Columnista:
Ed Ladino
Desde hace una semana el nombre de Popayán, la capital del Cauca, ha hecho eco en diferentes medios a nivel nacional, no solo por la propuesta de “Vive Popayán en Bogotá” con la cual pretendían mostrar a los capitalinos y, al país, del 10 al 22 de marzo, las diferentes actividades culturales que ofrece la ciudad blanca de Colombia, sino también por los desaciertos en materia de liderazgo de su alcalde, Juan Carlos López Castrillón.
“El Pollo” López, como es popularmente conocido, sucedió en la Alcaldía de Popayán al investigado César Cristian Castro, siendo ganador del cargo con 30 mil votos, la alianza del Partido Verde con Colombia Renaciente y el eslogan de #CreoEnPopayán; muchos decidieron creerle al burgomaestre con ese aire de cambio que promulgaba para la ciudad, aun cuando es de conocimiento de todos el fracaso que fue su paso por el Club Deportivo Millonarios donde fue presidente desde el 2004 al 2010, pero los últimos días han sido la clara muestra de que por lo menos en materia de gobernabilidad, la capital caucana cree en puros cuentos.
La primer salida en falso del “Pollo” fue apoyar de manera tajante la idea de un grupo fanático de la Semana Santa, perteneciente a la Junta Permanente Pro Semana Santa de Popayán, que en contra del bienestar común pretendía realizar las procesiones, que son una tradición payanesa con 464 años. ( ver comunicado).
Aun cuando el mismo presidente de la República había decretado que no podían haber aglomeraciones de público, con el fin de frenar la proliferación del COVID-19, estas personas pretendían realizar las procesiones pese a la falta de público, pues entre falsos argumentos relacionados con la pérdida de la certificación de la UNESCO, la necesidad de “Dios” en estos momentos de crisis y el discurso de que es una tradición que no se detiene, lograron paralizar a la Jerusalén de América en una dicotomía macondiana, entre religión y razón. Finalmente, después de haberse reunido con el clero y representantes de la cofradía de la Semana Santa, como si del siglo XV se tratara, el alcalde se echó para atrás, no sin antes haber dejado una ciudad polarizada y vulnerable ante la ignorancia sobre la pandemia actual.
No obstante, para los caucanos y payaneses, la procesión no acabó con este comunicado, para todos ellos acaba de empezar. Siendo casi la medianoche del día 19 de marzo del 2020, en un acto de “gallardía y responsabilidad” con su gente, el señor alcalde anunció a través de su cuenta de Twitter que había dado positivo en la prueba del COVID-19 y que designaría a un alcalde encargado para asumir las responsabilidades del cargo mientras él, quien además hasta el día de antier no había tomado una determinación de cuarentena total en la ciudad, se resguardaba en su casa para estar en aislamiento.
En Popayán, actualmente, existen dos casos confirmados, siendo el alcalde uno de ellos y quien, esperemos me equivoque, podría ser el “paciente 31” de Colombia, pues durante el tiempo que estuvo a la cabeza del evento “Vive Popayán”, se reunió con dirigentes políticos, periodistas, personas del común y del mismo modo, aun con el conocimiento de haberse reunido con tantas personas, no asumió el aislamiento voluntario preventivo e hizo lo mismo en la ciudad blanca. Solo esperemos y, de verdad espero equivocarme en esto, que la próxima procesión que veamos en la ciudad, sea el año siguiente y no una procesión de enfermos hacia las clínicas, pues la ciudad no cuenta con la capacidad para atender una crisis como esta y el sistema de salud podría colapsar. Dato curioso: entre los personajes del país que se reunieron con “El Pollo” se encuentra el presidente Iván Duque, con quien se dio un fraternal apretón de manos, algunos lo llamarán justicia divina, yo lo llamo ineptitud.
Excelente … me gusta la manera como llevas el tema para reacionen y se concientisen en nuestro país con el tema del virus
Esto se llama karma.
Muy bueno el llamado a la responsabilidad social después de tantas acciones irresponsables de este señor