Columnista:
Ronald Ruiz López
Esta semana, varios medios de comunicación informaron sobre el rating del programa Prevención y Acción que presenta Iván Duque y en donde demuestran que, de estar en 17 puntos para el 24 marzo pasó a estar en 5 puntos en la actualidad y con tan solo 120 tristes visitas en YouTube. Claro que, esos 17 puntos fueron para cuando el país estaba estrenando el tema del COVID-19 y sintió la necesidad de informarse respecto a las medidas y prevenciones que nuestro «respetado» Gobierno tomaría.
¿Será justo que el mandatario de un país se preocupe más por mantener al aire un programa de televisión que por la crisis por la que atraviesa su nación? No, no lo es.
De un artículo del diario El Tiempo, titulado ¿Cómo va el rating del programa diario del presidente Iván Duque? me surgen, con base en ese solo título, me surge una primera pregunta:
- ¿Cuál presidente? Si este señor al que le dicen «presidente» desde que asumió su cargo ha mostrado más interés por llamar la atención con sus tonterías que por su determinación. No le importan las masacres de nuestros líderes sociales, y mostró indiferencia al inventarse un nuevo término: homicidios colectivos.
No le importó cuando la minga indígena le pidió ser escuchada pero no los quiso atender, incluso después de que les tocó montarse en la aventura de atravesar medio país y viajar a Bogotá para ser escuchados. Aun así, no los consideró y nunca los atendió. No le ha importado que el país lleve más de una año en marchas y protestas motivado por 194 puntos que han motivado las movilizaciones, resumidos en un pliego de peticiones que recoge seis ejes básicos, de los cuales no ha querido cumplir.
Menos le importa que a donde quiera que se dirija, se refleje el inconformismo del pueblo; dentro y fuera del país, pues no es de negar que hoy en día, por la tecnología, los videos se dispersan a una velocidad que ni su jefe Álvaro Uribe Vélez puede controlar, y se ve claramente, el repudio a dicho personaje.
Tampoco le importa que por el solo hecho de ser el presidente de la República debiera, a estas alturas, de inspirar admiración y respeto, pero es todo lo contrario. Iván Duque es sinónimo de burla a nivel mundial, al que ni a los grandes líderes les importa si está presente o no; es un cero a la izquierda, y eso se evidencia en el video de Bolivia que fue tendencia en estos días y, en el que durante la posesión presidencial, el rey de España lo ignoró de una forma indudable. Debo reconocer que me dio lástima con el títere.
Mucho menos, le importó la amenaza de un huracán, cuya dirección apuntaba hacia las islas de San Andrés y aun así, no quiso evacuar. Por fortuna, la cifra de víctimas fatales no fue alta, pero no precisamente por las acciones tomadas por nuestro presidente. Ahora que San Andrés debe ser reconstruido, el presidente se atreve a pedir la ayuda del pueblo, cuando hace poco el Gobierno realizó una compra de un helicóptero italiano de 12 millones de dólares y además, sigue malgastando dinero con su «programa de televisión».
De acuerdo con lo anterior, planteo la segunda pregunta:
- ¿Cuál programa? Un programa, cuando es necesario que salga al aire, el mismo presidente de la República debería de tener temas de interés nacional, cuya información sea indispensable para transmitirla al pueblo. Lo que he visto es que en más de ocho meses, equivalentes a 247 días al aire, demuestran que su intención es más de hacerse propaganda y dedicado a hacer pura politiqueria. ¿Acaso no es suficiente con los canales nacionales; entre ellos Caracol, RCN y City Tv que nos brindan mas de seis horas al día de información? Así las cosas, no es necesario su programa, pues de seguro, le quitan la carga al «señor presidente» de informarnos y ese tiempo, podría mejor, invertirlo en hacer algo que poco a hecho, gobernar.
Para finalizar, hace unos meses, pidieron suspender el programa de Duque, argumentando que «El Presidente no dice absolutamente nada ni técnico, ni científico. Es una abierta intervención politiquera, sin ética; es un detrimento patrimonial. Debe suspenderse esa intervención, y darse a la oposición el derecho a replicar». Aseguró el presidente de la colectividad y actual concejal por Bogotá, Álvaro Argote. Ante lo expresado por el concejal, estoy en total acuerdo.
Caracol debería darle camello al inepto, para que los quiebre como está haciendo con Colombia, y de paso librar al pueblo Colombiano del suplicio de ver esa porquería hablando mierda.