Columnista:
David Zapata Lozano
EL dolor de las 52 523 familias colombianas por fallecidos debido al COVID-19 no importa, solo lo es el de la familia del ya fallecido, ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo García, al que se le despidió con honores y dejando de lado los protocolos de bioseguridad establecidos por causa de la pandemia.
Tres días de luto nacional se decretó por llegar a los 52 523 muertos por coronavirus, casualmente, el día del fallecimiento del ministro de Defensa; por lo tanto, hay algunos datos que hay que traer a colación para ver el verdadero luto nacional:
- Van 22 mujeres asesinadas en el primer mes del año.
- Los 395 muertos reportados por COVID-19, representan 16 muertos por hora, ¿y las vacunas?
- Cada dos días asesinan a un líder o lideresa social en el país.
Los anteriores, son solo algunos datos relevantes, de solo enero, entonces ¿por qué el luto nacional hasta ahora?
Para nadie es nuevo que la actitud de este Gobierno siempre ha sido darle la espalda al pueblo y a sus necesidades, dando beneficios y ayudas a los mismo de siempre. «Duque es un Robin Hood, pero a la inversa: les quita a los pobres para darle a los ricos». Ya se vio a lo largo del año pasado que las ayudas y los beneficios se los llevaban las grandes empresas y bancos, dejando de lado a los pequeños y medianos empresarios, eso sí, ni pensar en la población informal.
Es anecdótico que siempre se criticó al Gobierno actual por destinar tantos miles de millones del presupuesto de la nación al rubro de defensa en época de paz, disminuyendo el monto de otros sectores como la salud y la educación. Siempre, el Gobierno justificó eso. El año pasado se denotó cómo nuestro sistema de salud es paupérrimo; se continuó con la compra de helicópteros, tanquetas, motos y uniformes, pero no se mejoró la infraestructura del sector de la salud y lo vemos en este mes donde volvieron las restricciones por falta de UCI. Con la muerte del ministro de Defensa, el Gobierno y el país se dieron cuenta de que es más importante la salud que la defensa.
Por otro lado, con relación a las vacunas: la compra más importante por parte de la nación en los últimos años y aun así, no se sabe nada sobre el tema. Anunciaron que la compra empezaría en febrero. Sin embargo, hasta hoy no tenemos claridad sobre este tema. El presidente, ese que «elegimos» o nos eligieron los mismos de siempre, afirma que todo se maneja de forma hermética debido a las cláusulas de confidencialidad; o sea, en pocas palabras, no se sabe cuándo llegan las vacunas ni cuánto valen, cuántas llegan, menos.
Ya para finalizar, es curioso que el partido de Gobierno y todo el resto de sus seguidores pidan respeto por la muerte del ministro cuando ellos mismos son los encargados de crear las fake news, y hasta prontuarios criminales falsos, de personas que mueren en circunstancias extrañas; tal y como sucedió con Dilan Cruz, asesinado por el ESMAD y el abogado Javier Ordóñez, asesinado por policías. Hoy, el Gobierno, su partido y seguidores piden respeto cuando ellos, no lo han hecho. Se les olvida que uno recoge lo que siembra.