¿Uribismo sin Uribe?

Colombia ya está en campaña presidencial, no lo podemos negar. No le podemos huir a este llamado de la historia que nos convoca a transformar. Es nuestro momento y nuestro tiempo.

Opina - Política

2020-09-05

¿Uribismo sin Uribe?

Columnista:

Elkin Giraldo Castellanos 

 

«Todo tiene su final, nada dura para siempre», recita el cantante Héctor Lavoe en una de sus canciones. ¿Y el uribismo?, ¿durará con Uribe detenido y todo el desprestigio del Centro Democrático, por casos de corrupción, en cabeza del presidente Iván Duque por la ‘ñeñepolítica’?

Uribe no está en el Senado, su influencia sigue siendo fuerte, su poder, no tanto. El partido de Gobierno hará todo lo posible por darle continuidad al uribismo. Así el «jefe» esté en la cárcel, seguirán promulgando su inocencia y gastarán el dinero que sea necesario en lobbies que laven la imagen del expresidente, para intentar sacarlo del enorme fango que lo cubre.

¿Existe el uribismo sin Uribe? Mientras se prolongue aún más la guerra, no haya acceso a la educación pública, no exista un sistema de salud digno, se siga explotando indiscriminadamente la tierra, sí. Está en nuestras manos si le damos continuación o, mediante una gran alianza progresista, elegimos el candidato o candidata que se comprometa con Colombia y nos saque de este declive. 

No todos los políticos son iguales, esa es una lectura desacertada. En Colombia no ha gobernado la izquierda ni un progresismo a nivel nacional, que nos permita vivir otra experiencia, como en algunos países latinoamericanos en los que hubo grandes avances.

Los de siempre insistirán que no fue así, pero es hoy Argentina la que le envía un satélite al mundo. Un logro del presidente progresista, Alberto Fernández, por poner un ejemplo. Un presidente elegido por la ciudadanía en el 2019, dentro de un frente (Frente de Todos) que se unió para decirle al neoliberalismo, nunca más. Pese a todo, lo lograron.

En Colombia, un frente equivaldría al pacto que varios sectores, insisten es la salida. El acuerdo, más que una alianza, es un pacto por la vida.

Se equivoca el precandidato Sergio Fajardo al decir que nunca hará un acuerdo con Gustavo Petro, porque tiene una forma diferente que va en contra de su idea política.  ¿Un acuerdo no es entre los diferentes? Por supuesto que sí. Otra cosa es que a Fajardo no le interese Colombia, desea continuar no con la figura de Uribe, sino con sus políticas. Es el uribismo sin Uribe.

No votar por ningún candidato de los partidos aliados al uribismo en el 2022 es nuestro deber. El Congreso se renueva y es fundamental entender que se necesitan nuevos liderazgos que puedan ocupar esas curules. Entre el Senado y la Cámara de Representantes se legisla. No es suficiente solo con cambiar la Presidencia. Nuestros y nuestras legisladoras tienen que estar a la altura del momento. El tema del medio ambiente debe ser un eje transversal de esta nueva política que pretende gobernar. Se aleja del fracking que propone el uribismo.

Saber diferenciar entre los que hablan y los que hacen. La continuidad del uribismo en cuerpo ajeno, es decir sin Uribe, no se puede permitir más. Una tarea que necesita el mayor esfuerzo para no caer en la trampa alternativa.

Colombia ya está en campaña presidencial, no lo podemos negar ni le podemos huir a este llamado de la historia que nos convoca a transformar. Es nuestro momento, nuestro tiempo. Cada quién debe buscar en su corazón cuál es el país que quiere, después de esta horrible etapa llena de sangre. Un uribismo sin Uribe, o la vida.

 

 

 

 

 

 

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Elkin Giraldo Castellanos
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