Columnista:
Daniel A. Montoya Castrillón
Todo indica que en los próximos días un ex fiscal general de la nación podría llegar a ser parte de una de las comisiones para fortalecer la lucha contra el crimen organizado. Lo habitual sería que quien ocupe ese cargo sea honrado por sus méritos bajo esa dirección, y no por su largo y engorroso prontuario, que tenía mucho antes de dirigir esa administración, y durante la misma.
El exfiscal se llama Néstor Humberto Martínez Neira, quien además ha sido ministro de Justicia en el gobierno de Ernesto Samper, ministro del Interior durante el gobierno de Andrés Pastrana, y ministro de Presidencia en el primer periodo de gobierno de Juan Manuel Santos.
Sin embargo, una vez finalizado el primer gobierno de Santos, Martínez Neira, ya en el segundo periodo de Santos, esto es en el 2016, es elegido como nuevo fiscal general de la nación.
Pues bien, solo un año después, afloraba en el país el caso Odebrecht, del que según dicen, es el mayor caso de corrupción del que se haya tenido registro. En realidad, Odebrecht es una constructora brasileña, que ofrecía coimas a los presidentes, expresidentes y funcionarios de gobiernos, a fin de ganar contrataciones públicas.
Lo que es peor, y para colmo de males, es que el hecho salpicaba tanto al presidente de la República como al jefe del ente acusador.
Y todo esto es para decir que, tres años antes, el exfiscal sostuvo conversaciones con Jorge Enrique Pizano, principal testigo del caso Odebrecht en Colombia. Hay que recordar que Néstor Humberto Martínez era el apoderado del Grupo Aval, agregado de Corficolombiana, es decir, de la corporación financiera más grande del país, que en simultáneo con Odebrecht, intervino en la Ruta del Sol II, obra en la que se presentaron irregularidades.
«Si sabe de algo, claro, prenda las alarmas”, le dice Pizano al exfiscal».
Ante las dudas del auditor, Martínez dice sobre la constructora:
«Estamos en el problema [de] que no sabemos en qué estamos metidos, no sabemos si es que les están dando plata a los paramilitares. Si hay corrupción, se la están robando ellos de hijueputas ladrones… Venga, le digo cuál es la tesis que estamos trabajando: no sabemos si estos hijueputas están pagando coimas desde aquí para Gobiernos extranjeros y no sabemos si están pagando coimas aquí al Gobierno colombiano».
Y a pesar de que Néstor Humberto Martínez tenía, al menos, indicios de lo que estaba sucediendo con la constructora brasileña Odebrecht, eso no fue un pormenor para que se hiciera elegir como fiscal general, misma entidad que investigaría el caso Odebrecht.
Pero ahí no paran las cosas. Según El Espectador, existen 24 000 audios que demostrarían que la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA), «asistió en una operación de entrampamiento contra los negociadores de la guerrilla», o sea, con el exguerrillero para ese entonces, Jesús Santrich. Pero lo más grave sería que ese entrampamiento era en contubernio con la fiscalía de Néstor Humberto Martínez, una vez que esta aportó cinco kilos de cocaína. A todo esto, el exfiscal dijo que era un «libreto mal elaborado».
Sin embargo, la Embajada de los Estados Unidos, en comunicado «sobre la cooperación entre Estados Unidos y Colombia en materia de aplicación de la ley y el proceso de paz» fechado el 1 de diciembre de 2020, lograría demostrar todo lo contrario.
“La Administración de control de Drogas (DEA), y otros representantes de la aplicación de la ley de Estados Unidos en Colombia trabajan en estricto cumplimiento de la leyes de los Estados Unidos y de Colombia y bajo la supervisión de los fiscales de ambos países”.
Lo curioso es que de 24 000 audios, solo el ente acusador le remitió 12 audios a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), esto es al tribunal que juzga los delitos de los exguerrilleros.
Y a esto se suma, de acuerdo con una investigación de los periodistas Gonzalo Guillén y Julián Martínez, que «Bajo la administración de Néstor Humberto Martínez, la Fiscalía General de la Nación interceptó al menos un teléfono del entonces presidente Juan Manuel Santos (identificado como “alias Santo»)».
Así pues, la interceptación al teléfono del jefe de Estado, «se hizo bajo el pretexto de contribuir con una investigación que adelanta la DEA en la ciudad de Nueva York, en contra de una organización trasnacional, dedicada al lavado de activos producto del narcotráfico».
Es posible que por todo esto, Néstor Humberto Martínez sea integrado a la comisión para la lucha contra el crimen organizado. Es probable que por todo esto no lo sea.
Fuentes:
https://elpais.com/internacional/2018/11/19/colombia/1542607776_995507.html
https://elpais.com/internacional/2018/11/14/colombia/1542230704_781316.html
Complacido al leer la columna que con bibliografía en mano se muestra el episodio que dará mucho mas que decir sobre este personaje…
este «TIPEJO», «LA SERPIENTE VENENOSA», martínez neira, es un peligro para para los colombianos de bien, es un inteligentísimo «abogado del mal», conocedor de las leyes para proteger a los grandes millonarios en sus grandes grandes torcidos, simplemente es una rata muy peligrosa, hasta venenosa.