Autor: Alejandro Bonet González
La tasa del desempleo a nivel nacional es uno de los mayores problemas que preocupan a la economía en Colombia, ya que en el balance del Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), durante el mes de agosto alcanzamos un porcentaje del 10,8% que aún mantiene vigencia de crecimiento con el pasar del tiempo.
A pesar de que nuestro país consolidó un ligero avance porcentual del 3% en la producción de bienes y servicios durante el segundo trimestre de este año, se ha demostrado una abnegación gubernamental para solucionar el problema del desempleo en los últimos meses.
Para comenzar, varias personas han evidenciado últimamente una inhabilidad política, e incluso ausencia estatal enfocada en buscar posibles soluciones a uno de los obstáculos más abrumantes que pueden acontecer dentro de cualquier economía.
En el pasado mes de julio, el Gobierno anunció que no habían podido encontrar las causas, ni dar con remedios factibles para enfrentar las tasas de desempleo en crecimiento durante los últimos meses. De este modo, esto ocasionó una serie de polémicas en el debate público, principalmente sobre la dudosa determinación y confiabilidad que se estaba deteriorando por la élite del poder, al tratar de aminorar problemas económicos de esta índole.
Por otra parte, es importante analizar las afirmaciones de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez al decir que el Gobierno no tiene la culpa del crecimiento del desempleo, pero que sí tienen la culpa, principalmente, factores internacionales como la migración venezolana.
Si bien, no es reprochable la idea general de que algunos venezolanos han sido prioridad para ocupar puestos de trabajo, ya sea por mano de obra barata y bajos costos laborales, Fedesarrollo reveló un informe donde la tasa de ocupación de estas personas ha estado deteriorándose en materia del desempleo durante los últimos años; entre las ciudades en contribución al crecimiento del PIB, y con cifras decrecientes de los empleos hacia la migración venezolana, se encuentran Bogotá, Medellín, Cali y Cúcuta respectivamente.
Es más, en dado caso que la migración venezolana sea el problema primordial que responde ante las adversidades del desempleo, no hace falta mencionar las políticas pro inmigratorias que el actual presidente está realizando durante su mandato.
Ahora bien, varias personas han tenido la duda de por qué nuestro país ha presentado datos de progresión con el crecimiento del PIB, al mismo tiempo que está creciendo proporcionalmente con las tasas de desempleo en Colombia.
En primera instancia, hay una gran diferencia entre crecimiento y desarrollo económico, siendo el primero el que se mide netamente con la producción de bienes y servicios, mientras que el segundo va más orientado hacia la calidad de vida y el bienestar económico de los ciudadanos.
Colombia no es el único lugar donde se presentancasos similares a este, también se pueden dar más ejemplos como Francia, Italia y España, por el cual la institución del Banco Mundial tiene estadísticas que demuestran la ocupación de estos países en altos puestos con mayor riqueza del PIB durante el año 2018, específicamente el sexto, octavo y decimocuarto lugar respectivamente.
No obstante, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ha revelado en sus informes que estos dos países cuentan con las mayores tasas de desempleo durante la mitad del presente año 2019, encabezado por España (13,6%), luego Italia (9,9%) y finalmente Francia (8,6%).
Hay varias razones que explican este fenómeno de tener un crecimiento del PIB y tasas de desempleo simultáneamente, entre ellas se encuentran los grandes capitales económicos que concentran la producción de bienes y servicios. En pocas palabras, la economía se incrementa objetivamente por el crecimiento de algunos sectores específicos, por ejemplo, de mercados financieros, mientras que otros casos como de la industria textil o el sector agropecuario se ha desvalorizado en el transcurso de estos años.
Por otro lado, el lavado de activos y el narcotráfico es un negocio que renta a Colombia un total de 16 billones de pesos anuales, según el director Unidad de Información y Análisis Financiero, Juan Francisco Espinosa.
Y esto último, teniendo en cuenta la tarea que tiene actualmente el Estado por incurrir en la lucha contra las drogas, desglosando factores importantes como confiscar tierras, y atacar con todo aquel que esté implicado con el trabajo del narcotráfico.
Así como hay partidarios del Centro Democrático que tratan de argumentar los altos índices de desempleo con afirmaciones cuestionables y evasivas, también se encuentran personas ideológicamente orientadas con el liberalismo económico, por el cual responsabilizan este problema a las políticas económicas “Neo-Keynesianas”.
Al momento de hablar de un modelo keynesiano en Colombia, hay que tener en cuenta que John Maynard Keynes postulaba la intervención económica para solucionar problemas comunes que se presentan en la macroeconomía. Por lo tanto, el Estado debe obtener un rol fundamental para controlar el flujo de la demanda global, siendo conformado por el consumo local, la inversión en las tasas de interés, el gasto público y las exportaciones.
Si se busca regular el desempleo, hay que aumentar la demanda de consumo con reducción de impuestos directos y de las tasas de interés, siendo dos variables que no han tenido bajas porcentuales notorias para cumplir con esta medida.
De la misma manera, el DANE reveló que durante el primer semestre el 2019 hubo una caída de exportaciones, con un porcentaje del 8,7 % interanual, por lo que es contradictorio con las propuestas de Keynes, enfatizadas hacia la fomentación de exportaciones, con el fin de incrementar el consumo a nivel internacional y aumentar la oferta de bienes.
Teniendo en cuenta las políticas de la economía keynesiana, la solución ante el desempleo es que el Estado juegue un rol importante en estimular la demanda del pueblo para conseguir un gran poder adquisitivo. El contexto colombiano no aplica dentro de dicha teoría, ya que, según el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, aproximadamente la mitad de la población gana un salario mínimo o incluso menos, es decir, tienen pocas oportunidades de adquirir bienes y servicios en la economía de mercado.
Es momento de que el gobierno ponga en práctica la incentivación de reformas que puedan bajar los altos índices de desempleo. No es momento de tapar este problema con excusas mediáticas, se puede arreglar jugando eficazmente con las curvas de Phillips, ajustar la carga tributaria en las pymes para contribuir con la generación de empleos, desarrollar el consumo local para tener una gran clase media, y responder por un eficiente gasto público en territorios donde se necesiten hospitales, colegios, entre otros.
Foto cortesía de: Hernán Muriel Pérez