Columnista:
Ían Schnaida
La lucha que se libraba al interior de Semana entre una redacción aguerrida y una chequera «uribista y trumpista» tiene una perdedora: la libre expresión. Y con ella, la ciudadanía misma.
Es doloroso ver la transformación que está sufriendo la Revista Semana. Despiden a grandes periodistas e investigadores y conservan a fanáticos sin seso. Y si bien ya nos habían despeinado con múltiples portadas bastante cuestionadas, esta no es una salida en falso, sino el famoso tiro en la pierna.
No es ninguna casualidad que en Semana tengan como estrellas a Luis Carlos Vélez y Salud Hernández; es como poner a Claudia Gurissati al frente de un noticiero nacional, opaca a quienes sí hacen bien su trabajo, pues hay una apuesta clara por el radicalismo de derecha oficialista, ese que de tantas emociones poco entiende de razones. Es ese modelo informativo que genera desconfianza y al que se le pierde respeto e interés.
El periodista Daniel Coronell cuenta que el señor Gilinski, socio de Publicaciones Semana, le confesó su deseo de convertir la revista en el Fox News colombiano. Un macabro proyecto que ha sido evidente en el despido de investigadores fundamentales para el país. Cuesta creer que esta sea la misma revista que denunció ser espiada, aparentemente por el Ejército, dadas sus pesquisas periodísticas sobre el retorno de los “falsos positivos”.
Considero que en todos los medios hay gente maravillosa, haciendo su trabajo con honestidad. Y si bien en todos cometemos errores, hay quienes deciden hacer de ellos su modelo informativo. No porque se equivoquen a diario, sino porque están más comprometidos con no perder la pauta oficial y el favor del Gobierno, que con informar de forma ética, de modo que la ciudadanía pueda tomar las mejores decisiones posibles.
A Semana lo que le falta es gente por irse. No solo personal de redacción, sino lectores. Hay quienes dicen que están enfocándose en otro público y que recuperarán suscriptores con la derecha; pero yo me pregunto, ¿sí es ese un público leído y lector? ¿No es acaso ese el mismo público que se quedó viendo eternamente a Betty La Fea, La Rosa de Guadalupe y al noticiero de la Casa de Nariñeñe? No nos digamos mentiras, los seguidores de esa caterva de neofascistas están ahí porque precisamente no leen, porque les duele verse engañados por tanto tiempo.
Seguiremos alarmándonos con la nueva línea editorial de Semana. Aún les falta mucho más. Y seguramente estaremos ahí para verlo, tras la barrera del clic y de la compra. Es probable, también, que a Publicaciones Semana no le haga falta nuestra suscripción crítica, pues lo que estaría moviendo realmente el dinero en la revista es la pauta oficial, el marketing de contenidos, el desarrollo de productos para el bienestar del Gobierno.
Ya no solo es que ilustren a Iván Duque como un héroe de mandíbula cuadrada o que aplanen la curva de contagios a punta de pellizcos; el ecosistema que están creando en Semana es mortal para el periodismo de calidad que tanto necesitamos en Colombia.
En momentos donde requerimos información seria, Semana decide convertirse en un RCN escrito. Para desgracia informativa.
El dueño del 50 % de la revista, como se sabe, es el el segundo hombre más rico de colombia después de sarmiento angulo, con una fortuna de 3.600 millones de dólares hasta el año pasado, según la revista forbes, delo de la red servibanca y bancolombia, entre muchos otros negocios, es amigo del hijo de George Soros, que puede dar pistas del poder que posee, su hijo gabriel gillinsky, «donó» 39 millónes de pesos a la campaña de duque en el 2018, eso convierte a la revista en un medio de desinformación masiva al servicio de los controladores, para manipular la mente del borrego dormido de esta granja humana de colombi-ANOS
Al parecer al fin Semana dejará de ser un pasquín y con la llegada de profesionales objetivos como Salud Hernández, retomará el norte que perdió al mantener personajes como Coronell y Samper Ospina, quienes de periodista como que no tienen ni el título. Falta la salida de Dussan y Caballero.
El pasquin de Semana al servicio de un gobierno decadente, narco corrupto y entregado a los grupos financieros y de información. Que será de este pasquin cuando se acabe por completo el extinto partido de gobierno y su decrépito jefe?
Semana, empieza su lucha, con periodistas mediocres cómo lo es ese señor Velez, que siembra odio en sus comentarios nefastos y bajos, y la verdad ustedes van hacer parte de la corrupción que lidera este narco gobierno, se salieron de la realidad, lo que más me gustaba de la revista eran sus investigaciones serias y reales, de verdad nos sentíamos informados, seguiré a los Danieles periodistas reales serios y comprometidos.
Los detractores estan respirando por la herida…Nadie es tan importante que su retiro genere una ecatombe que logre acabar con decadas de posicionamiento e informacion.
Coronel buen periodista pero de odios recalcitrantes y eso genera mas odios entre los colombianos.
El otro no me merece ningun reconocimiento No lo leia porque cuando lo hice solo vi burlas y sarcasmo hacia los demas
Los que se creen sabios opinando desastres deben bajarse de esa nube.
Semana seguira adelante porque sigue teniendo muy buenos periodistas y muy buen equipo humano
Colombia un país que no lee, con un pueblo que no invierte en papel escrito y si lo hace prefiere comprar el que le informe con quién se acuesta o se levanta el cantante de reguetón, vallenato o música popular de moda. Y quiero advertir que por no gustarme esos géneros no los respeto. Cada quien con sus gustos.
De igual manera pienso que al perder el enfoque de la realidad del país y quienes tenían manera de comprarla se alejarán, como quienes leíamos los pocos artículos de forma gratuita de aquellos periodistas que valía la pena leer y que hemos migrado hacia plataformas alternativas que apesar de las dificultades por censura o económicas hacen el valioso esfuerzo de informarnos con la verdad como premisa.
Pagar por leer a Salud Hernández o a Vélez es echar ese billete al inodoro y/o gastar tiempo en leerlos es perder el tiempo y según dicen «el tiempo perdido los ángeles lo lloran».
Y la verdad pienso que a su nuevo socio le importa un pepino si la revista desaparece del mercado.
Gracias a Dios salieron los Danieles. Deje de comprar la revista hace años. Eran vulgares en sus escritos. Gracias Salud Hdz y Luis C Vélez por aceptar este reto. Son grandes periodistas duélale a quien le duela. Volveré a suscribirme