Columnista: Muldder Criollo
Rumores de reformas que resultaron ser ciertas. Amenazas de grandes manifestaciones, que resultaron ser meras fiestas. Aída Merlano prende el ventilador en Venezuela. Se vinieron los cambios, y el subpresidente Duque se fue de frente contra el país.
El desgobierno de Duque se burla en la cara de los colombianos, los reta, y no se sonroja ni tan solo un poco. Nuevamente nos incitan a la indignación, pero está vez sucede algo extraño, y es que la masa no se inmuta, está como muerta en vida.
¿Será síntomas de fútbolitis?
La ministra del Trabajo Alicia Arango hizo declaraciones ofensivas contra los trabajadores en Colombia, sin pensar en los esfuerzos que éstos hacen a diario, para sobrevivir en un país tan desigual como este.
Es muy fácil jugar con el futuro del trabajo en Colombia, cuando se reciben salarios que ofenden a quienes, con un mínimo, apenas logran llegar a mitad de mes. O cuando ya se tiene un porvenir asegurado, como claramente lo tendrá la ministra en cuestión, que por ser una «buena servidora», merece ser reubicada de ministerio, y así disimular sus salidas en falso.
Si difícilmente alguien que trabaje y cotice durante toda su vida puede pensionarse con una mesada digna, no imagino cómo sería hacerlo trabajando con un esquema de cotización por horas. Es algo que no me cabe en la cabeza, por más que intenten explicarlo, por más que nos comparen con la economía gringa.
Para unas cosas se adoptan medidas de otros países, pero cuando de avanzar se trata, ahí si no se mira para allá ni de reojo.
Pero bueno, Duque ya parece que recibió órdenes de más arriba y esa reforma va o va, así salga todo el país a manifestarse, y lo mejor de todo, es que viene en combo, con una reforma pensional que, como siempre, nada bueno trae para los colombianos.
Hablar de marchas, paros y manifestaciones en estos momentos y con los antecedentes que se traen, es un despropósito. Ya la oportunidad se perdió y solo queda bajarse los pantalones y esperar el totazo, no le veo otra. Y pueden ponerse bravos, u ofenderse con lo que aquí estoy diciendo, pero la realidad es que a Duque no podía dársele papaya, y aquí se le dio, y de una vez partida.
Están por meternos tres reformas que pudieron evitarse. Ya entró la primera en diciembre, y vienen dos más en este año de Copa América. ¿Que mas puede pedirle este gobierno a la vida? Tiene todo a su favor: Una población dócil, pan y circo para entretenerlos, y el tiempo necesario.
De seguro Duque saldrá con felicitaciones del FMI, sumado a su pensión vitalicia, por ser el presidente más joven e inservible de la historia del país; pero aquí todo es así y, por eso, es mejor que cambiemos de tema para no sonar tan repetitivo.
De repente y cuándo el país ya la había olvidado, aparece la muy famosa Aída Merlano.
Cuando todos la creían muerta, o en un lugar paradisíaco en cualquier parte del mundo, la excongresista resultó capturada por las fuerzas especiales venezolanas. ¿Quién lo hubiese imaginado?
Tremenda oportunidad vio en sus manos el señor Maduro, y la aprovecho para buscar la forma de desestabilizar aún más, la ya caótica imagen de Iván Duque y la política colombiana.
El senador Uribe, el expresidente Santos, el exvicepresidente Vargas Llegas, el Clan Char y Gerlein, el exfiscal Martínez, y hasta Luis Carlos Sarmiento, fueron salpicados con graves acusaciones, que por más que los medios prepago de Colombia las desestimen, todos los que entendemos este mundo en el que vivimos, sabemos que muy en el fondo, hay algo de verdad en lo que se dijo el dicha audiencia.
Pero en fin, lo que queda claro de todo esto es que lo de Aída quedará en el olvido, ya la Fiscalía General dijo que esas declaraciones no las van a investigar, así que aquí no pasó nada.
Aquí harán lo imposible para traerla extraditada, pero también debe tenerse en cuenta que para algunos, es mejor tenerla bien lejitos y calladita. Veremos cómo se decanta está situación, ya nada me sorprendería.
Fotografía cortesía de Wikicommons.