Columnista:
Diana Carolina Abril
Así sea por accidente, leer los trinos de Paloma, escucharla en alguna que otra entrevista o en el Congreso para referirse a Uribe, lo que han sido sus desastrosas «políticas públicas» da tanta tristeza que de ahí surgen varias reflexiones. Ahora, eso es lo normal en un uribista, expresarse sin fundamentos ni pruebas ni nada. Defender por defender con la peor de las defensas: palabras escritas o dichas en favor del exmandatario que se quedan en el aire y sin argumentos. Verborrea al piso es lo que hay que escuchar. Aunque, sumado a tanta «palabrería barata», Valencia afirmó hace unos días que «el fiscal Barbosa es amigo del presidente Duque, no de Uribe». Queda uno (como en los últimos dos años) asombrado ante tantísima estupidez por parte de algunos uribistas.
Pero, la estupidez no preocupa tanto. La senadora Valencia en La Gran Encuesta (la última) revelada por Noticentro 1 CM&, figura con una intención de voto equivalente a un triste 3 % para la Presidencia. Paloma aparece como candidata y así ha expresado su intención de postularse en varias entrevistas. Menciono «un triste 3 %», aunque ya verán cómo puede llegar a aumentar y convertirse en un «alegre porcentaje». Si a Duque que ni lo conocían y ni aparecía en las primeras encuestas y, aun así ganó, cabe la posibilidad de que Paloma (que es bastante nombrada en la política) vuele alto, pero hacia el poder.
Por estos días, como habrán leído y visto, en entrevista para El Tiempo expresó: «Yo quiero ser presidente de Colombia y le pido a Dios ‘déjame ser presidente si voy a ser una gran presidente para los colombianos’. ¿Cuándo?, será cuando los colombianos consideren que yo les puedo servir». Los que tuvieron acceso a la entrevista: ¿Paloma Valencia será candidata presidencial en 2022?, en la primera publicación, debieron notar que aparecían más de 19 000 reacciones, de las cuales 17 000 fueron con el emoticón de me divierte. Debo afirmar que a mí también me divierte, empezando con el titular. De los comentarios ni hablar.
De igual modo, en entrevista con Juanpis, Valencia, habló sobre la posibilidad de llegar a la Presidencia. Dijo que le daba un poco de temor por el hecho de ser mujer. A mí eso no me inquieta, sería perfecto que una mujer gobernara a Colombia, siempre que fuese lejos del uribismo y de las equivocaciones a las que llevan su exacerbación.
Paloma, con su pataleta de ahogado ha resaltado las mejoras en las estadísticas de los «magníficos» Gobiernos de su jefe político. Eso, puede ser cierto y otras cuestiones fundamentales adicionales que se podrían rescatar, recordar y citar. Así como el hecho de que sí cambió el país gracias a la seguridad democrática, aunque se obtuvo un resultado positivo a costa de horribles crímenes y masacres. Al respecto, habrá de veras algunas cosas bien hechas en los Gobiernos de Uribe por mencionar, lo que no quiere decir que se puedan eliminar de la historia crueles acontecimientos.
En este punto, valdría la pena citar el refrán: «el que reza y peca empata», solo si hubiese un equilibrio entre los «pecados» de Uribe y sus funciones en sus periodos presidenciales. Sin embargo, ese equilibrio no existe. Uribe no empató. El expresidente y exsenador «se pasó de piña» como dicen en el Caribe. El hoy investigado y ahora con un pie fuera de la prisión domiciliaria (del Ubérrimo), nunca equilibró el peso. Es cierto que así lo ha tratado de hacer y más con ayuda de su «última perla» de la cual nos enteramos por estos días: el lobby por su defensa.
Pero ¿por qué hablamos de Uribe y no de Paloma? Porque hablar de Paloma es hablar de Uribe. La senadora está ciega de amor por él. Es más, nunca ha dejado de llamar «presidente» al expresidente, lo que me causa inclusive más indignación. Bien es cierto que Duque no ha hecho el papel, aunque ello no justifica que se le siga llamando a Uribe por un cargo que no le corresponde. Por otra parte, el delirio, la veneración e idealización hacia su mentor no tiene límites.
Uribe representa para la senadora sus «doctorados juntos» y anhelados, como bien lo mencionó en otra entrevista con Jaime Bayly: «trabajar con Uribe es como hacer muchos doctorados juntos». Pues no, Paloma. No creo que trabajar con Uribe tenga nada que ver con doctorados. Estos títulos académicos requieren de investigación exhausta y es claro que en su velo por el expresidente no ha hecho investigaciones juiciosas y objetivas. En ese sentido, déjeme decirle: no se podrá graduar.
Tampoco es correcto que felicite a Uribe por la mejora en las estadísticas. Ese era su deber: cumplir con las atribuciones como jefe de Gobierno, de Estado y Suprema Autoridad Administrativa, tal y como lo establece la Constitución Política. Hacer lo que es normal en un cargo de elección popular está establecido en la Ley de Leyes y no se debe agradecer o conformarse por ello, sacando a flote las frases típicas: «hizo varias obras» o «robó, pero poquito».
Mucho menos, se pueden excusar los desastres causados en sus afirmaciones en el Boletín del Gomelo de Juanpis sobre lo de Agro Ingreso Seguro en donde afirmo: «Andrés Felipe, es una persona inocente de los delitos que se le imputaron (…) y no se robó un solo peso» o que «darle un subsidio a una empresa grande no es delito ni en Colombia ni en ninguna parte del mundo (…)» (minuto 5:40).
Además, el hecho de afirmar: «usted puede decir que esa política pública no le gusta, que le parece inequitativa o lo que quiera, pero eso no es un delito (…)» es incluso peor (minuto 6:05). O decir que «dar subsidios a los ricos no es delito». Ante eso, me pregunto entonces, senadora Paloma, ¿qué es un delito?, o mejor dicho: ¿Arias fue condenado por delitos que no eran delitos, porque eran políticas públicas?, ¿el Código Penal también está errado en sus artículos 23, 397 y 410 por los que Arias fue condenado?
Aquí me detengo para explicar qué es una política pública. En el texto Política Pública Territorial de la ESAP, según Betancourt y Ramírez, es «desde el Estado (…) el reconocimiento de problemas que deben ser tratados, y de acciones, medios y recursos necesarios para su tratamiento» (p. 11). Por otra parte, se afirma que «son las acciones realizadas por autoridades legítimamente constituidas— presidentes, ministros, alcaldes, por ejemplo— que tienen por objeto actuar sobre ciertas condiciones de la realidad sea para modificarlas o para mantenerlas —nivel de empleo, seguridad, etc.—» (p. 12).
Entonces, cabe traer a colación que frente a dicha definición, Lester Salomón, citado en el mismo texto, afirma:
En los últimos años se ha desarrollado un conjunto de teorías que describen a las agencias gubernamentales como jerarquías fuertemente estructuradas aisladas de las fuerzas del mercado y de la presión efectiva de los ciudadanos y sin embargo, dispuestas a servir a los intereses personales e institucionales de la burocracia (p. 65).
Al mismo tiempo, Betancourt y Ramírez (2008) citan a Velásquez (2006) que aduce: «la política pública está constituida por declaraciones, actos y decisiones que no pueden ser considerados aisladamente, sino en relación, y en función de los objetivos que se pretenden lograr». (p. 32). Además, en el texto se menciona: «acciones aisladas no constituyen una política pública» (p. 32).
De tal manera que no es como afirmó Paloma y para conocer esa definición no se necesita hacer muchos doctorados juntos: «trabajar con Uribe», solo se debe leer o poner cuidado en clase de pregrado (si fuese el caso). En suma, lo de Agro Ingreso no fue una política pública.
Reitero. Cada vez que veo un trino de Paloma, una entrevista que por casualidad se cruza, trato de evitarla. Me enferma escucharla y verla, incluso más. Entiendo que tiene un gran inconveniente: debe muchos favores y por eso idealiza tanto a su jefe. Para ella, es ¡su héroe, su Simón Bolívar, su Libertador, su sagrado Corazón! Su problema no es si está loca, neurótica ni que sea histérica o que ande despeinada, menos que su hija le diga que la odia. Es una mujer normal y madre; se expresa y anda como quiere. Sin embargo, su obstáculo: ser uribista y su obstinación hacia Uribe (como la de muchos uribistas).
Ahora bien, a los uribistas no les sirve que Valencia sea candidata presidencial, porque así como es buena para defender a su «patrón» de igual modo, lo es para hundirlo. Un buen ejemplo de ello es cuando en derecho penal hay un testigo al que le llaman «testigo hostil», porque en vez de ayudar, hace lo contrario. Eso lo pudimos evidenciar en una de sus intervenciones el 5 de agosto en la que dijo:
«Es cierto que el presidente Uribe le pagó algunas platas a ese testigo, pero también es cierto y así lo reconoció la Fiscalía, en un fiscal elegido por el fiscal Montealegre que el presidente Uribe no conoció: nunca tuvo conocimiento de esos pagos.
Es decir, «como digo una cosa digo otra» ¿Una contradicción o paradoja? Cabal y algunos medios lo llaman lapsus, yo, estupidez evidente.
En definitiva y como dijo Neruda, con respecto a los anhelos de Valencia de llegar a la Presidencia, le digo: «usted es libre para hacer sus elecciones, pero es prisionero de las consecuencias». Debería dejar las cosas así y hacerse un favor (a usted) y a muchos de nosotros: vuele, vuele, pero lejos de la Presidencia, no nos haga quedar más en ridículo de lo que ya quedamos a nivel mundial por culpa de Duque.
Nos ha dejado en ridiculona nivel mundial: 1- una guerrilla narcosecuesterrorasesina. 2- una jep-uta justicia de impunidad como ejemplo Santrich. 4- los reclutamientos, asesinatos y violaciones de niños
de la guerrilla que para sostener la mentira de que no reclutaban menores y lograr las negociaciones entonces los asesinaron. eso a ud. no le averguenza asi sea para todo el mindo.
Pero ser uribista, pertenecer a un partido que se enfrento a las guerrillas con tesis muy solidas, que se volvio mas que un partido una religion que nos dio esa libertad, que ahora no somos un venezuela
nos pone muy ORGULLOSOS y con ganas de segur perteneciendo a un URIBISMO, con lideres como PALOMA, DUQUE y URIBE NUESTRON SALVADOR, NUESTRO LIBERTADOR.
Nos ha dejado en ridiculo a nivel mundial: 1- una guerrilla narcosecuesterrorasesina. 2- una jep-uta justicia de impunidad como ejemplo Santrich. 4- los reclutamientos, asesinatos y violaciones de niños reclutadospor la guerrilla que para sostener la mentira de que no reclutaban menores y lograr las negociaciones entonces los asesinaron. eso a ud. no le averguenza asi sea para todo el mundo.
Pero ser uribista, pertenecer a un partido que se enfrento a las guerrillas con tesis muy solidas, que se volvio mas que un partido una religion que nos dio esa libertad, que ahora no somos un venezuela
nos pone muy ORGULLOSOS y con ganas de segur perteneciendo a un URIBISMO, con lideres como PALOMA, DUQUE y URIBE NUESTRON SALVADOR, NUESTRO LIBERTADOR.