decisivo: la silla del presidente de la república. Un gobernante debe ser más que un político. Un presidente es, ante todo gerente y garante. Nuestra empresa es nuestro país y carecemos de un liderazgo que permita que esta empresa en común avance. No hay buen gerente.
«Entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo consiente, hay cierta solidaridad y complicidad vergonzosa». –Victor Hugo
El manejo de la COVID-19 ha sido el mayor fracaso del Gobierno. No solo porque no haya vacunas a la fecha, también por decisiones sumamente desacertadas. El país vive el mayor empobrecimiento en décadas. Fuimos burla internacional, pues a este noble (Duque) se le ocurrió, en plena pandemia lanzar un día sin IVA. Para mí era algo de no creer; mirar los titulares y leer en palabras claras: «Presidente de Colombia en plena pandemia promueve un black friday (COVID-friday) y centenares de personas se amontonaron en las calles, en extensas filas y se aglomeraron para acceder a este beneficio». Según Iván, ese día sin IVA el COVID no iba.
Me dio mucha ira ver semejante contagio masivo, promovido por la primera autoridad ejecutiva y, por ende, sanitaria de nuestro país y en tiempos tan críticos para la humanidad. Lo peor del cuento es que antes de esa descabellada idea y sobre todo antes de ese día de terror, la gente se estaba quedando más en casa, sabían que pasábamos por algo complejo y muchos agotaron hasta sus últimos ahorros para subsistir, comprendiendo la situación e inclusive cuántos deben dinero por aguantar esta pandemia. El hecho es que el hombre que se supone toma las mejores decisiones le hizo perder el miedo a las personas de este virus, pues cambió la percepción y, por lo tanto, desde ese día los números crecen brutalmente.
A la fecha, según Bloomberg, Colombia es uno de los tres peores países del mundo para vivir durante la pandemia. Tiene uno de los más deficientes manejos de la COVID-19. Además, este mismo medio muestra cómo este país es de los pocos en el mundo (sobre todo porque entra en el ranking de las naciones más contagiadas a nivel global) que aún no inicia su vacunación masiva. El Gobierno anunció que el 20 de febrero de 2021 iniciaría ese proceso, mientras que desde diciembre la mayoría de países iniciaron. Esperemos sea así y no otra más de tantas falsas esperanzas con un virus que nos ha arrebatado tanto.
«Algo debe quedar claro, desde que hayan lanzado una vacuna, cada nuevo fallecido es más responsabilidad del Gobierno. La demora arrebata más vidas y desde diciembre el mundo está vacunando masivamente».
Iván con i de indolente no está midiendo el desastre. La falta de empatía del Gobierno es triste. Más de 54 000 muertos, millones de desempleados, miles de negocios quebrados y cerrados, ni una vacuna, vacaciones para el Congreso y más de 20 billones de utilidades de los bancos. El Iván con i de inhumano no sabe acaso también del aumento de asesinatos de líderes sociales, las masacres, las violencias domésticas, los problemas de salud mental, el crecimiento de la pobreza y la pobreza extrema. ¿Dónde carajos está el Gobierno?
¡Qué incertidumbre! ¿Qué le hicieron a Colombia?
Apreciado Esteban, ¡Qué buen documento!!. Tienes TODA la razón al decir que en la silla del Primer Mandatario está sentado un INÚTIL, INDOLENTE e INHUMANO. Dices también que era el último en las encuestas porque realmente, nadie sabía quién era este APARECIDO. El hecho de ser el «UNGIDO» por Uribe, fue lo que llevó al mismo Uribe a lograr que José Guillermo Hernández, aportara ucho dinero del Narco para la compra de votos. Con este negocio, se hizo el milagro. Esto ratifica que Duque, es el designado a la presidncia por el «Ñeñé Hernández». En este negicio, también MEMO FNATASMA y el esposo de la Vice Presidente, hicieron su participación porque se quería defender la inversión que haste ese momento había costado el fracaso de Martha Lucía Ramírez; así las cosas, el negocio era: «Ganar o Ganar».
suficiente con una sola palabra : I mayuscula de Imbecil
Fuera del adjetivo que le endilgan al cerdo,yo le puedo tener otro también con i «IMBECIL, IGNORANTE, IDIOTA ESE ES EL CERDO QUE NOS GOBIERNA MAFIOSO.
Todos estamos padeciendo la desidia de este gobierno y los demás que han hecho de este país el peor vividero. Escribo desde la isla de San Andrés, Caribe colombiano, donde más de 100 mil personas que habitamos este pequeño territorio, nos estamos quedando rezagados en la vacunación, no hay techos listos en Providencia y este presidente viene solo de fachada periodística.