Columnista:
Diego Dorado C.
Tras la reciente detención del expresidente por el caso de falsos testigos, se puede confirmar dicha tesis, ya que, en un porcentaje mayor, el periodista investigó, encontró y presento pruebas fehacientes para consolidar el proceso que tiene hoy en la cárcel (bueno, prisión domiciliaria) al exmandatario y con un panorama oscuro a Cadena. Siendo así, Coronell un gran aportante de esa resolución.
La corrupción develada
Pero retrocedamos, desde un poco antes de darse la firma de la paz en Colombia en agosto del 2016, el país empezaba a recibir noticias positivas en el marco del acuerdo, tales como el cese al fuego bilateral entre las partes en guerra, cifras como la que brindó el Hospital Militar que confirmó en julio del 2017 una reducción del 97 % en los soldados heridos y la comprobable tranquilidad de algunos sectores rurales.
Poco a poco la guerra fue cayendo y a su vez, el velo que tapaba y escondía a la corrupción también. La pantalla que tenía como protagonista, fue cambiando su ángulo y empezó a develar el problema de la corrupción, incluso que se antoja más grave que lo bélico.
Esta última (la corrupción) comía de las entrañas de un país que moribundo por sus muertos, enriquecía a otros bajo por actos delictivos. Escondida bajo un manto grande de mediatización y de enfoque político y mediático centrado en la guerra, la corrupción actuaba a sus anchas entre los dineros de la sociedad.
Un único rival
Frente al panorama, Colombia seguía impávida pese a ir destapando en masa casos de corrupción. Obviamente, la palabra no era nueva para el país, pero por primera vez se empezaba a mirar a los ojos, tras quitarse de encima las balas y la guerra.
Pese a ver a los ojos a la corrupción, la justicia coja y lenta característica de este país, no fue un rival serio para ella, salvo casos mediáticos que llaman a la agilidad justiciera o que son imposibles de controvertir o desviar. El poder judicial no aunaba una figura letal para la corrupción, solo recordemos al Fiscal Anticorrupción, Luis Gustavo Moreno, capturado por corrupción en 2017. Esa escena lo dice todo.
Con una justicia pobre la corrupción campeaba en el territorio nacional, no había rival. Sin embargo, apareció uno: el poder político, que a la vista de muchos es un contendor lo suficientemente grande para combatirla, pero, en la práctica ha resultado pequeño en la batalla, pese a su enorme ánimo.
Claudia López, actual alcaldesa de Bogotá y que en 2018 impulsó como senadora de la República la Consulta Anticorrupción, perdió la batalla por muy poco, pero la perdió. El poder político no solo es pequeño ante el combate, es además, a veces, amigo de quien jura derrotar, pues muchos de los casos corruptos presentados a lo largo del país, son cometidos por figuras públicas.
Con lo anterior, la política tampoco era rival suficiente. Sin embargo, apareció uno lo suficientemente grande como para ponerlo a sudar, a preocuparse y a sentirse amenazado: el buen periodismo.
Desde orillas independientes y con innovadoras formas, el periodismo se plantó con fuerza, valentía y de cara a cara a un villano que parecía no tener rival que pudiera con él. Periodistas como Gonzalo Guillén, Julián Martínez o Daniel Coronell empezaron a señalar a la corrupción con argumentos y pruebas contundentes hasta develarla y desenmascararla.
Este periodismo ha sido el único rival serio que ha podido cercar a la corrupción y llevarla a la luz de la justicia. Casos como el del expresidente Uribe, que de no ser por la profunda y juiciosa investigación de Coronell, no tendrían el motor probatorio y argumentativo para resolverse en medidas serias como la detención.
Es invaluable lo que esta labor hace por el país, por la verdad y la búsqueda de la justicia, es loable encontrar en medios como La nueva prensa, Los danieles, La oreja roja, Cuestión pública, Vorágine y otros que se me escapan, una fuerza que a través de la investigación veraz se ha convertido en el gigante rival que necesitaba Colombia para enfrentar a la corrupción.
gracias a DIOS, le doy porque por fin aparecieron uds, ojala sigan con este empeño, ya que hay periodistas como JULIO SANCHEZ CRISTO, MARIA ISABEL RUEDA, ALBERTO CASAS SANTAMARIA, y otros bien sabidos de lo que pasa en este pais y no son capaces de informar la verdadera verdad, les pido humildemente continuen esta buena labor para poder mejorar este mi pais. que DIOS los proteja siempre.gracias