El Estado es un cómplice del abuso de menores

A la víctima se le exige tener cientos de requisitos para demostrar su abuso, pero al violador se le deja en libertad por vencimiento de términos. Toda una síntesis de lo que es la «lógica colombiana».

Opina - Judicial

2020-01-27

El Estado es un cómplice del abuso de menores

Columnista: Lady Orozco

 

El panorama de los abusos sexuales en menores de edad no es alentador. Por el contrario, cada vez parece que dichos casos están en aumento; pero, ¿realmente el Estado está teniendo un compromiso con esta gran problemática?, ¿realmente le importa lo que están teniendo que vivir nuestros niños en manos de enfermos y depravados? Las estadísticas demuestran que no.

Todos conocemos el caso de Yuliana Samboní, pero como ella también hay cientos de niños y niñas que son abusados hasta por sus mismos familiares, mientras que otros tantos son vendidos. Sin embargo a pocos abusadores les llega su castigo.

Las políticas gubernamentales parecen un chiste, comenzando por la edad mínima. Un ser humano a sus 14 años apenas esta comenzando a desarrollar sus hormonas, a muchas niñas aún no les ha llegado su etapa menstrual y a los niños aún les hace falta testosterona, pero eso parece ser algo que no importa al momento de accederlos carnalmente en contra de su voluntad.

El papel del Estado es altamente importante, pero como todo en este país, sus representantes lo toman como un chiste o como algo de menor importancia. Los abusadores se pueden excusar de una manera casi absurda al decir que no sabían que ese niño tenía menos de 14 años. No contentos con esto, pueden salir libres a través del vencimiento de términos.

Analice bien la situación: su hijo es violado y sometido a cosas que no quiere hacer, a torturas sexuales y a graves dolores, todo porque alguien mayor que él quiso someterlo.

Usted va y cumple con aquello que esta en la ley: se dirige y hace el denuncio correspondiente. Pasa el tiempo y el violador sale libre por vencimiento de términos ¿Y la culpa es de quién?, de un Estado ineficiente y de una justicia coja para lo que le conviene.

Ahora, basta pensar con los trámites que hay que hacer a la hora de denunciar a un violador. Esta bien, es lógico que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero, ¿Cómo le explicas a un menor que tiene que guardar su ropa interior?, ¿Cómo le dices que no se puede bañar después de que lo torturen sexualmente?, ¿Realmente la ley esta pensando en ellos?

Parece que los niños son los que menos garantías tienen a la hora de denunciar que fueron violados. Esto solo demuestra que el Estado es un actor pasivo en todo este tipo de crímenes.

A la víctima se le exige tener cientos de requisitos para demostrar su abuso, pero al violador se le deja en libertad por vencimiento de términos. Toda una síntesis de lo que es la «Lógica colombiana».

 

Fotografía cortesía de Save the Children.

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Johana Orozco Ortiz
Comunicadora social y periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín. Escritora con diferentes poemas publicados en el libro de Sinergias de España y Caza de Versos, en México. Columnas publicadas en diversos medios de comunicación.