Duque, a punto de decretar conmoción interior, ¿a un paso de la dictadura?

Hablar de una dictadura en Colombia, más que una exageración está a punto de ser una realidad.

Opina - Política

2020-09-30

Duque, a punto de decretar conmoción interior, ¿a un paso de la dictadura?

Columnista:

Daniel Avendaño

 

La conmoción interior es el eufemismo con el que pretenden acabar el Estado Social de Derecho; acudir a él, sería asistir a la deformación democrática en nuestro país. Sin embargo, de usarse, no sería la primera vez en que un gobierno de turno acudiría a su uso; ya sucedió en los gobiernos de Gaviria y Uribe.

Esto les permitió hostigar y hacer cuánta fechoría se les vino en gana, por eso, es importante analizar sus consecuencias más allá de si la constitución le permite al Presidente de la República:

‘Declarar el Estado de Conmoción Interior, en toda la República o parte de ella, por término no mayor de noventa días (…) En caso de grave perturbación del orden público que atente de manera inminente contra la estabilidad institucional, la seguridad del Estado, o la convivencia ciudadana.’ art.213

De decretarse, Duque estaría facultado para:

Limitar el desplazamiento de las personas y restringir manifestaciones; controlar la radio y televisión —coartando de esa forma la libertad de expresión y prensa—; modificar el presupuesto nacional; suspender alcaldes y gobernadores; imponer contribuciones fiscales y parafiscales y por si fuera poco, las autoridades podrían detener con o sin orden judicial a quienes consideren sospechosos de delitos —incluyendo la inspección a viviendas si así lo desean.

Si eso pasa, se exacerbará en extremo la cultura de represión e intimidación —que ya existe — contra cualquiera que sea crítico o se considere ‘peligroso para la seguridad del Estado’, principalmente, los movimientos sociales.

Lo último, si tenemos en cuenta que las ganas de decretarlo vienen desde el paro del 2019; y ahora, con el continuo descontento social que vendrá acompañado de manifestaciones, no será la excepción. Menos, cuando en estos casos Duque cuenta con la ‘experiencia’ de la vicepresidenta, quien respaldó la conmoción interior en el gobierno de Uribe cuando fue Ministra de Defensa.

Por ello, hablar de una dictadura en Colombia, más que una exageración está a punto de ser una realidad. Las respuestas por parte del ejecutivo frente a la crisis que atraviesa el país, junto a la pérdida de legitimidad en la fuerza pública, nos están llevando a la consolidación de un régimen represivo y terrorista.

Duque está usando la constitución como rollo higiénico para enlodarla con su autoritarismo hasta hacer de ella algo innecesario; sus discursos anacrónicos, apoyados por las élites y difundidas por los medios corporativos; la ausencia de separación de poderes; las jugaditas, el desacato y el irrespeto al poder judicial; la represión y persecución a todo tipo de oposición; el supuesto atentado en contra suyo; el monstruo del ‘castrochavismo’; las narices de Trump y la nueva aparición de Márquez y sus aliados, al lado de la corrupción y el recrudecimiento de la violencia; crearán el escenario perfecto para decretarlo.

Al final, no era tan bobo como pensábamos, ni Uribe lo fue al escogerlo; ganó el aval presidencial por ser el tipo más bonachón del Centro Democrático y ahora más que nunca, está a punto de cumplir su tarea inicial: perpetuar indefinidamente al uribismo en el poder.

Sin duda, la detención de Uribe fue un golpe duro para el Estado Social de Derecho y no por tratarse de una injusticia en contra del mejor expresidente sino, por los efectos negativos que está ocasionando Duque al defender a capa y espada a su mentor político.

 

¿Llegaremos al 2022?

El uribismo sabe que tiene perdidas las presidenciales del 2022, al menos, para llegar de forma directa como sucedió en el 2018; han perdido su fuerza política y lo saben. Por tanto, la única solución para no abandonar el poder es ese, la dictadura. Para muchos puede ser algo impensable, pero la coyuntura actual no da para pensar otra cosa.

Usar al ‘castrochavismo’ o a Uribe como mártir político para unas elecciones ‘democráticas’ y así, seguir al mando en una Colombia distinta a la de inicios de este siglo, no será suficiente, necesitarán algo más.

Un ejemplo, es el supuesto plan de ‘atentar’ en contra de Duque por parte de ciudadanos rusos e israelíes; es la estrategia política más absurda que puede haber. Con eso trata de decirle a la comunidad internacional —donde posa como el mesías— que, ellos junto al gobierno de maduro en compañía de Santrich y su combo, están conspirando para matarlo.

También, con el fin de aumentar la injerencia cotidiana de Estados Unidos en los asuntos internos del país, más, cuando la reelección de Donald Trump depende en buena parte de los latinos; y así, darle la razón a los colombianos abiertamente ignorantes en materia política de que, el país y el mundo caerán en manos del socialismo, comunismo y cuánta pendejada se inventen; porque según ellos, están comprometidos en la lucha contra el terrorismo y son los indicados para traer ‘seguridad’; sin importar que a ese paso, acaben con la democracia.

Todo este show mediático para justificar las acciones violentas de una futura dictadura, producto de un régimen cada vez más deteriorado; en el olvido quedaron las críticas o burlas hacia Maduro, porque el de nosotros le ganó en todos los sentidos.

No obstante, se equivocan si creen que con sus artimañas, cesará la resistencia en las calles. Eso sí, habrá violencia, más que nunca. Pero no podemos permitir que el territorio nacional se deshaga para que normas y políticas exteriores sigan metiendo las narices cuando quieran.

Si no nos ponemos las pilas, es probable que para el 2021, no exista, ni sea permitido el más mínimo grado de disenso.

Finalmente, no queda de otra que rezarle a la virgen de Chiquinquirá, pues, el analfabetismo político nos está castigando, no sabemos si habrá Estado Social de Derecho para el 2022. Pero, si existe la posibilidad, esta vez será necesario que asumamos nuestro rol como sujetos políticos. De lo contrario, seguiremos anclados a la guerra porque, cuando hubo la oportunidad de cambiar las balas por la paz, muchos votaron por la primera.

 

( 1 ) Comentario

  1. Muy buena columna, excelente, de no despertar millones de colombianos nos veremos abocado de lleno y oficialmente a una dictadura.

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Luciana Avendaño
Comunicadora Social y Periodista con enfoque en asuntos políticos y parlamentarios. Apasionada por la Historia.