La hipocresía del sistema político neoliberal en medio del coronavirus

Es evidente la ineptitud de los Gobiernos “civilizados” de Occidente que aún se rigen bajo este modelo.

Opina - Economía

2020-03-30

La hipocresía del sistema político neoliberal en medio del coronavirus

Columnista:

Ancízar Villada

 

En medio de la crisis sanitaria que ha afectado a todos los rincones de la economía mundial por la COVID-19, los Gobiernos de todo el planeta se han visto obligados a declarar la ley marcial global, y encerrar a los ciudadanos con el fin de evitar la propagación de esta nueva pandemia, en total, se calcula que más de mil millones de personas se encuentran en confinamiento obligatorio por el temor que ha generado la misma.

Sin embargo, esta tragedia sanitaria que, ha contagiado a más de 500 000 personas en todo el mundo y ha causado alrededor de 25 000 muertes en unos cuantos meses de expansión de la pandemia, ha revelado la ineptitud de los Gobiernos “civilizados” de Occidente, que aún se rigen bajo el sistema político neoliberal.

El modelo privatizador del neoliberalismo fomentado y, hecho famoso por los Gobiernos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, se ha disfrazado como el modelo de la “economía de libre mercado”. Este sistema político es definido por la Real Academia Española de la Lengua como la “teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado”.

En términos reales, el modelo neoliberal consiste en la masiva privatización de los servicios públicos esenciales para la población civil: el agua, la electricidad, los recursos petroleros y los servicios de salud, que pasaron de estar en manos del Estado, a manos de las empresas privadas, con la excusa de la “ineficacia del Estado” para otorgar estos servicios con la calidad que lo demandan los ciudadanos.

Bajo este modelo se han regido los países occidentales, desde Europa (exceptuando los países nórdicos que abogan por el Estado de Bienestar), pasando por Estados Unidos y llegando hasta Latinoamérica, donde se formalizó con el golpe de Estado financiado por Richard Nixon en Chile el 11 de Septiembre de 1973 al Gobierno socialdemócrata de Salvador Allende. El dictador Augusto Pinochet, ya en el poder, se asesoró del famoso economista estadounidense Milton Friedman, quien lo orientó en materia económica para formalizar este nefasto modelo que se expandiría a lo largo de las décadas en toda América Latina, con el fin, de debilitar a las instituciones estatales y otorgar las facultades que tenían los Gobiernos en materia de servicios públicos y económicos en manos del sector privado.

La pandemia del coronavirus ha demostrado lo inhumano que ha sido el sistema político neoliberal, porque tomó por desprevenidos a aquellos Gobiernos occidentales que creían que este modelo era la panacea que nos iba a llevar a los países en desarrollo y tercermundistas a ser más civilizados y felices. Nada más alejado de la realidad, la privatización del sector salud revela que el neoliberalismo es la enfermedad más contagiosa y, más letal, que la COVID-19. Los hospitales del “primer mundo” no cuentan con la capacidad para atender a tantos enfermos, los médicos están expuestos al contagio y miles de millones de personas se encuentran encerradas en sus casas y sin recursos económicos para sobrevivir a la pandemia.

Mientras tanto, los Gobiernos centrales que aún se rigen bajo este sistema político, se encuentran preocupados porque su manera de medir la salud de la economía son los mercados bursátiles, las bolsas europeas, norteamericanas y latinoamericanas tienen pérdidas sin precedentes desde la crisis del 2008, y la Gran Depresión de 1929. La “solución” de los presidentes, primeros ministros y cancilleres ha sido la misma: la inyección de capitales. El Senado de los Estados Unidos inyectó una cifra récord de 2 trillones de dólares para rescatar la economía; Francia alrededor de 300 billones de euros; el Gobierno de Londres inyectó 320 billones de euros; España, con un Gobierno supuestamente “progresista”, inyectó 100 billones de euros para la crisis; y el banco central de Colombia inyectó 23,5 billones de pesos para la economía.

Pero no se dejen engañar, estos recursos no son dirigidos a la población civil, se giran a los bancos corporativos, las grandes empresas y a los especuladores financieros, que los reciben en forma de “préstamo” con tasas de interés en cero por ciento y, que seguramente, nunca pagarán. 

Así es la hipocresía del sistema político corrupto neoliberal, un sistema que produce un círculo vicioso de generación incesante de riqueza en pocas manos, y que el Estado solo le sirve para intervenir en épocas de crisis para rescatar a los más potentados, a los políticos y a los empresarios financiadores de dichos políticos, mientras que la población civil de todo el mundo se pregunta cómo sobrevivir a una pandemia que nos tiene encarcelados en nuestras propias casas.

 

Fotografía: cortesía de @neoyuzek

( 1 ) Comentario

  1. ReplyGustavo Sánchez Bocanegra

    Si, esto es muy cruel e inhumano, los bancos fortalecidos, para prestarle al ciudadano que puede pagar o a los que le pueden quitar, lo poco que poseen, préstamos con altos intereses, la IPS y EPS, no tienen una infraestructura adecuada para la prevención y atención de los pacientes contagiados por el virus, a muchos les toca irse a morir a sus casas, y los pagos que se hacen mensualmente al sistema, a dónde va a parar?, Pero lo más cruel, muchas personas, se matan por defender al sistema, que los ahogan y desaparece

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Ancízar Villada
Analista político