Columnista:
Andrés Valenzuela González
En la población colombiana se exalta a la mujer y su esforzada entrega con la que ha trabajado, no solo para que su hogar y entorno funcionen bien, sino también para construir una sociedad distinta. Sin embargo, esa misma sociedad encarna una vergüenza histórica de discriminación y maltrato.
En muchas expresiones culturales y comerciales es común ver todo tipo de halagos al género femenino, el tema; la madre, la esposa, la hija, la novia y la amiga, punto seguido vienen las frases de palabras elogiosas o rimbombantes para sus tareas en la vida. Lamentablemente, muchas de esas retóricas no son sinceras y, a pesar de los avances que las luchas de las mujeres han producido, aún estamos en una gran deuda con ellas.
La Ley 1496 de 2011, por medio de la cual se garantiza la igualdad salarial y de retribución laboral entre mujeres y hombres, —que establece mecanismos para erradicar cualquier forma de discriminación— todavía carece de aplicación para que sea realidad.
En muchos sectores de la sociedad se aprovecha la condición personal femenina, como la de madre soltera, para someterla a una mayor explotación laboral y negarle derechos como el de asociación. Existen corporaciones y empresas que promulgan la oportunidad laboral a la madre cabeza de familia, con el único fin, de impulsar su negocio y llenarse el bolsillo a través de publicidad emocional para crear nichos comerciales como el del Día de la Mujer, colmado de manipulación mediática, donde se le da un giro a aquella tragedia en la que murieron calcinadas 146 mujeres el 25 de marzo de 1911 en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist en New York, que ardió en la madrugada con sus salidas bloqueadas para evitar que las mujeres obreras fueran a robar algo en su interior.
No es extraño que una situación como esta, de carácter conmemorativo, sea utilizada para la compra y venta de bombones con flores en la sociedad capitalista, esto no es más que el exceso del signo y el oportunismo. Si se tiene en cuenta que no hace más de 50 años se consideraba a la mujer una incapaz legal, se le negaba el derecho al voto y existían leyes detestables como aquella que le daba el derecho al esposo de asesinar a la infiel, no es justo que la sociedad banalice una lucha de todo un siglo para la venta de felicitaciones y chocolates.
Y la lucha se sigue no nos rendiremos por que si por años an dado muchas mujeres su vida vale la pena seguir luchando esto no para aquí
Buena Andres, no hay que celebrarle toca es conmemorar tantos años de luchas para tener la igualdad de derechos.