Columnista:
Patty Suescún
La reactivación de la guerra en Colombia no solo se siente en los lejanos campos de la ruralidad de nuestro golpeado país, también se siente en el Hospital Militar Central a donde nuevamente llegan los jóvenes soldados heridos en cruentos combates librados actualmente.
Este centro de salud con más de 83 años de historia ha sido testigo de primera mano del desarrollo de esa guerra irregular que vive desde hace más de medio siglo nuestra dolorida republiqueta.
El choque entre tantas fuerzas armadas ha dejado entre 1958 y 2018 más de 262 197 muertos, de los cuales 46 813 eran combatientes de alguna de estos grupos, según cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Tal como publicó Caracol Radio desde el año 2004 al 2019, 12 669 militares han sido víctimas del conflicto. De estos 3388 fueron asesinados y 9197 resultaron heridos en combate. A su vez, el excomandante del Ejército, general Nicasio Martínez, señaló en 2019 que 7413 militares fueron víctimas de artefactos explosivos y minas antipersona, de estos 1.611 perdieron la vida y 5802 resultaron heridos y con secuelas para toda su vida.
Muchos de estos hombres terminaron en el Hospital Militar Central de Bogotá HMC.
Testigo directo
En los años 90, cuando el enfrentamiento con los grupos irregulares era de una manera más frontal —estratégicamente hablando— el Hospital Militar Central HMC comenzó a acostumbrarse a ver llegar grandes cantidades de jóvenes soldados heridos.
Entre 1999 y 2003 —es decir, antes de que se hiciera un cambio en la doctrina militar para el enfrentamiento de grupos irregulares y la aplicación del Plan Colombia y su énfasis en los ataques aéreos—, este centro asistencial recibió 1572 soldados (82 murieron en sus instalaciones). Varios de los supervivientes quedaron con amputaciones y otras secuelas de por vida.
Casualmente con la entrada en funciones plenas del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, de los 5748 militares heridos que hubo en el periodo 2004 a 2008 (más de tres veces que en el periodo 1999 a 2003), 1531 fueron a parar al Hospital Militar Central.
También cabe resaltar que gracias al cambio de la doctrina militar y a la implementación del “Plan Pantera” para la atención médica especializada en combate, la cifra de militares fallecidos se pudo reducir pasando esta a 49 en el HMC durante el mismo periodo de cuatro años.
Entre 2009 y 2010 se nota un recrudecimiento del conflicto que dejó 3.855 miembros de la Fuerza Pública heridos. De estos, 1.130 fueron remitidos al HMC, y de esa cifra fallecieron 27. Cabe anotar que la edad promedio de los heridos en combate son los 24 años de edad.
¿Un “milagro” o una consecuencia lógica?
En el primer periodo del gobierno santista, el Hospital Militar Central dio cuenta de la reducción de soldados y policías heridos, principalmente por minas antipersonas.
En 2011, el HMC reportó el ingreso de 424 militares heridos, 100 de ellos sufrieron amputaciones de alguna de sus extremidades. En 2012 la cifra fue de 388, de estos 266 fueron víctimas de alguna clase de explosivo. Para 2013, el número de heridos llegó a los 395.
Con el inicio de las negociaciones entre el segundo gobierno de Juan Manuel Santos y las extintas FARC, un breve relajamiento llegó al Hospital Militar Central.
En 2014, los heridos fueron 256, de los cuales 57 perdieron alguna extremidad. En 2015, fueron 131 los militares ingresados a este centro asistencial. En 2016, la cifra llegó a 36 y en 2017, la cifra llegó a tan solo 35 heridos.
El 28 de mayo de 2018, y a solo tres meses de terminar el segundo periodo del gobierno Santos, su ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró a los medios de comunicación del país que el Hospital Militar pasó de internar a 131 soldados heridos en combate o por minas, a tan solo uno.
Por fin, uno de los milagros que traían los Acuerdos de Paz se hacían realidad. Aunque para uno de los médicos del HMC entrevistado por SEMANA en 2018, la reducción era apenas previsible.
Lógicamente no hay heridos porque no se están moviendo las tropas. Si no se mueven, ¿por qué habrá heridos? Antes se recibían 1.000, este año (2018) deberíamos llevar unos 500, pero no van ni 70. Claramente disminuyó, sin embargo, seguirán llegando, porque esa es la vida del militar, así sea en accidentes de entrenamiento, dijo el galeno.
En otro aparte de la entrevista, el mismo médico señaló que le resultaba imposible de creer que en un país con tantas necesidades siguiera invirtiendo en un conflicto que cuesta mucho dinero, vidas y dolor. “Sería el colmo que esto volviera a escalar”.
De vuelta al horror
Infortunadamente el médico entrevistado por SEMANA no conocía el talante del nuevo presidente que llegaba a “La Casa de Nari” … bueno, realmente nadie conocía quien era Iván Duque, pero con su política quedó claro que el peor pensamiento del médico se haría nuevamente realidad.
Y es que, en tan solo seis meses, el gobierno del “presidente” Duque duplicó el número de heridos en combate que iban en franco descenso. En 2018, el número de militares que llegaron al HMC fue de 57, de los cuales 24 perdieron alguna extremidad.
Con la llegada del partido Centro Democrático al poder, los choques de la Fuerza Pública contra grupos armados que quedan en el país subieron 82% en los primeros seis meses de 2019 (62 combates) comparados con el primer semestre de 2018 (34 combates). La cifra, la más alta en los últimos cinco años, demuestra que volvimos a las viejas y desgastantes dinámicas del conflicto según la investigación de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Pero como en los combates no solo se matan a los irregulares, obviamente el incremento tenía que traer un aumento de los militares muertos y heridos en los enfrentamientos.
Según un informe del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos CERAC, hasta septiembre de 2019, 88 miembros de la Fuerza Pública habían fallecido en acciones del conflicto, frente a 72 que se presentaron los primeros nueve meses de 2018, es decir un alza del 23 por ciento.
A su vez, el Hospital Militar Central reportó que en 2019 a sus instalaciones llegaron 92 miembros de la Fuerza Pública heridos, 23 de los cuales sufrieron amputación, casi el triple de 2017.
Definitivamente, volvió la “Seguridad Democrática”.
Me pregunto ¿qué estarías opinando si a tu tía las FARC le hubieran puesto el collar bomba?; o si tu padre hubiese sido asesinado vilmente como a los Diputados del Valle, o al Gobernador de Antioquia o al Ministro de Defensa. ¿Qué estarías diciendo si tuvieras tu finca abandonada porque no pudiste volver a ocuparla?; o ¿qué estarías escribiendo si un infante sobrino tuyo fue reclutado por esa feroz guerrilla? o ¿qué sentirías si miembros de las Farc te hubieran violado? También me pregunto ¿escribiste alguna vez sobre la repugnancia de las Farc o es que te gusta su hedor? Y por el amor de Dios ¿acaso no sabes que todas esas muertes y amputaciones se originan en brutales y cobardes emboscadas? ¿Te tomaste el trabajo de averiguarlo o solo te impulsó el virulento y mezquino odio contra el Centro Democrático?