Columnista: Ían Schnaida
El expresidente Uribe se encontraba en la playa cuando fue confrontado por un ciudadano que lo criticó por haber sido “…un mal presidente”. Uribe, por su parte, respondió con la frase: «este país no se lo vamos a dejar a la extrema izquierda».
Para empezar, es curioso cómo el expresidente en entrevista con Caracol dijo que era momento de cambiar eso de la derecha y la izquierda, preocupado ante el asociamiento cada vez más constante de su imagen y sus políticas con la extrema derecha; pero lo cierto es que él, cada vez que puede, no duda en estigmatizar sobre lo que significaría un gobierno del sector progresista, que jamás ha presidido los designios de Colombia.
Ahora bien, el expresidente Uribe habla de Colombia como si de su finca se tratara; pero su imagen se ha deteriorado con la aparición de fosas comunes, la confirmación de miles de víctimas de ejecuciones extrajudiciales, y demás delitos y excesos de poder que se dieron durante la Seguridad Democrática.
Parece una burla, pero el expresidente Uribe habla desde su realidad. Es él quien se ha dado el lujo de poner dos presidentes luego de terminar su doble mandato, por otra parte inconstitucional. Es Uribe quien se da el lujo de andar tranquilo por los pasillos del Congreso, rodeado de escoltas, mientras las más de 200 investigaciones en su contra duermen el sueño de los justos.
Uribe sí fue un mal presidente
Es imposible seguir defendiendo, con algo de razón y lógica, un Gobierno cuyo mayor logro fue la militarización de las carreteras para que los hacendados pudieran volver al campo tranquilos, porque los campesinos humildes fueron desterrados, despojados de sus propiedades y de su modelo de vida tradicional para que los terratenientes pudieran acumular más y más tierras que aún hoy se niegan a devolver. Menos mal que la casualidad está matando a los reclamantes.
Uribe alentó la práctica de las ejecuciones extrajudiciales por las cuales se habla de más de 10.000 jóvenes inocentes asesinados por el Ejército para obtener permisos y recompensas a cambio.
Y lo anterior se dio porque el expresidente Uribe tenía que mostrar cifras y así legitimar un Gobierno plagado de dudas, de cuestionamientos y de buenos muchachos que fueron a parar a la cárcel. O a mansión por cárcel si se trata de Andrés Felipe Arias.
Uribe se reeligió con triquiñuelas que le costaron la libertad a varios altos funcionarios del expresidente; pero todo ha sido por casualidad o sacrificio patrio, porque el senador Uribe no sabe nada, no ha hecho nada y nadie le ha dicho nada sobre lo que planea hacer. Pobrecito. Pobrecito porque cada vez menos personas creen en su drama.
#ColombiaNoEsUribe
El expresidente Uribe se equivoca en creer que podrá seguir determinando el rumbo de Colombia, como dio a entender mientras disfrutaba de la playa.
Poner a Duque como presidente fue quizá el mayor error político de Uribe. Con él, millones de colombianos más se están despertando para descubrir un grupo de multimillonarios que se han escudado en palabras bellas y gobierno retardatarios para hacerse más ricos y empobrecer más al pueblo.
El Paro Nacional es solo una pequeña muestra del hastío que tiene el pueblo contra el modelo de gobierno de la extrema derecha, basado en la muerte de los que sobran, de los que critican, de los que no se conforman con las migajas.
En nuestro país los políticos tradicionales se han aferrado con tantas garras al poder que creen tener en sus manos las riendas de una yegua apaciguada; pero somos una bestia dormida que a punta de golpes y heridas ha ido despertando. Y no será fácil contenerla. No en este momento. No con esta generación.
Así es. Y son ustedes los jóvenes que ya no tragan entero los cuentos que el expresidente cuenta, que conocen la historia y ya no están desinformados los que tienen en sus manos en cambio de este sufrido país, devorado por la codicia de unos pocos.
Como dijo alguien «les robaron el futuro» y tienen que seguir luchando por recuperarlo. Aún no se lo han gastado todo. Y su voz debe ser multiplicada.
Uribe es parte de esa historia oscura de Colombia que ya no logran ocultar. Sus métodos y guerras le pasarán factura y él tiene una gran deuda con Colombia.
Estoy de acuerdo en que Uribe fue un pésimo presidente; solo que PARA lo que el hizo, este artículo dista de contenido, pues es como repetir lo que todo el mundo dice. Hay un sinnúmero de argumentos para mostrar las atrocidades que hizo y sigue haciendo este (no se como llamarlo). A mi parecer hay que hacer un mejor trabajo investigativo, saludos.
Excelente columna. Radiografía perfecta de lo que fue el gobierno de Uribe I y II y el retardatario gobierno de Uri-Duque.
Para que si los borran, que falta de legitimidad y respeto con la libertad de expresión.
Mis disculpas, no sabia lo de la moderación.
Excelente así será y así tiene que ser, NO MAS URIBE.
Pues, el pez peca por su boca, se nota q nos robaron la presidencia por la mafia q tiene urrible con la registraduria y Ángulo
Cuando el pueblo se despoja del miedo, de los prejuicios y empieza a razonar sobre lo que merece, lo que necesita y lo que ha dejado de conseguir por sometido, por doblegado y por falta de dignidad, empieza también a sentar precedentes de valor y de amor por lo suyo y por lo de sus compatriotas.
El hombre por instinto natural sabe hasta cuando tolera y a partir de cuando frena esa pacibidad, llegó la hora de soltar el yugo y las ataduras que nos impiden pensar y actuar como personas libres. Los colombianos no podemos seguir como esclavos de un gobernante que se perpetuo y está convencido de que estamos escriturados a él como muchos bienes del estado.
En cierta ocasión Frantz Fanon dijo «Los hombres y mujeres del pueblo cuando hablan del pasado deben hacerlo con la intención de abrir el futuro, las acciones, fundar esperanzas», esto es cierto, cuando las juventudes reclaman al innombrable su malditidad gubernamental, lo hacen fundados en la esperanza, el porvenir, el derecho a una Colombia para todos.
Buen documento….eso de q DUQUE fue el MAYOR error de Uribe….SIEMPRE lo pensé.